Un recorrido histórico de la humanidad a partir de la aparición de la bicicleta en “Dos ruedas bueno”

El escritor estadounidense Jody Rosen, mediante los argumentos ensayísticos, presenta la serie de cambios que dio como resultado la popularización del uso de dos ruedas

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"Dos Ruedas Bueno" - Jody Rosen
"Dos Ruedas Bueno" - Jody Rosen

A finales del siglo XIX el mundo sufrió un cambio similar al que años después se dio con la llegada de Internet. Con la introducción de la bicicleta el mundo sufrió un gran cambió, no solo en el aspecto de movilidad, sino que esta invención atrajo una red de proximidad y permitió que muchas personas más pudieran salir de lo local y conocer otros escenarios. Ahora, el escritor estadounidense Jody Rosen dedica toda una obra al recorrido histórico de la bicicleta.

Este recorrido llega editado bajo el sello Indicios, bajo el título “Dos ruedas bueno”. Rosen hace un retrato de la sociedad del siglo XIX a partir de la invención de la bicicleta y cómo esto repercutió en el camino al siglo XX. Este protagonista de dos ruedas es descrito en el libro como el vestigio de la era victoriana, que actualmente ha pasado desapercibido entre teléfonos inteligentes y la autonomía de los vehículos.

En “Dos ruedas bueno”, el autor presenta los inicios de este vehículo, que multiplicó la interacción humana, incluso en aspectos tan particulares como el cortejo, porque el amor ya no se veía limitado a las barreras de lo local. Entre los muchos cambios que trajo consigo, Rosen explica cómo influyó en una mayor independencia para las mujeres, y cómo ello devino en toda una revolución cultural, al punto de que los más reaccionarios afirmaban que se trataba de una invención de Satán.

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Una voluntaria de Cruz Roja se desplaza en bicicleta en 1943.
Una voluntaria de Cruz Roja se desplaza en bicicleta en 1943.
— Cuando montas en bicicleta, estás en el aire. Las ruedas que giran debajo de ti deslizan una banda continua de aire comprimido entre la bicicleta y la carretera, manteniéndote en el aire. Esa sensación de flotar, de estar en el aire, se ve acentuada por la forma en la que la bicicleta soporta tu cuerpo: tus piernas hacen el trabajo de propulsión del vehículo, pero el trabajo de soportar el peso de tu cuerpo se delega a la propia bicicleta. — Jody Rosen en “Dos ruedas bueno”.

En las páginas de este título, Jody Rosen se encarga de presentar al lector un panorama en el que ni la bicicleta o la sociedad han cambiado tanto de desde su primera llegada. En este libro el autor se encarga de recorrer bajo la perspectiva histórica la propia existencia de La Bicicleta, y el amor y odio que genera, al paso que revela detalles y pasajes pocos conocidos del vehículo que revolucionó todo un paradigma.

Jody Rosen, se encarga de escribir este periplo histórico desde la perspectiva de alguien que diariamente pedalea entre las calles de Nueva York, y deposita toda su pasión e ilusión como ciclista para que el lector de comienzo a un trayecto a dos ruedas. El ensayo de Rosen, se encarga de evocar no solo a la bicicleta como instrumento de transporte, sino como vehículo que genera bienestar, libera o simplemente trae los recuerdos de la infancia.

Portada de "Dos Ruedas Bueno".
Portada de "Dos Ruedas Bueno".
— Tal vez estés recorriendo una carretera vacía en una noche tranquila; tal vez, como Johnnie Dunlop, como Elliot y E.T., estés montando en una noche iluminada por la luna llena. Tu bicicleta no te lleva de viaje a la luna, pero tampoco es del todo terrestre. Estás en otro mundo, una zona intermedia, deslizándote en algún lugar entre tierra firme y el enorme cielo del horizonte —. “Dos ruedas bueno”.

El título de Jody Rosen hace referencia a, “dos patas bueno, cuatro patas malo”, el eslogan de los cerdos triunfantes con el que se cierra “Rebelión en la granja” de George Orwell. El autor se detiene en inventos como la máquina de correr alemana, Laufmaschine en 1817, la iniciativa del barón Karl von Drais, considerada el origen de las bicis, pero también se detiene en las Penny Farthing, las bicicletas de una rueda enorme y una enana, y hasta la perfección con las cámaras de aire actuales.

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