En los pasados días, el Popocatépetl ha expulsado una gran cantidad de ceniza volcánica, lo cual ha provocado que personas que viven en las poblaciones aledañas tengan afectaciones en su salud, principalmente en el sistema respiratorio, como lo anunciado la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).

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“Don Goyo” ha provocado serios efectos a la salud, las cuales son serias y no deben minimizarse, por ello, las autoridades decretaron semáforo amarillo fase 3. El inhalar ceniza puede provocar estornudos, tos o carraspera. Incluso para una persona que padece de asma, se le puede desarrollar una enfermedad crónica y agravar su problema respiratorio.

¿Cómo fue perjudicar el sistema respiratorio?

Las principales reacciones que puede provocar a las personas el estar expuestos a la ceniza volcánica son picazón en la garganta y molestias en los ojos. En caso que la lluvia de ceniza se prolongue, pueden derivar en enfermedades respiratorias crónicas o llegar a deteriorarse la función pulmonar.

Además, la exposición frecuente a la ceniza del Popocatépetl puede ocasionar irritación aguda de ojos y vías respiratorias, conjuntivitis irritativa o abrasiones a la córnea, trastornos gastrointestinales, severas formas de agotamiento respiratorio, hipersecreción preexistente de moco y desarrollar enfermedades obstructivas, como una bronquitis crónica, la cual implica una tos prolongada con moco. Así como enfisema, el cual implica un daño a los pulmones con el tiempo.

¿Qué sucede si hay exposición frecuente con la ceniza volcánica?

Cuando las personas están expuestas por demasiado tiempo a los residuos volcánicos, las partículas menores de cuatro micras se suelen alojar en los alvéolos, que son bolsas diminutas llenas de aire en los extremos de los bronquiolos, que el cuerpo encapsula las partículas como un mecanismo de defensa, pero se forma una cicatriz que causa inflamación y reduce la capacidad de respiración.

Las múltiples formas de afectación son por contacto directo, inhalación de ceniza o gases retenidos, ingesta de alimentos o agua contaminada. Que puede provocar daños en la región extratorácica, como la nariz, la boca y la laringe. Así como en la zona traqueobronquial, que abarca la tráquea y bronquios. Además del área alveolar, que son los pulmones.

¿Qué es la ceniza volcánica?

La ceniza volcánica fresca puede ser áspera, ácida, arenosa, vidriosa, maloliente y completamente desagradable. Está formada por partículas producidas por la fragmentación de las rocas durante las erupciones y tienen un tamaño menor a 2mm.

Estos residuos suelen estar calientes y se ubican en las inmediaciones del volcán y se enfría cuando cae a mayor distancia. La ceniza puede varíar de apariencia, dependiendo del tipo de volcán y de la forma de erupción. Su color va de un tono gris claro hasta el negro, y puede variar en tamaño: desde arenilla hasta polvo fino como talco.

Por ello, cuando los gases de la ceniza se encuentran demasiado diluidos y no podrían ser un peligro para una persona sana. Aunque la combinación de gases ácidos y ceniza puede estar presente a kilómetros de la erupción y causar daños pulmonares a la niñez, personas adultas mayores y con malestares, incluyendo quienes sufren de enfermedades respiratorias graves.

¿En qué zonas del sistema respiratoria produce afectaciones?

• Nariz
• Boca
• Laringe
• Tráqueas
• Bronquios

Medidas para protegerse de la ceniza volcánica

• Evita hacer actividades al aire libre.
• Protege tus ojos, nariz y boca, si tienes la necesidad de salir a la intemperie.
• Cierra puertas y ventanas.
• Sella con trapos húmedos las rendijas y las ventilas, para limitar la entrada de ceniza a casas y edificios.
• Sacude la ceniza con plumeros para que no se rayen las superficies.
• Tapa tinacos y otros depósitos para que no se contaminen.
• Cubre aparatos, equipos y automóviles para que no se deterioren ni rayen.
• Evita conducir el automóvil, ya que la ceniza reduce la visibilidad y vuelve el pavimento resbaladizo.
• Recomienda a niñas, niños, así como a personas adultas mayores y con enfermedades respiratorias que eviten el contacto con la ceniza.
• Si tienes mascotas, vigila que el agua y los alimentos que consumen no se contaminen.