Ya sea de montaña o de costa, si hay algo por lo que se conoce a Gran Canaria es por sus increíbles paisajes naturales. Y es que esta isla está repleta de rincones que merece la pena visitar. Uno de estos lugares, en ocasiones, pasa desapercibido para los turistas, pero destaca por su belleza: la playa de Tufia, cuyas aguas cristalinas y arena negra volcánica la convierten en una de las más bonitas. Además, el pequeño pueblo que la alberga está repleto de casas blancas y azules, pegadas a la orilla del mar, a las que se unen preciosas casas-cueva, que hacen de este un espacio impresionante.
A pesar de su reducido tamaño, la playa de Tufia no solo es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza, sino también del submarinismo. Situada en el municipio de Telde, muy próxima al aeropuerto, está oculta en uno de los laterales de la autovía GC-1, y esconde una combinación de calma, mar y sol. De ahí que sea ideal para quienes tienen como objetivo desconectar y disfrutar de la tranquilidad durante las vacaciones de verano, lejos de las masificaciones propias de la época estival.
Con forma de medialuna y cubierta de arena fina

Un antiguo cono volcánico domina la península de Tufia, donde el océano despliega su lado más en calma, resguardado por la silueta de una pequeña bahía. Esta cala, protegida de los vientos alisios por su característica forma de media luna, se extiende a lo largo de 110 metros de longitud y alcanza una anchura media de 20 metros.
La arena negra y fina cubre toda la playa, mientras dos hileras de viviendas blancas, alineadas frente al mar, parecen vigías del suave vaivén de las olas. Un baño en sus aguas y un paseo por las callejuelas adornadas con flores y ventanas enmarcadas en azul bastan para convertir cualquier jornada de descanso en una experiencia memorable.
La playa de Tufia, una mezcla de calma y deportes acuáticos

Una de sus señas de identidad es la temperatura del agua en Tufia, que permanece agradable a lo largo de casi todo el año, lo que favorece actividades como el esnórquel o el buceo entre sus ricos fondos marinos, muy próximos a la orilla.
En este enclave de arena volcánica, la experiencia de disfrutar del entorno cuenta con dos alternativas esenciales. Por un lado, la contemplación: descansar sobre la arena, escuchar el mar, recorrer el perímetro de la playa y observar una vegetación donde conviven especies protegidas como el chaparro y la piña de mar. Por otro, sumergirse para explorar la vida submarina que rodea la zona.
Los aficionados a la fotografía se toparán con escenarios sugerentes: casas blancas realzadas con puertas y ventanas de tonos vivos, barcas de pescadores, un paisaje salvaje y un mirador desde el cual se obtiene una panorámica completa del pueblo y la playa. Durante el verano, un chiringuito ofrece bebidas y aperitivos; fuera de temporada conviene llevar provisiones propias.
Cómo llegar a la playa de Tufia
El acceso a la playa de Tufia se realiza a través de una carretera que parte desde la localidad de Telde. Tras tomar la salida correspondiente en la autopista GC-1, el recorrido continúa por una vía secundaria señalizada hacia el pueblo. El trayecto finaliza en un pequeño aparcamiento, desde donde es necesario continuar a pie hasta la cala, descendiendo por calles estrechas que conducen directamente a la orilla.
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