La inteligencia artificial rinde examen: ¿cuándo terminará la resistencia de los maestros al ChatGPT?

En un panel que llevaba por título: “ChatGPT en el aula: ¿aliado o amenaza?”, Melina Masnatta y Ariel Merpert hablaron en el auditorio de Ticmas sobre las implicancias que la inteligencia artificial tiene en la educación

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Ariel Merpert y Melina Masnatta
Ariel Merpert y Melina Masnatta

Una vieja canción decía: “¿Te acuerdas de Elvis cuando movió la pelvis? / El mundo hizo ¡Plop! y nadie entonces podía entender / qué era esa furia”. Sin dudas, el último ¡plop! vino de la mano de ChatGPT, un modelo de inteligencia artificial capaz de entender conversaciones y generar textos como si hubieran sido escritos por seres humanos. A menos de seis meses de su presentación, esta tecnología promete cambiar —si no lo ha hecho ya— las relaciones y dinámicas en el ambiente laboral y en el educativo.

La inteligencia artificial fue uno de los temas más transitados en el 3° Seminario de Innovación Educativa que Ticmas organizó en la Feria del Libro de Buenos Aires, al que le dedicó varios paneles a lo largo de las tres jornadas que duró el encuentro. En uno de ellos, que llevaba por título “ChatGPT en el aula: ¿aliado o amenaza?”, participaron Melina Masnatta, una innovadora en educación y tecnología con experiencia en proyectos de impacto global, y Ariel Merpert, director ejecutivo de TEDxRíodelaPlata, con más de 20 años de trayectoria en el ámbito educativo.

Con la moderación de Patricio Zunini, Masnatta y Merpert abordaron las diferentes problemáticas asociadas a la IA y la educación, los límites, los desafíos, los conflictos y, por supuesto, el rol de los humanos.

El panel "ChatGPT: ¿aliado o amenaza?" se realizó en el marco del 3° Seminario de Innovación Educativa
El panel "ChatGPT: ¿aliado o amenaza?" se realizó en el marco del 3° Seminario de Innovación Educativa

El diálogo comenzó con una cuestión que puede resultar paradójica: ¿qué dice de nosotros que la inteligencia artificial nos comprenda tan pronto y tan bien? “Lo primero que dice”, respondió Melina Masnatta, “es que fue creada por humanos”. Aunque a veces uno pueda creer, por la simplicidad de la interfaz y el contexto casi impecable, que la inteligencia artificial surgió de la nada, no hay que olvidar que detrás hay personas que estudiaron y recopilaron datos durante muchos años. Además, hay otra característica que humaniza a ChatGPT, y es su capacidad para reconocer sus errores. “Tiene una humildad cognitiva que es extremadamente importante en el intercambio de conocimientos”, dijo.

Para Merpert, el desarrollo de la inteligencia artificial tiene mucho de profecía autocumplida. Muchas películas, libros y otros medios culturales han planteado escenarios posibles como este. Ahora bien, dijo retomando una idea del periodista Álvaro Liuzzi, el problema con una inteligencia artificial como ChatGPT radica en dos aspectos: por un lado, los humanos tendemos a confiar demasiado en la tecnología debido a su precisión y rapidez; por otro lado, la inteligencia artificial no siempre es consciente de lo que desconoce. “En eso se parece a nosotros; hay muchas investigaciones que muestran que somos poco conscientes de lo que no sabemos”.

Ariel Merpert es director ejecutivo de TEDxRíodelaPlata y tiene con más de 20 años de trayectoria en el ámbito educativo
Ariel Merpert es director ejecutivo de TEDxRíodelaPlata y tiene con más de 20 años de trayectoria en el ámbito educativo

La tecnología como problema

Todavía se estaba debatiendo si los teléfonos celulares debían permitirse en las aulas, cuando apareció ChatGPT y cambió por completo el curso de la discusión. Sin embargo, en el contexto de la tecnología y la educación, surge una pregunta recurrente: ¿por qué cada vez que una nueva tecnología ingresa al aula se considera inicialmente un problema? ¿Cuáles son las motivaciones subyacentes detrás de la incertidumbre y la desconfianza?

El aula en sí misma es una tecnología, dijo Merpert, por lo que es necesario entender si es compatible con otras tecnologías. Para él es comprensible que haya resistencia, aunque hasta ahora esa resistencia siempre ha sido permeable. Incluso, a lo largo del tiempo, diversas tecnologías han complementado lo que ya se venía haciendo. “Distintas tecnologías entraron a complementar lo que ya venía pasando”, dijo, y continuó: “No me preocupa tanto la resistencia inicial; me preocuparía si esa resistencia se convierte en un movimiento militante”.

“No me preocupa tanto la resistencia inicial; me preocuparía si esa resistencia se convierte en un movimiento militante”, Ariel Merpert

Sumándose a las observaciones de Merpert, Masnatta señaló que la resistencia surge debido a la falta de consideración hacia el entorno tecnológico dentro del aula. “Hay muy pocas tecnologías que se diseñan teniendo en cuenta el contexto tecnológico del aula”, comentó. Además, mencionó que existe una presión para adoptar la innovación tecnológica bajo la premisa de que no hacerlo significa perder oportunidades en el futuro del trabajo o quedar excluido de las discusiones sobre avances tecnológicos. En su opinión, este tipo de mensajes tienden a socavar el poder de aquellos que toman decisiones en el ámbito educativo, ya que no se tienen en cuenta sus necesidades y preocupaciones. Y, por otro lado, se subestima el impacto que puede tener la curva de aprendizaje de las nuevas tecnologías, lo que provoca un estrés tanto en los docentes como en los estudiantes.

Merpert, entonces, compartió sus experiencias durante una reciente visita a Estados Unidos, donde tuvo contacto con instituciones educativas y pudo presenciar cómo la implementación de ChatGPT-3 causaba una sensación de caos y desbordamiento. En sucesivas entrevistas con docentes y directivos, notó en unos y otros una gran preocupación por la falta de conocimiento sobre cómo utilizar y protegerse de esta nueva tecnología. Mientras los estudiantes ya la utilizaban en sus hogares, parecía que las escuelas no tenían una estrategia clara sobre cómo implementarla. Con este marco, Merpert contó el caso de un director que decidió prohibir el uso de ChatGPT hasta comprender completamente su alcance y consecuencias. “Necesitábamos quince días de pausa”, le dijo aquel director, “para analizar el problema”.

Melina Masnatta es una reconocida innovadora en educación y tecnología con experiencia en proyectos de impacto global
Melina Masnatta es una reconocida innovadora en educación y tecnología con experiencia en proyectos de impacto global

ChatGPT y el rol del docente

“Quiero agregar otra cuestión”, dijo Masnatta, y abrió un debate incómodo y necesario, pero que llamativamente no se suele abordar. Masnatta mencionó el caso de un docente que devolvió un proyecto final analizado por ChatGPT a una estudiante universitaria avanzada. Una situación que provocó una crisis en la institución. “Podemos retar a los estudiantes por usar ChatGPT, como cuando en el pasado usaban Wikipedia en el pasado, pero ¿qué le decís a un docente?”. La universidad tuvo que analizar el caso y llevar a cabo un proceso ético con total transparencia, convocando tanto al profesor como a la estudiante, quien necesitaba un proceso de recuperación emocional.

Más allá de este caso, Masnatta destacó una serie de temas que deben tenerse en cuenta en el uso de ChatGPT y que corren el riesgo de volverse naturales: la responsabilidad de los adultos de informarse sobre el uso de la tecnología para tomar decisiones, la nula apertura en el código de ChatGPT —a pesar de que la empresa se llama OpenAI, lo que implica que sería una “inteligencia artificial abierta”—, la necesidad de explicitar a los jóvenes las posibles implicaciones de su uso. También mencionó el impacto de la tecnología en la participación ciudadana y en las democracias. Citando ejemplos como el caso de Cambridge Analytica, señaló cómo la información puede influir en las decisiones de los votantes y los consumidores.

“Podemos retar a los estudiantes por usar ChatGPT, pero ¿qué le decís a un docente?” Melina Masnatta

Llegando al final del encuentro, Ariel Merpert contó cómo, según su experiencia, los docentes suelen utilizar ChatGPT. “En las últimas tres semanas, he tenido reuniones, encuentros y charlas con casi 2.000 docentes que se anotaron en conversaciones sobre Inteligencia Artificial y Educación”, dijo. A todos ellos, les preguntó si habían utilizado ChatGPT: sólo la mitad había tenido algún contacto, y la mayoría lo había utilizado para resolver preguntas terminológicas en lugar de aprovechar su capacidad creativa.

“Se dice que el chat comete errores, ¿no?”, dijo, y explicó que el tipo de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, se caracteriza por relacionar y producir contenido. Es una inteligencia puramente creativa. “Si uno le pregunta quiénes eran los miembros de la Primera Junta, va a crear una respuesta basada en toda la información que posee y seguramente no será la misma Primera Junta histórica, sino una Primera Junta creativa”, explicó. ¿Por qué comete errores? Porque se la usa para algo para lo que no fue diseñado. “Es como pedirle a un cantante que haga un asiento contable”, dijo. Aquella pregunta podría haber sido resuelta con Wikipedia o Google; ChatGPT tiene la capacidad de relacionar conocimientos. Pero, entonces, ¿cómo se puede mejorar la manera en que los docentes usen ChatGPT? Usándola. Practicando, aprendiendo, reflexionando. “Siento”, dijo como consejo y a la vez como oportunidad, “que deberían usarlo mucho más de lo que realmente lo están utilizando”.

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