¿Por qué tantos controles de cambio?: para corromper mejor

El conjunto de los países consigue estabilidad monetaria sin cepos ni severas trabas al movimiento de divisas, la Argentina está entre las excepciones

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Los controles de cambio siempre, en todas partes, incentivan comprarle dólares al BCRA, cuando las cotizaciones alternativas son tanto mayores (Reuters)
Los controles de cambio siempre, en todas partes, incentivan comprarle dólares al BCRA, cuando las cotizaciones alternativas son tanto mayores (Reuters)

Los políticos argentinos se resisten a incorporar los conocimientos de las ciencias económicas y las novedades del mundo. En especial, no se abren a aliviar las actividades productivas con liberaciones contrarias a sus recetarios históricos. Despreciando la contundencia de los conocimientos y experiencias, prefieren aferrarse a ideologías de antaño. Como si fueran novelistas, desconocen verdades; inventan relatos épicos. Don Quijote luchando contra los molinos de viento. Temen y desconfían de las gentes actuando en libertad. Intentan ganar posiciones estratégicas dividiendo las opiniones y proyectando la figura de luchador “por la mesa de los argentinos”.

Pretendiendo frenar la inflación imponen “Precios Cuidados” y sanciones a los emprendedores privados, mientras encarecen los precios emitiendo más pesos que los demandados y entorpeciendo ofertas y producciones de esos bienes.

Pagan la superabundancia de gastos del Estado con superabundancia de impuestos y emisión de pesos, papeles de baja reputación, sin respaldo suficiente. Desplazan gentes de empleos productivos, los que generan más valor, a ocupaciones que gastan más que lo que producen. Lo cual resta bienes a la población, como resultado de imponer cargas y regulaciones exorbitantes a las actividades generadoras de ingresos genuinos, y subsidiar a los menos productivos. Los consiguientes faltantes de bienes los persiguen con regulaciones fracasadas durante milenios. Los controles de cambio siempre, en todas partes, incentivan comprarle dólares al BCRA, cuando las cotizaciones alternativas son tanto mayores. No hay caso. Los controles de cambio desaprovechan las ventajas de la competencia en todos los emprendimientos.

Los consiguientes faltantes de bienes los persiguen con regulaciones fracasadas durante milenio

El gráfico delinea la evolución de las cotizaciones del dólar, en esta versión de controles cambiarios, iniciada al final del gobierno de Cambiemos y acentuada por el actual. Cuando habíamos disfrutado de libertad cambiaria desde el final de 2015.

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La humanidad confirma. En todo el planeta, las libertades individuales expanden las satisfacciones personales. Con ese fin, desarrollan instituciones competitivas. El rol de Estado es asegurarlas con la división de poderes competitivos.

Los humanos aprendimos a superar las carencias personales comerciando, intercambiando sobrantes y faltantes individuales. La competencia es un proceso colaborativo, donde cada uno ofrece algo más valioso para los demás a cambio de bienes que valora mejor que sus contrapartes. Los mercados difunden esa información para beneficio conjunto, en tanto no sufran trabas innecesarias.

Las naciones avanzadas son las que progresaron más en eliminar vallados arbitrarios a las transacciones voluntarias. En el extremo opuesto, los países son tanto más pobres cuánto más entorpecen con imposiciones violatorias de las libertades individuales. Los controles cambiarios son casi inexistentes. Una expresión de obstáculos artificiales, violatorios de propiedades y deseos personales.

Las naciones avanzadas son las que progresaron más en eliminar vallados arbitrarios a las transacciones voluntarias

Donde vea inflación y controles cambiarios verá países en retroceso que repelen inversiones y peor satisfacen las necesidades de su gente, aunque sus dirigentes discurseen relatos triunfales. Políticos disonantes con las realidades individuales. Los controles incrementaron los riesgos.

Desde julio 2019, el mes anterior a las PASO, el índice de riesgo país informa variaciones mayores en Argentina que en Bolivia, Brasil y Chile, que en los años previos.

Los países pierden certidumbre cuando los controles alientan las arbitrariedades de los funcionarios. El riesgo argentino subió con los controles; tanto que impide invertir en las actividades productivas.

Los dirigentes disfrazan las contradicciones, bifurcando, partiendo la realidad. Convienen con sectores favorecidos, segregando a la población, según afinidades, relegando contratos inclusivos. Dividen en lugar de integrar, castigan la competencia y productividad. Encarecen los gastos y empobrecen.

Ejemplo: en lugar de una política monetaria, cambiaria y fiscal inclusiva, atendiendo realidades, disponen controles de cambio y comercios. Para transportar las vacunas y superar conflictos con los gremios de Aerolíneas Argentinas, contrataron aviones de pasajeros en lugar de cargueros.

La Argentina es una Babel de corrupciones, normas desiguales que impiden producir los bienes más valiosos. La dispersión y variaciones cambiarias sumadas al riesgo país son una muestra. Idiomas diferentes implica normas, voces, señales inciertas para la misma acción. Careciendo de traducción pronta, serían asimilables a corrupciones normativas: Distinta valuación para igual acto particular.

En lugar de una política monetaria, cambiaria y fiscal inclusiva, atendiendo realidades, disponen controles de cambio y comercios

Añorando el sistema aceptado en todo el planeta, BCRA se refiere al MULC, Mercado Único y Libre de Cambios, olvidando la vorágine de cotizaciones que implementa. Como en el cuento “A través del espejo”, el personaje dice “la palabra que uso significa exactamente lo que yo quiero, ni más ni menos. Pero, contesta Alicia, la cuestión es si la palabra puede significar cosas tan diversas. La cuestión, contesta Humpty Dumpty, es quien es el que manda”. La corrupción de los controles restringe las libertades individuales, empoderando a los funcionarios.

El libro “Por un País mas Justo y Floreciente” explica la asombrosa declinación de la Argentina, de los últimos 40 años, es consecuencia de las apropiaciones de los derechos a cobrar y disponer de los ingresos y activos. El poder adquisitivo del ingreso por habitante, en 2020, era 32% del de 1980. Cada argentino perdió el 68% del valor de compra de sus ingresos, mientras el del promedio mundial alcanzó 136 por ciento.

En 1980, el ingreso del argentino promedio era mas de tres veces superior al promedio mundial; en 2020, era un 22% inferior. Pobre país de tantas injusticias. Revisemos los hechos. La corrupción mata competencias. Necesitamos un País mas Justo y Floreciente.

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