Peter Tabichi: Así fue la visita a Argentina del mejor maestro del mundo

Es un fraile keniata y acaba de recibir el premio al Mejor Maestro del Mundo que entrega Varkey. En su visita a Buenos Aires, recorrió el barrio Ejército de los Andes (Fuerte Apache), donde la Fundación Franciscana trabaja para mejorar la vida de las personas. "El rol del docente es ayudar a los jóvenes a que ellos mismos confíen en su propio potencial, en sus capacidades", nos dijo.

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Las familias de Fuerte Apache prepararon una colorida bienvenida para Peter Tabichi.
Las familias de Fuerte Apache prepararon una colorida bienvenida para Peter Tabichi.

Lo primero que hizo luego de aterrizar en Buenos Aires fue jugar un picadito con los chicos de Ejército de los Andes, barrio conocido como Fuerte Apache, en el oeste del Conurbano. Llegó allí acompañado por los jóvenes de la Fundación Franciscana, que trabajan con las familias para que niños y adultos puedan desarrollar sus capacidades.

Creció en Kenia, en el seno de una familia religiosa, rodeado de personas con vocación docente. Ambas vertientes marcaron a fuego al keniata, que fue a la ceremonia de premiación en Dubai con su hábito de fraile franciscano.

"La vigencia de San Francisco de Asís es enorme. Humildad, servicio, compromiso y respeto al medio ambiente es un mensaje presente en casi todas las escuelas del mundo", dice con una sonrisa.

Comenzó su carrera enseñando ciencias en un colegio privado, cuyos alumnos tenían condiciones mucho mejores que en la escuela secundaria Keriko, en Pwani, localidad de Kenia donde trabaja desde 2015. Sus amigos suponían que se iba a un lugar donde iba a tener menos exigencias laborales, aunque él sabía que este cambio tenía que ver con su preocupación por generar impacto positivo en la sociedad toda, y era consciente del trabajo que esto requiere.

Peter Tabichi recorrió el barrio Ejército de los Andes junto a Agustín Porres y jóvenes de la Fundaicón Franciscana que trabaja en el lugar.
Peter Tabichi recorrió el barrio Ejército de los Andes junto a Agustín Porres y jóvenes de la Fundaicón Franciscana que trabaja en el lugar.

–¿Qué fue lo primero que llamó tu atención durante la visita a Ejército de los Andes? –le preguntó GENTE.

–Me sentí en casa. Tiene características distintas a las de Pwani, las problemáticas son similares. Aunque breve, este encuentro puede ser un punto de partida para muchas cosas.

–Sos el mejor docente del mundo. ¿Qué huellas quisieras dejar en la sociedad?

–Ante todo, me gustaría expresar que éste no es un reconocimiento a mi persona. El premio fue creado para celebrar a los millones de docentes que están haciendo un gran trabajo en todo el mundo. Eso sí, este premio me ofrece la enorme posibilidad de dar mi mensaje. ¡Confíen en sus alumnos, acérquense a ellos! También reconoce a la gente joven de ese gran continente donde vivo. Estoy aquí porque mis alumnos lo han logrado.

“El primer objetivo del premio es celebrar a todos los maestros”, explica Agustín Porres, director regional de Fundación Varkey, quien tomó mate con Tabichi. “Queremos que esto movilice a todos a celebrar y a agradecerles a quienes tienen la llave del futuro en sus manos”, completa.
“El primer objetivo del premio es celebrar a todos los maestros”, explica Agustín Porres, director regional de Fundación Varkey, quien tomó mate con Tabichi. “Queremos que esto movilice a todos a celebrar y a agradecerles a quienes tienen la llave del futuro en sus manos”, completa.

–¿Cuál es el rol del docente hoy?

–Ante todo, ayudar a los jóvenes a que ellos mismos confíen en su propio potencial, en sus capacidades. Si guiamos su propio descubrimiento podremos transformar el mundo. Debemos ser capaces de estar cerca y acompañarlos, trabajando juntos, en equipo. Esto puede suceder en cualquier contexto. Claro que el hecho de que una comunidad no tenga las necesidades básicas cubiertas nos obliga a contemplar con atención las alternativas, a recorrer otros caminos, pero el objetivo es el mismo. Por otro lado, el valor del ejemplo es central: podemos contarles muchas cosas a nuestros estudiantes, pero si ellos no ven en su maestro un ejemplo positivo es muy difícil que nuestras palabras lleguen verdaderamente a ellos.

Aula de la escuela secundaria Keriko.
Aula de la escuela secundaria Keriko.

–Señalaste que los clubes de ciencias, de arte o de otras disciplinas sirven para despertar y acompañar el interés de los alumnos. ¿Por qué creés que funcionan?

–Lo que funciona es el trabajo en equipo, la colaboración. Lo fundamental es saber que necesitamos reunirnos, encontrarnos, conocernos. Esto implica un trabajo de humildad, de expresar que no sabemos todo y que el otro puede ayudarnos. Esos clubes han contribuido a que ellos puedan expresar su potencial y reciban un reconocimiento puertas afuera.

–Más allá de diferencias sociales, culturales e históricas, ¿cuáles son hoy los desafíos de la educación?

–Son muchos. Formar mejores docentes y enseñar a los estudiantes a ser ciudadanos globales son cuestiones fundamentales. Sin embargo, la educación no debe expresar sólo un aspecto formal: cada día se puede aprender en la familia, en el barrio y eso también es un aspecto central. Me gustaría detenerme en este punto.

–Adelante…

–Cuando tengamos buena educación, formal y no formal, podremos enfrentar los problemas de la sociedad actual. A los que están en barriadas donde escasean los recursos puedo decirles que siempre hay un lugar. Los que viven allí seguro me comprenderán. Detrás de los desafíos hay oportunidades. No se comparen con otros: desde ahí, estén convencidos de que pueden contribuir a mejorar. Debemos aspirar a una sociedad donde las personas se respeten.

–¿Qué te motiva a seguir trabajando en ambientes adversos?

–Donde hay una necesidad hay una oportunidad de servir a los demás. Creo en el poder que significa juntarse y buscar soluciones entre todos, porque cuando hay desafíos hay que mirarse a los ojos y reconocer a cada uno. De esta manera tendremos los medios para encarar los problemas.

Peter Tabichi con el premio de Fundación Varkey al Mejor Maestro del Mundo
Peter Tabichi con el premio de Fundación Varkey al Mejor Maestro del Mundo

–¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a la docencia?

–Que lo haga con compromiso y pasión. En sus manos está la posibilidad de transformar vidas. Cuando un maestro es consciente de eso, esa potencialidad se transforma en una responsabilidad enorme.

–¿Cómo se unen en tu vida la docencia y la vocación franciscana?

–En el servicio a los demás, en el compromiso, en la humildad de poder seguir aprendiendo. En todos esos aspectos está presente Dios.

Por Florencia Rodríguez Petersen
Fotos: Gentileza Fundación Franciscana y Fundación Varkey.
Para más información: www.fundacionfranciscana.org

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