Importar productos de lujo: planificar manteniendo la flexibilidad

Estefanía Labanchi, gerente de compras en una empresa de retail especializada en productos de lujo, cuenta las particularidades logísticas de esta industria y señala la importancia de conocer el contexto comercial y adaptarse a él

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Stefanía Labanchi es gerente de
Stefanía Labanchi es gerente de compras en una empresa de retail especializada en productos de lujo (Foto: Movant Connection)

Para Stefanía, “la base de una buena gestión está en mantenerse actualizado”. Planificar una cadena de abastecimiento sin estar al tanto del contexto y sin contar con la información necesaria puede poner en jaque toda la operación. Los cambios en normativa, las formas de producción y el contacto con los proveedores no pueden ser obviados al momento de planificar.

¿Qué particularidades tiene la logística de productos de alto valor?

Trabajar con productos de alto valor implica diseñar una logística que garantice trazabilidad, seguridad y cumplimiento normativo en cada etapa. En general se opta por el transporte aéreo, debido a la combinación de seguridad y velocidad que ofrece. Además, la mercadería debe embalarse con materiales especiales para evitar cualquier daño o alteración durante el traslado.

Se aplican medidas de resguardo específicas, como el uso de jaulas de valores tanto en el transporte como en las terminales, para reforzar la protección. Estos procedimientos son parte de una cadena planificada que comienza incluso antes de confirmar la compra, porque cada decisión logística debe alinearse con los tiempos del negocio y la normativa vigente.

¿Qué factores se tienen en cuenta a la hora de planificar una importación en esta industria?

La anticipación es clave. Para que los productos estén disponibles en el momento justo –ya sea por un lanzamiento o una campaña puntual– se trabaja con bastante antelación. Hoy, con el contexto que atraviesa el país, esta planificación es aún más relevante porque cualquier desvío puede generar complicaciones.

Además de los tiempos, hay que considerar el tipo de embalaje, los acuerdos previos, las certificaciones necesarias –como las ambientales– y la coordinación con el depósito central. Toda esa preparación busca que la mercadería llegue y se retire rápidamente de aduana, minimizando demoras y costos adicionales.

¿Cómo se negocia con proveedores en este tipo de operaciones?

En relaciones consolidadas, muchas veces las negociaciones no giran solo en torno al precio, sino también a los plazos de entrega y las condiciones financieras. El costo sigue siendo muy relevante, sobre todo en este contexto competitivo, pero también es fundamental contar con márgenes de financiamiento que permitan operar con estabilidad.

Disponer de condiciones de pago más flexibles o contar con líneas de crédito suficientes permite planificar mejor y adaptarse a las exigencias del mercado. En contextos económicos complejos, estas variables pueden marcar la diferencia entre sostener la operación o tener que limitarla por falta de recursos inmediatos.

¿Qué aspectos son clave para una gestión eficiente de comercio exterior en un escenario económico cambiante?

La base de una buena gestión está en mantenerse actualizado. Los cambios regulatorios pueden surgir en cualquier momento, y afectan directamente los procesos de importación y exportación. Por eso, también es esencial leer el contexto, anticipar escenarios posibles y tener siempre planes alternativos. En este rubro, muchas veces se trabaja con un plan A, un plan B, un plan C e incluso un plan D, porque una modificación normativa puede alterar toda la planificación en cuestión de horas.

También es clave revisar constantemente la estructura de costos: negociar con proveedores de transporte, ajustar condiciones con despachantes de aduana y buscar eficiencia en cada etapa de la operación. Hoy, muchas empresas necesitan importar para seguir siendo competitivas y, en ese sentido, el área de comercio exterior se convierte en un actor estratégico dentro de la organización. Adaptarse rápido, tomar decisiones informadas y sostener la operación con agilidad son elementos centrales para responder a las exigencias del mercado.

Cuando se gestiona la logística
Cuando se gestiona la logística de este tipo de productos "se aplican medidas de resguardo específicas, como el uso de jaulas de valores tanto en el transporte como en las terminales, para reforzar la protección" afirma Stefanía (Foto: Shutterstock)

¿Cómo influye el trabajo conjunto entre comercio exterior, logística y otras áreas como marketing o e-commerce?

El trabajo conjunto es esencial. Somos el área que inicia el proceso: si no gestionamos correctamente la llegada de los productos, todo el resto se retrasa. Desde que definimos qué se va a importar, compartimos información con marketing para sus campañas, con logística para la distribución y con ventas para planificar sus objetivos.

Además, en sectores donde el ecommerce tiene peso, la articulación se vuelve aún más importante. Aunque la logística inversa suele ser coordinada directamente por el área de logística, el trabajo en equipo y la claridad en la información son determinantes para lograr eficiencia en toda la cadena.

¿Cuáles son tus expectativas para el sector en los próximos años?

Mis expectativas son positivas. Si se sigue avanzando con la eliminación de barreras y la mejora de condiciones fiscales, creo que las importaciones y exportaciones van a crecer. Muchas empresas que hoy están paradas podrían reactivar sus operaciones y eso generaría una cadena de movimiento muy favorable.

Además, la tecnología va a tener un papel cada vez más importante. El uso de inteligencia artificial y otras herramientas todavía no está completamente incorporado al sector, pero creo que en los próximos años vamos a ver avances que nos permitirán ser más ágiles, más eficientes y más estratégicos. La clave estará en adaptarnos de la mejor manera posible a ese cambio. Si el sector logra combinar esa evolución tecnológica con una mayor estabilidad operativa, podrá consolidarse como un pilar clave para el crecimiento sostenido de las empresas en los próximos años.