
Desde el 8 de marzo de 2019, todas las empresas tienen la obligación de registrar el horario de sus empleados, como medida de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo.
La empresa, independientemente de su tamaño y del sector, deberá registrar diariamente cada turno, de manera individual, y aportar en ese proceso los datos identificativos de la empresa, los datos del empleado, especificar la fecha a la que corresponde cada jornada, la hora exacta tanto de entrada como de salida y conservar el registro durante al menos cuatro años, para poder ponerlos a disposición de los trabajadores, sus representantes e inspectores de trabajo.
Además, este registro debe hacerse de manera digital, por lo que hay que contar con algún tipo de software que posibilite el registro de entradas y salidas y el almacenamiento de manera informática. Esta medida posibilita al Gobierno consultar los datos en directo y desde cualquier lugar de manera telemática, detectando así posibles irregularidades.
Gracias a esta digitalización del proceso, la acción de fichar cada día de trabajo es más fácil, pero, aún así, son muchas las personas que se olvidan de registrar sus entradas y salidas. Ante esta situación, un abogado laboral explica cuáles pueden ser las consecuencias de no cumplir con esta obligación.
“Después de ver esto no te olvidarás nunca más”, comienza el vídeo publicado por el letrado en su cuenta de TikTok (LeyesConSebas). Según el abogado, si no fichas, una inspección de trabajo podría poner a tu empresa multas muy elevadas. Además, aclara que la ley otorga la facultad al empresario de poner sanciones disciplinarias, e incluso de despedir a aquellos trabajadores que no cumplen con la obligación o fichan mal cada día.
Cuáles son las sanciones a las que te enfrentas por no fichar
Pese a que la mayoría de las sanciones por no realizar de manera adecuada el registro de entradas y salidas de los empleados recaen en las empresas, los empleados también pueden enfrentarse a multas por negarse a cumplir con esta obligación.
Las distintas sanciones que puede recibir la empresa dependen del nivel de la infracción. Las más leves, como el registro incompleto sin indicios de fraude, pueden acarrear multas de entre 750 euros y 2.000 euros. Las graves, como no hacer ningún tipo de registro, pueden suponer sanciones de entre 2.001 euros y 6.250 euros.
Por último, las infracciones más graves, como el incumplimiento de los registros que impliquen perjuicios serios de los derechos de los trabajadores, como no remunerar las horas extraordinarias, podrían acarrear sanciones superiores a los 6.250 euros.
Por parte del trabajador, cuando este se niega a fichar, no puede ser sancionado directamente por la administración pública, pero la empresa puede tomar medias al respecto. Primero, el empleador notificará al subalterno por escrito y puede ofrecer alternativas y, en caso de una negativa reiterada, involucrar a sindicatos o delegados de personal. Además, en casos extremos, la compañía podría despedir al empelado, siempre que se justifique y se siga el procedimiento legal.
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