Cada 13 de octubre, las mujeres alrededor del mundo son invitadas a dejar el brasier o sujetador en casa como parte de una campaña global que va más allá de una simple elección de vestimenta.
Se trata del Día Internacional sin Brasier, una fecha que busca generar conciencia sobre el cáncer de mama, una enfermedad que afecta a millones de personas cada año.
Aunque puede parecer un acto pequeño, esta acción pretende abrir conversaciones importantes sobre la prevención, el diagnóstico temprano y el apoyo a quienes luchan contra esta enfermedad.
Cuál es el origen de esta fecha
El nacimiento de este día se remonta a dos fechas en la historia: 9 de julio de 2011 y 19 de octubre del mismo año. La primera nació en redes sociales, cuando una usuaria con el pseudónimo de “Anastasia Doughnuts” propuso el “Día Nacional Sin Sujetador” para crear conciencia sobre el cáncer de mama. La segunda fecha fue propuesta por Mitchell Brown en Toronto Canadá, quien tiene una clínica especializada en procesos cosméticos y reconstructivos. Hace algunos años se propuso que estas dos fechas coincidieran el 13 de octubre.
Esta busca promover la educación, concientización y el acceso a las mujeres que consideran la reconstrucción mamaria postmastectomía, procedimiento que devuelve la forma de los senos después de una mastectomía, cirugía que extrae las mamas para tratar o prevenir el cáncer de mama.
“Actualmente se llevan a cabo cientos de eventos educativos en todo el mundo durante y alrededor de este día… Estos eventos reúnen a médicos, cirujanos, enfermeras, personal de apoyo y, especialmente, pacientes para mejorar la educación y la concientización sobre las opciones de reconstrucción mamaria”, menciona Mitchell en el sitio de su clínica sobre esa fecha.
La reconstrucción mamaria puede realizarse mediante diferentes técnicas, como el uso de prótesis, colgajos musculares y transferencia de tejidos, según la revista médica clínica Las Condes.
Las opciones principales son: el implante mamario, que es el método más común; el colgajo miocutáneo TRAM, que utiliza tejido abdominal; y el colgajo miocutáneo del latissimus dorsi, que emplea piel y músculo de la espalda. También está la transferencia de tejidos libres, que mueve tejidos de una parte del cuerpo a otra.
Otra opción para mejorar la apariencia de la mama después de una mastectomía es el tatuaje realista del pezón y la areola. Este procedimiento se realiza una vez que la paciente ha sanado completamente y consiste en aplicar pigmentos en la piel para crear la ilusión de un pezón y areola tridimensionales.
Los artistas o profesionales que realizan estos tatuajes utilizan técnicas avanzadas para lograr un aspecto natural, lo que puede ayuda a muchas mujeres a recuperar confianza y mejorar su autoestima tras el proceso de reconstrucción mamaria.
Prevención del cáncer de mama
En México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hace dos años se registraron 23,790 nuevos casos de cáncer de mama en personas de 20 años o más, lo que equivale a 27,064 casos por cada 100 mil habitantes.
En este panorama, las actividades de detección temprana tienen como objetivo identificar el cáncer en sus primeras etapas, cuando es posible curarlo y aplicar tratamientos menos invasivos o agresivos, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Además de la exploración mensual, existen dos estrategias fundamentales para detectar tumores antes de que causen daño mayor. Una es la exploración clínica de mamas, realizada por personal médico o de enfermería en las unidades de medicina familiar, que se debe hacer anualmente a partir de los 25 años.
La otra es la mastografía de detección, también conocida como tamizaje, que es útil para identificar pequeñas lesiones que, aunque a menudo no presentan síntomas, pueden estar presentes y creciendo en el organismo. Este estudio se realiza cada dos años en mujeres de entre 40 y 69 años.