Meningitis por meningococo: por qué es importante vacunar a los 11 años

La inclusión de la vacuna antimeningocóccica tetravalente en el Calendario Nacional desde el 2017 en el grupo de 11 años tiene como objetivo proteger a los adolescentes y también disminuir la transmisión de la bacteria meningococo a la población vulnerable, que son los menores de 5 años

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(Shutterstock.com)
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La meningitis por meningococo es una enfermedad grave que provoca la inflamación de la membrana que recubre el cerebro y es causada por una bacteria llamada meningococo o Neisseria meningitidis. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de un 10% a 20% de la población es portadora de la bacteria aunque la tasa de portadores puede ser más elevada en situaciones epidémicas.

¿Cuáles son los síntomas? Los síntomas más frecuentes son rigidez de nuca, fiebre elevada, sensibilidad a la luz, confusión, cefalea y vómitos. Debido a que los síntomas de la meningitis pueden ser similares a los de otras afecciones como por ejemplo la gripe, siempre se debe consultar a un médico para obtener un diagnóstico certero.

Una forma menos frecuente pero aún más grave de enfermedad meningocóccica es la meningococcemia, que se caracteriza por una erupción cutánea hemorrágica y colapso circulatorio rápido. Dada la complejidad de la enfermedad, el 100% de los casos requiere hospitalización.

Es una enfermedad de difícil diagnóstico que puede causar la muerte entre las 24 y 48 hs desde la aparición de los síntomas

¿Por qué los adolescentes son el grupo con mayor probabilidad de portación o transmisión?

Según la Dra. María Paula Della Latta, Médica de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y del Departamento de Pediatría del Hospital Alemán, el meningococo -o Neisseria meningitidis- es una bacteria capaz de causar diferentes tipos de infecciones en el ser humano cuyas formas invasivas más graves son la infección diseminada a la sangre o meningococcemia y la meningitis.

“Esta bacteria tiene la capacidad de habitar de manera asintomática, lo que también se llama colonizar, las vías aéreas superiores puntualmente la garganta de los seres humanos. Esta colonización es el primer paso antes de que se produzcan las infecciones invasivas, pero cabe preguntarse: ¿Todas las personas que están colonizadas por meningococo van a tener una enfermedad invasiva? Y la respuesta es no. Algunos grupos de personas son más susceptibles a enfermarse pero otras, son más susceptibles a ser portadores asintomáticos”.

Los adolescentes y adultos jóvenes son, con mayor frecuencia, portadores -alrededor de un 10%- y por ende, transmisores de esta bacteria, mientras que los niños pequeños menores de 1 año son con mayor frecuencia los que se enferman.

Asimismo, la especialista remarcó que si bien no se conoce con exactitud por qué los adolescentes actúan como portadores, la evidencia lo relaciona al tipo de costumbres y actividades que ellos desarrollan.

“Se han identificado distintos factores de riesgo en los adolescentes para ser portadores del meningococo, como son la concurrencia a lugares cerrados y llenos de gente como bares, pubs o boliches, la exposición al humo del cigarrillo, la convivencia grupal con otros adolescentes, como ocurre en los campus universitarios de otros países. Es por este motivo que muchos países exigen a sus alumnos, para ingresar a los campus universitarios, la vacunación contra meningococo, ya que en estas situaciones de convivencia los adolescentes también se vuelven un grupo con mayor riesgo de padecer las formas invasivas de esta infección”, señaló la doctora.

¿Qué la hace tan letal?

La infectóloga pediatra también comentó que el meningococo posee una increíble capacidad de invadir la sangre y otros tejidos en pocas horas. Esto provoca que el sistema inmunológico de la persona que enferma no alcance a generar una respuesta inmune efectiva para detener la infección, y que rápidamente avance causando un cuadro generalizado que afecta el funcionamiento de varios órganos.

Esta bacteria actúa de manera tan rápida en algunas ocasiones, que pueden verse infecciones graves y con mala evolución, aún aunque los pacientes reciban los antibióticos adecuados.

“Una gran desventaja es que, en primer lugar, no se ha podido determinar un análisis que permita al médico identificar cuándo se trata de esta bacteria o de otra de menor gravedad, ante una primera consulta a la guardia por cuadro de fiebre. Y en segundo lugar, que al inicio del cuadro, es frecuente que los síntomas sean similares a los de una gripe o una faringitis común”. “Por estos motivos es imprevisible saber con exactitud, cuándo se trata de una enfermedad invasiva por meningococo, en un niño que consultó previamente por un cuadro febril de aspecto leve y muchas veces, cuando vuelve a consultar resulta demasiado tarde”.

“Es esta la causa por la cual la prevención de la enfermedad mediante la vacunación, cobra importancia”, concluyó la Dra. Della Latta.

En 2017, se incluyó en el Calendario Nacional la vacunación antimeningocóccica tetravalente para bebés con un esquema de 3 dosis (a los 3, 5 y 15 meses de edad), y para adolescentes con una dosis única a los 11 años.