En el 2020 la aparición del COVID-19, trajo consigo enormes desafíos sanitarios que empiezan a disiparse gracias a los avances científicos. Sin embargo, lo que hoy empezamos a sufrir son las implicancias económicas derivadas de las decisiones tomadas en aquel momento.
El actual contexto internacional hace que el mundo comience a adoptar los comportamientos que nos son conocidos tales como inflación y fluctuaciones monetarias a los que se agregan, los desafíos geopolíticos que si bien siempre existieron, parecen hoy retornar con mayor ímpetu.
Hace ya un tiempo, el consumidor comenzó a empoderarse y decidió que iba a gastar su dinero en aquellas cosas que le generan mayor satisfacción, más valor o mayor utilidad. Hoy las organizaciones están tomando el mismo camino en un proceso al que llamamos consumerización de las organizaciones.
Las personas y las organizaciones comienzan a armar como un “lego” la solución a sus necesidades
Las compañías invierten en aquello que les importa, cuestiones que, generalmente, van de la mano de desafíos o situaciones que deben resolver. Más aún en las áreas tecnológicas, donde la inversión llega de la mano de algún problema de negocios: no poder facturar, no poder vender, etc. Y, en virtud de lo trascendente que sea ese desafío a superar, gastarán más o menos como organización en ese servicio de IT.
En ese escenario de inversión en el que estamos inmersos es que vemos un futuro híbrido. Un futuro en el que las personas, y también las organizaciones, comienzan a armar como un “lego” la solución a sus necesidades. Se buscarán distintas formas de resolver problemas: una hibridez en la composición de las soluciones tecnológicas. Esta nueva modalidad se ve sustentada por analistas como Gartner, que asegura que, para 2024, el 80% de los CIOs encuestados mencionan el rediseño modular del negocio, a través de la “composability”, como uno de los principales modos de acelerar el rendimiento comercial.
Esto se da de la mano de un contexto macroeconómico mundial impulsado por la inflación del 9% anual pronosticada para Estados Unidos, y por el punto de equilibrio entre el euro y el dólar. Aquí, es donde empieza a gobernar la necesidad de eficiencia. Eficiencia sobre todo en los costos: las empresas son más precisas en el manejo de su dinero, buscan solucionar necesidades prioritarias, evitando depender de un único proveedor tecnológico.
Hace ya un tiempo, el consumidor comenzó a empoderarse y decidió que iba a gastar su dinero en aquellas cosas que le generan mayor satisfacción, más valor o mayor utilidad
La industria tecnológica debe adaptarse a este nuevo contexto de mercado que se mueve, se transforma, cambia el entorno. La clave está en garantizar al cliente eficiencia pero ¿cómo hacerlo?
Otro reciente estudio de Gartner asegura que la inversión en servicios de IT prevista para 2023 a nivel global se incrementará un 8% respecto de 2022, apuntalado por el contexto geopolítico y macroeconómico global. Sin embargo, teniendo en cuenta el escenario inflacionario global previsto, estos números representan, en términos reales, menor capital a invertir.
A su vez, los que somos proveedores de IT tendremos que mantener nuestra base instalada e, incluso, hacerla crecer, para hacer frente a los nuevos jugadores que se incorporan al mercado. Esto, sumado a proyectos de expansión geográfica, hace vital que las empresas tengan claro cuáles son los espacios que deben cubrir y qué necesidades deberán satisfacer eficientemente. Y la clave es sin duda, la flexibilidad.
A la necesidad de conseguir más clientes, más porción del mercado o nuevos mercados, se suma un segundo desafío: atender la agenda del talento.
Se avecina un contexto más que retador, con una macroeconomía desafiante, sumada a la búsqueda de eficiencia en la inversión en IT y a una diversificación en el reclutamiento del talento. La percepción del valor parece cambiar y estará asociada más que nunca, a la eficiencia. Vuelve a escena la idea de lo híbrido: las organizaciones tienen que adaptarse a esta nueva forma de percibir el valor, y ver de qué manera se complementan con las demás ofertas y necesidades que existen o que van surgiendo en el mercado.
La disrupción en el modelo de negocio llegó para quedarse, todas las hipótesis deben ser consideradas. Para ser exitosos en este escenario incierto, es fundamental prepararse como organización y ser pioneros. Los que simplemente reaccionen, llegarán tarde. Porque no se trata simplemente de lo que ya se transformó, sino de lo que se viene, de lo que seguirá cambiando.
SEGUIR LEYENDO: