Antonella Superstar y otras historias

La mudanza de la familia Messi a París, el palacete donde vivirán y el rol de Qatar

Compartir
Compartir articulo
Antonella Roccuzzo y Lionel Messi (@leomessi)
Antonella Roccuzzo y Lionel Messi (@leomessi)

Bonita historia la de Antonella Roccuzzo y el casi sobrenatural Lionel Messi. Se conocieron apenas traspuestas sus adolescencias -o al empezar los brotes de la adultez- en Rosario. Jugaron los movimientos iniciales del acercamiento amoroso y, andando los años, la hija del supermercadista y el mejor del mundo se unieron. Casamiento también en Rosario, se acuerdan, con las luminarias del fútbol en la gran fiesta. Invitados famosos, varios de ellos aterrizaron en el avión personal del capitán. La mayoría del brazo con glamorosas modelos, actrices o cantantes –desde hace años los futbolistas son sex symbols-; y Antonella, discreta y tranquila, se llevó los focos. En un país de mezclas y orígenes, y como lo mestizo resulta siempre en mayor belleza, la típica argentina que uno elige en ese orden fue y es Antonella Rocuzzo.

Como la vida te da sorpresas, los dados rodaban hacia una permanencia definitiva con rumbo a Castelldefels en la lindísima casa a menos de cincuenta kilómetros de Barcelona con el mar y el sol, los encantadores chicos y Hulk, y el gran dogo de Burdeos con sus 65 kilos. Pero no, y es sabida la ruptura del club y Messi con gran congoja y estupefacción: los Messi querían permanecer, lo tenían incorporado de manera natural.

Ya podemos verlo cada día. El palacete donde vivirán los dos años con opción a uno más, en Bougival, junto al Sena. Sus primeros paseos y compras, la presentación a los otros galácticos, los hinchas en éxtasis. Al menos en lo que pasa por éxtasis futbolera en Francia. Nada que ver con lo que ocurre entre nosotros. La gran periodista Luisa Corradini, corresponsal de gran talento y experiencia en Francia, hizo una crónica muy personal, muy del lugar. Nos dijo que con la llegada de Messi hubo cinco cuadras de banderas y vivas. No más. Un operativo espectacular puso con inteligencia cierta lupa gigantesca sobre el número uno, más para el club de París y sus partidarios que en dirección al mundo. Mientras se difundió poco menos que un hecho histórico, casi una nueva Revolución Francesa. La gente se interesó, sí, pero no con el estilo y paladar que por aquí se emplea. Bien, muy bien, pero cada uno a sus asuntos.

Antonella, con luz propia, reparó en la prensa del corazón –la española sobre todo, especialidad de la casa- y se podría apostar que no tardará en vernos desde la tapa de Vogue. Messi se integra a un equipo con más estrellas que el cielo que pasó por encima el fair play de ligas acerca de sueldos. Es aquí cuando sale al campo el jugador mayor: Qatar.

Presentación de Messi en París
Presentación de Messi en París

Y esa es otra historia.

Es la historia que muestra que el fútbol mueve sus piezas donde se juega: en todas partes. El presidente y dueño del PSG, Nasser Al-Kheleïfi, por parte de un fondo de inversión que pertenece a la casa real del pequeño país de la península arábiga, ha comprado cuanto jugador de fábula existe. Messi es la joya de la corona en un team formado por un hacinamiento inverosímil. Adoraremos y lo habremos de pasar fantástico, en tanto Qatar, anfitrión del Mundial el año que viene, intenta forjar una imagen inolvidable con estadios refrigerados en el desierto ardiente. De paso, procurará seducir a quienes, menos permeables, siguen otro rumbo, el de la observación de la tensión en Medio Oriente: en artículo de varias entregas, el New York Times, sin ir más lejos, aporta datos acerca de que tiene una política con un rostro pacificador sin dejar de ser friendly con Al Qaida y el Estado Islámico. Canadá, EEUU, la Unión Europea, Israel sin duda, tienen esa idea acerca de Qatar, sede por otra parte de la gran agencia informativa Al Jazeera.

Nasser Al-Kheleïfi. dueño del PSG
Nasser Al-Kheleïfi. dueño del PSG

Los pactos de 2020 en Doha, capital de Qatar, para una retirada condicionada de las tropas norteamericanas fue una rendición: Estados Unidos perdió la guerra y el Talibán ha vuelto. Movió mal sus propias piezas. Con la vuelta del Talibán, a la justicia con arreglo a la sharía islámica, al sometimiento y castigos de la mujer, desde azotes, mutilación o muerte, se hará de un país beligerante y restaurador de muyahidines, protección de Hamas y fortalecimiento de ISIS. Qatar queda cerquita.

Doha, Qatar todo, estará refulgente en el 22. Imaginemos recibir al planeta con la posibilidad de ganar la Champions y abrir de par en par un rostro moderno con un buen tratamiento de “Sport and wear”. Buena estrategia, real al pie de la letra o surgido de una novela de John le Carré, no desafina. Mientras tanto no nos perderemos de ninguna manera los partidos con Messi, Neymar, Di María, Sergio Ramos, Mbappé y sigue la lista . Que no decaiga. Antonella ya saldrá en Vogue.

SEGUIR LEYENDO