Goleador histórico del fútbol peruano es dueño de una funeraria: conoce la historia de Pablo Muchotrigo

El exjugador recordó con Infobae Perú su título con Alianza Lima y su gran paso por Cienciano. Sus goles aún lo mantienen como el cuarto artillero en una temporada en Primera División.

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Pablo Muchotrigo y su experiencia en el negocio de funeraria | Infobae Perú

Vive rodeado de cuadros que le recuerdan sus mejores épocas en el fútbol, y al costado de su escritorio están ataúdes que lo acompañan en su día a día. La vida hizo que Pablo Muchotrigo cambie a la pelota de fútbol por cajones fúnebres. El goleador histórico del fútbol peruano ahora tiene su negocio de funeraria, y le cuenta a Infobae Perú su nueva aventura entre cadáveres y formol.

Solo los conocedores del balompié nacional deben saber que el exjugador fue uno de los máximos artilleros en los años 70′s. Campeón con Alianza Lima en 1975 y a pesar de los años, continúa como el cuarto goleador en una temporada en Primera División, con 32 anotaciones. Un poco más abajo que Emanuel Herrera con Sporting Cristal con 40 goles y Eduardo Esidio con Universitario de Deportes con 37, quienes ocupan el primer y segundo lugar.

Muchotrigo vive en su querido Vitarte, y presta sus servicios al que lo necesita. Cada vez que puede, ayuda al amigo necesitado. Recordó su carrera futbolística, pues jugó junto a César Cueto, Roberto Challe, y contó algunos detalles de su insólito trabajo. El goleador aconsejó a Piero Quispe y lamentó el mal momento futbolístico de Christian Cueva.

- ¿Cómo nació su negocio de funeraria?

Yo dejé el fútbol a los 34 años, mi madre me dijo pon una funeraria. Al dejar el fútbol, yo entrenaba en Vitarte a varios equipos, hemos campeonado y todo. La gente y mis amigos me dijeron que ponga mi academia porque yo sé de fútbol. Pero poner una academia es fácil, lo difícil es buscar la cancha, dónde van a entrenar. En el Perú no hay canchas de grass, todo es sintético. Un amigo quiere que lo apoye en su academia, pero a veces no tengo tiempo porque me llaman a la 1 de la mañana para requerir mis servicios de funeraria.

- ¿Qué servicios presta su funeraria?

En la noche me llamó un amigo que llegó de Estados Unidos y falleció su papá. El servicio te cuesta entre 1600 y 1800 soles: es de caja, capilla, cajón y formol. Hay una persona indicada, que es mi hermano, quien se encarga de maquillar, vestir. En pandemia no quería hacer servicio porque también tenía miedo al principio. Yo he visto morir a mis amigos que han jugado conmigo... seguido han fallecido.

- ¿Y no le pasó algo insólito?

Vino una señora y me dijo ‘señor Muchotrigo, voy a hacer el servicio con usted, pero con una condición: que se quede mi familiar en su funeraria y mañana lo enterramos’. Le dije que no, que vea dónde se lo lleva porque acá no se queda. Alquilamos un garage y ahí lo dejamos. Ni ella quería quedarse con su familiar, todos estaban asustados en la pandemia. A veces penan aquí, se mueven los cajones, pero uno ya se acostumbra.

- ¿Cómo le fue en pandemia?

En la pandemia, como a todos, ha sido rentable. Daba pena, pero los que más se han beneficiado son las funerarias que ya tienen convenio. A veces te daban las cenizas y no sabían de quién era.

- ¿Cómo empezó en el fútbol profesional?

Yo viví en una hacienda en Ceres y luego me vine a Vitarte. Entré a un club Vitarte. Luis Rubiños me ve y me quiere llevar a Sporting Cristal, me dio para el pasaje y nunca fui. Mi papá tenía un amigo que era dirigente del Defensor Lima y le dijo que me vaya a probar. Me probé y casi me rompen la pierna. Me quedé en la reserva del Defensor Lima para una gira por Ecuador, metí dos goles. Cundo llegué a Perú ya me estaban esperando la prensa, me consideraban más. Ganaba mil soles. Me hicieron un contrato, no tenía quién me asesoraba y solo pedí un terreno para mi mamá.

- Usted se convirtió en goleador histórico en Cienciano...

Llegué a Cienciano, y me convertí en goleador, 36 goles metí y dos goles no me hicieron valer porque jugamos con Huancayo y nos demoramos 10 minutos. Se jugó el partido, pero como llegamos tarde, nos quitaron los puntos y no valieron los dos goles que metí. Me quedé en 34.

Pablo Muchotrigo y el equipo
Pablo Muchotrigo y el equipo de Alianza Lima campeón de 1975.

- ¿Cómo llegó a Alianza Lima?

Cienciano me quería vender al The Strongest e hizo una gira por Bolivia. Para esto, el presidente de Cienciano no quería que me vaya del Cusco y por eso me quería dar un terreno y siempre me firmaba un cheque en blanco para poner el monto que quería. Un amigo que trabajaba en el banco me dijo que me habían cancelado mi cuenta. Me molesté y faltando una fecha me fui a Lima. Así llegué a Alianza. Marco Calderón estaba de entrenador. Alianza jugó con Sporting Cristal, en ese tiempo estaba ‘Panadero’ Díaz, Quiroga, Chumpitaz; estaba perdiendo 1-0 y me hacen ingresar. Faltando cinco minutos, meto gol del empate. Los dirigentes de Alianza me abrazaban, me pagaron un premio como si hubiésemos ganado, me pagaron el doble y todo. La siguiente semana no me ponían, preferían a Riveros porque lo querían vender. Yo escuché y ya no quería jugar, pedí mi rescisión de contrato y me fui a León de Huánuco. Faltando fechas me fui, pero salimos campeones.

- Usted jugó con el gran César Cueto...

Jugar con Cueto, aparte que éramos buenos amigos fue lo máximo. Como amigo, excelente y como jugador, igual. Cuando jugaba me pegaba mucho a izquierda, y él me decía ‘vete a la derecha... cómo te voy a dar pase si soy zurdo’. Vinieron a verlo a Juan Rivero para llevárselo a Ecuador, entonces ponen a Cueto y a mí en la reserva, le ganamos al primer equipo 5-0. Los dirigentes que estaban en tribuna dijeron ya no queremos a Rivero, queremos a Muchotrigo. Me habían sacado pasajes y todo. No fui porque me dijeron que en Ecuador trataban mal a los peruanos, los insultaban; por eso me quedé.

Pablo Muchotrigo recordó su paso en Alianza Lima | Infobae Perú

- ¿Cómo define su carrera futbolística?

Ser goleador de León de Huánuco, de Cienciano, venir a Lima y hacer goles; para mí más mérito es ser goleador de provincia que de la capital porque acá te dan todo. Salí goleador y la Federación nunca me reconoció, ni una diploma, nada. Si hubiese sido argentino o uruguayo, al toque me daban, acá en el Perú somos así, más tiramos para afuera. Edisio salió goleador y le dieron 20 mil dólares, premio acá y allá, y a mí no me dieron nada.

- ¿Qué jugador en la actualidad le parece que tiene buena proyección?

Yo comparo a Valentín Barco de Boca Juniors con Piero Quispe. Hay mucha diferencia, Boca no se alocó por venderlo, qué le dijo: te vamos a preparar bien, te vamos a alimentar y después te vendemos. Ahora lo quieren vender a Quispe, yo hablé con el papá de Jefferson Farfán y me dice que sí juega bien. Tiene unas salidas rápidas. Al chico lo que tienen que hacer es prepararlo bien, alimentarlo bien este año, y el otro año venderlo.

- ¿Cómo se podrá salir del mal momento de la selección peruana?

A mí me gustaría a Julio César Uribe en la selección peruana, pero nosotros tiramos para los extranjeros. A los grandes entrenadores, lo hacen los grandes jugadores. No hay jugadores porque estamos haciendo mal en las divisiones menores.

- ¿Qué le parece Paolo Guerrero?

Paolo lo está demostrando que está vigente, está haciendo goles. Era para que esté en Alianza. Paolo Guerrero y Gianluca Lapadula debieron jugar juntos en los últimos partidos con Bolivia y Venezuela, si nos faltan goles. Juan Reynoso tiene otra opinión, es terco. No es que los jugadores no estén preparados para 90 minutos, es que están mal ubicados.

- ¿Sufrió porque Alianza Lima perdió la final con Universitario?

No estoy de acuerdo que hayan pagado la luz, hay que saber perder. Alianza perdió por mala formación, no tuvo volantes. Alianza debe tener un técnico brasileño porque tiene ese corte.

- ¿Cómo ve a Bryan Reyna?

Bryan Reyna juega bien, le falta más consciencia. Cuidarse, nosotros terminábamos de entrenar y nos íbamos a la playa para seguir entrenando. Ahora los jugadores terminan de entrenar y se van a comer ceviche, no se cuidan.

- Y Christian Cueva...

Estoy decepcionado de Cueva, no demostró nada. Yo entrenaba en el Callao cuando estaba en Alianza, Marcos Calderón nos citaba a las 6 y media de la mañana, eso quería decir que a esa hora ya estabas en la cancha. Entrenábamos 24 de diciembre. Cueva no cuidó su vida privada, para todo hay momento. Qué feo es que salgas de la cancha y que los hinchas te comiencen a pifiar, él mismo ocasionó ello.