Fernando Iglesias: “Perón instaló un modus operandi: ‘hacemos los días más felices, cuando se termina se termina, y después le echamos la culpa a otro’”

El diputado presentó su último trabajo en la Feria del Libro, junto con Ricardo López Murphy, Martín Tetaz y Luciano Laspina. Quiere que su ensayo sirva para dar “insumos a los opositores”.

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Fernando Iglesias. Un trabajo sobre el peronismo. (Foto: Luciano González)
Fernando Iglesias. Un trabajo sobre el peronismo. (Foto: Luciano González)

En su nuevo libro Los días más felices, el político y diputado Fernando Iglesias plantea lo que entiende como el modus operandi económico y político de los gobiernos peronistas: vivir tres o cuatro años de fiesta y después “pagar el pato” con largos períodos de crisis económicas.

En la presentación realizada este viernes en la Feria del Libro, Iglesias estuvo acompañado por los también diputados y economistas Ricardo López Murphy, Martín Tetaz y Luciano Laspina, en una mesa coordinada por la periodista Laura Di Marco.

El primero en hablar fue Tetaz, quien señaló que “El peronismo es una hermenéutica de la abundancia. Un movimiento político al que le tocó estar en el lugar justo, en el momento indicado. En el mejor momento, entre 1945 y 1949, y en el aún mejor de todos entre el año 2003 y 2013. Digamos, ¿hay que tener culo, no?”

“Los términos de intercambio, la relación entre lo que vendemos y compramos al mundo, cuando esos términos de intercambio son buenos, es como un anabólico. Y cuando son malos es como que te corren el arco todo el tiempo,” señaló. Y agregó: “Cuando el dólar está barato y los salarios reales están altos, eso está bien si es un país productivo, que cree y coloca más productos en el mundo. Pero claro, fue una hermenéutica de la abundancia porque (los gobiernos peronistas) dijeron: ‘esto es así porque llegué yo al poder’. Y cuando los términos se revierten, el peronismo se disfraza de populismo. ¿De qué se disfrazan si no? La hermenéutica se caería y la constitución filosófica del peronismo se caería a pedazos”.

“Al peronismo le tocó estar en el lugar justo en el momento indicado. En el mejor momento, entre 1945 y 1949, y en el aún mejor entre 2003 y 2013. ¿*Hay que tener culo, no?” Martín Tetaz

Tetaz concluye que, entonces, “el peronismo empieza a atrasar sistemáticamente el tipo de cambio. Y hay que irse hasta Martínez de Hoz para encontrar un momento tan de “plata dulce” en el tiempo. Eso le pasó a Cristina al final de su segundo gobierno, cuando eso era ya insostenible. El kirchnerismo es insostenible porque estancó las exportaciones. En este momento en el mundo vivimos el proceso de mayor abundancia de liquidez, nunca hubo un dólar más barato en el mundo. Pero la restricción externa... son ustedes, háganse cargo”.

Para Luciano Laspina, “este libro tiene un mérito adicional que es de alguna manera documentar, porque creo que es un libro de historia económica, narrar lo que yo denomino la maldición del populismo, que no termina nunca. Una vez que se instala, las correcciones económicas crean el descontento social que a la vez crea muchas veces las condiciones para el retorno del populismo. Y el libro lo documenta de manera impresionante”.

Manos. Ricardo López Murphy y Martín Tetaz. (Foto: Luciano González)
Manos. Ricardo López Murphy y Martín Tetaz. (Foto: Luciano González)

“El año 45..., hay tres o cuatro gráficos, uno es el grafico de reservas internacionales, 15 por ciento de PBI, que a precio de hoy eran 90 mil millones de dólares, Hoy tenemos 5. El otro gráfico impresionante es el de la inflación”, agregó Laspina.

“Cuando asume el kirchnerismo, Macri ya había hecho todos los ajustes. Pero además viene la pandemia y se destruyen todos esos colchones. El libro recoge la necesidad de la construcción de un nuevo relato. Y creo que es de lectura indispensable, que deberían leerlo no solo los gorilas, porque es una crítica demoledora del peronismo pero también es un libro para que los peronistas de bien puedan ver que se hizo mal y qué se hizo bien y colaborar con una argentina futura”, concluyó Laspina.

El último orador, López Murphy, comenzó señalando que “ahora van a entender de dónde viene mi apodo de bulldog. Yo discrepo con las cifras de reserva del 45. A mí me da que eran como 33 puntos del PBI, unos 200 mil millones ahora, Era algo inusitado, colosal, que financió un gasto extravagante y permitió un triunfo arrollador”.

“Cuando asume el kirchnerismo, Macri ya había hecho todos los ajustes”. Luciano Laspina

“El segundo punto -dijo López Murphy- es que Menem no fue igual qué Néstor. Y creo que Fernando fuerza ese argumento. En la época de Menem hubo reformas que iban contra la lógica del peronismo: la apertura, las exportaciones, la firma de tratados internacionales para asegurar el derecho de propiedad, nunca sentí miedo ni fui agredido. No saben lo que me tocó después”.

“Creo que en esa época hubo una actitud de búsqueda de la concordia, con falencias, pero anotaría tres. Una, la falta de capacidad para hacer una reforma laboral; la segunda el feudalismo, lo que se descontroló durante la época de Menem  fue al gasto de las provincias. Y el tercer problema, y esto es una marca que iguala todo, fue la corrupción, Salvo esto yo veo una diferencia”, insistió López Murphy.

Atentos. Fernando Iglesias, Luciano Laspina, Laura Di Marco. (Foto: Luciano González)
Atentos. Fernando Iglesias, Luciano Laspina, Laura Di Marco. (Foto: Luciano González)

Y agregó: “La hipótesis de Fernando es que todo esto fue más o menos planeado. Yo tengo otra hipótesis, que es la ignorancia, que es una hipótesis potente que a uno le hace ver la ignorancia del que no sabe que es ignorante, que es la peor de todas. La hipótesis de la ignorancia… voy a citar tres ejemplos: el primero cuando Perón le anunció al mundo que estábamos en control de la energía atómica, le vendieron un buzón y lo compró, y lo anunciaron. Después, bueno, la época de Isabel, los que la vieron. Y las (falencias) de Cristina que son las más sabrosas, porque ninguno de los otros tiene esa arrogancia”.

Finalmente, Fernando Iglesias sostuvo que “la dictadura es lo peor que nos pasó, es lo más horrible. Pero desde el punto de vista económica la plata dulce de Martínez de Hoz es lo más parecido a los días más felices. Hasta que explotó”.

Con el libro, dijo, “una de las intenciones es tratar de producir elementos que sean insumos para los opositores. Para el señor que se tiene que juntar el domingo con el primo peronista en el asado y necesita tener datos para discutir. Pero también para los dirigentes. Y coincido entusiastamente con López Murphy en el tema de la ignorancia. Yo tengo otra anécdota de Cristina, cuando dijo que ‘si fuera por mí, la Argentina no importaría ni un clavo’. Uno exporta para importar cosas que necesita para producir. La tesis de la ignorancia...”

“La hipótesis de Fernando es que todo esto fue más o menos planeado. Yo tengo otra hipótesis, que es la ignorancia.” Ricardo López Murphy

“Perón cuando llegó era muy débil” -agregó Iglesias-, no tenía ni un partido, Menem también era débil, además ninguno tenía reelección, aunque ambos luego la pusieron. Lo mismo pasó con Kirchner, que llegó con el 22 por ciento de los votos y agarró el viento de cola. Debilidad política y gran fortaleza económica. Entonces hicieron lo que les salió. A Perón le salió bien de entrada e instaló un modus operandi: hacemos los días más felices, cuando se termina se termina, y después le echamos la culpa a otro”.

Y en otra respuesta a López Murphy, Iglesias sostuvo que “Menem es el punto más conflictivo y el más difícil de cerrar. Estoy de acuerdo que hubo muchos elementos liberales de Menem en que yo lo apoyaría. Lo bueno fue la parte liberal, y lo malo la corrupción, y a medida que se acabaron las empresas privatizadas empezó la deuda. Y la convertibilidad, si fijás la convertibilidad por diez años y no la modificás, ¿qué tiene eso de liberal? Es armar una retórica de los días más felices y después que el país se la arregle, en eso también estuvo Menem”.

¿Pero por qué al no peronista le cuesta armar una narrativa?, se preguntó Iglesias para cerrar. “Si uno repasa por ejemplo a Alberto de 2019, es como un marido golpeador que llama a la puerta y dice ‘acordate que los días más felices los pasaste con nosotros, y además yo volví mejorado’. Por eso la instrucción es construir el contrarrelato, y para eso hay que destruir el relato. Una de las tesis con la que discute este libro es la corresponsabilidad: Macri no hizo esto o aquello, pero no nos confundamos, una cosa es el asesino y otra que la policía llegó tarde”.

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