Primer sismo en Perú del 2024: Conoce en qué parte del territorio nacional tembló y cuánto fue su magnitud

Desde el IGP exhortaron a la ciudadanía a estar preparado ante los movimientos telúricos debido a que Perú se encuentra en la zona denominada Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se registra aproximadamente el 85 % de la actividad sísmica mundial.

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Lima sufriría un terremoto de casi 9.0 debido a los 270 años de silencio sísmico, pronostica el presidente del IGP. (Vídeo: Panamericana TV)

El primero de enero del 2024, Perú tembló. Específicamente, lo hizo a las 02:07 de la mañana en la provincia de Huarmey, de la región de Áncash, según reportó el Centro Sismológico Nacional del Instituto Geofísico del Perú (IGP).

De acuerdo a más información brindada, se trataría de un sismo de magnitud 4.2 con una profundidad de 35 kilómetros horas y su epicentro se localizó a 81 kilómetros al suroeste de Huarmey donde tuvo la intensidad de III.

Las autoridades del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) de Huarmey no han advertido, hasta el momento, sobre daños personales o materiales a consecuencia de este evento telúrico.

Al Perú encontrarse en la zona denominada Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se registra aproximadamente el 85 % de la actividad sísmica mundial, diversas autoridades recomiendan a la ciudadanía a elaborar un plan de evacuación familiar y verificar las vías de salida, así como tener lista siempre la mochila de emergencia.

Pronostican que Lima sufrirá terremoto de casi 9.0. (Foto: Andina)
Pronostican que Lima sufrirá terremoto de casi 9.0. (Foto: Andina)

¿Cuántos temblores hubo en Perú en el 2023?

Cabe destacar que el IGP advirtió a la ciudadanía que, en todo el 2023, se contabilizaron más de 740 sismos en todo el territorio peruano. Solo en enero pasado se registraron 54 sismos, pero la cantidad disminuyó a 37 en febrero.

La actividad sísmica aumentó en marzo, llegando a 64, y experimentó una disminución en abril, con 43 sismos. En mayo, la cifra se elevó a 66, y junio registró la cifra más alta del año con 96 movimientos telúricos.

Los sismos persistieron en julio con 64, y la cifra volvió a ser elevada en agosto con 88. Tanto en septiembre como en octubre se mantuvo una constancia de 60 sismos. Noviembre experimentó un ligero descenso con 52 temblores y, por último, en diciembre se documentaron 63.

“Estos temblores nos recuerdan donde vivimos y que no podemos controlar a la naturaleza. Los sismos han ocurrido, están ocurriendo y van a seguir ocurriendo; lo único que nos queda es prepararnos y estar alertas ante cualquier eventualidad”, manifestó el presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP) Hernando Tavera Huarache.
Hernando Tavera Huarache, presidente Ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú|Andina
Hernando Tavera Huarache, presidente Ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú|Andina

El sismo más destructivo en la historia del Perú

El sismo de magnitud 7.9 tuvo su origen en el departamento de Áncash, seguido por un deslizamiento de tierra que sepultó la ciudad de Santo Domingo de Yungay a las 15:23 horas.

Este evento es considerado como el terremoto más devastador en la historia del país, no solo por su magnitud, sino también por la cantidad de víctimas mortales que dejó, estimadas en 67,000 según el informe “El terremoto de Áncash y el aluvión del nevado Huascarán”, redactado por el geofísico y asesor científico del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), Mateo Casaverde. Además, se registraron 150,000 heridos, afectando igualmente a los departamentos de Huácamo, Lima y La Libertad.

A raíz de esta tragedia, en 1972, el gobierno de Perú estableció el Instituto Nacional de Defensa Civil, cuya función es diseñar planes para hacer frente a este tipo de desastres y llevar a cabo simulacros nacionales cada 31 de mayo.

¿Cuántos grados es terremoto?

En el territorio peruano, los sismos con magnitudes iguales o superiores a 7.0 se catalogan como extremadamente peligrosos, ya que suelen desencadenar consecuencias graves, tales como la demolición de estructuras, la pérdida de vidas humanas, interrupciones en el suministro eléctrico y diversos efectos adversos.

Estos eventos no solo representan una amenaza directa para la infraestructura, sino que también generan impactos significativos en la seguridad pública y la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia. Por ende, la preparación y la conciencia sísmica son aspectos cruciales en la gestión del riesgo de desastres en el país, impulsando medidas de prevención, educación y planificación para mitigar los potenciales daños asociados a estos temblores de gran magnitud.

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