Durante el primer semestre, el agro casi no estuvo presente en el Congreso: solo fueron sancionadas tres leyes para el sector

La incapacidad del oficialismo y la oposición para alcanzar acuerdos respecto a los proyectos presentados, ralentizó de manera considerable la aprobación de normas en el Congreso. En seis meses, sólo fueron sancionados tres proyectos concernientes al agro

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En el primer semestre del presente año, solamente tres proyectos de ley relativos al campo fueron sancionados en el Congreso.
En el primer semestre del presente año, solamente tres proyectos de ley relativos al campo fueron sancionados en el Congreso.

A la crisis política y económica que atraviesa hoy nuestro país, se le suma el mal funcionamiento de sus instituciones, algunas claves, como lo es el Poder Legislativo. La conformación de las cámaras a partir de las elecciones de diputados y senadores de octubre pasado trajo consigo una paridad de fuerzas dentro del Congreso Nacional, pero también una paralización en el tratamiento de proyectos e incluso en la conformación de las comisiones por problemas ajenos a la sociedad, que sufre las consecuencias de la inacción de uno de los poderes del Estado. Y el campo, como parte de un todo, también sintió en carne propia este parate.

Un informe de la Fundación Barbechando, que realiza un seguimiento de la actividad legislativa relacionada al sector agropecuario, da cuenta de esta situación. En el primer semestre de este año tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores sesionaron cinco veces. Si bien este número no se encuentra demasiado lejos de lo acontecido en el mismo período de 2021, con siete sesiones de la cámara baja y nueve de la alta, sí hay una importante diferencia en los proyectos sancionados: mientras que Diputados en los primeros seis meses del año pasado aprobaron 33 proyectos de ley, en 2022 solo fueron sancionados 19, y en el Senado fue peor, con 37 aprobados versus 20 de este año.

“El primer semestre del 2022 deja un pobre resultado, con menos sesiones y leyes sancionadas”, destacó desde la Fundación Barbechando la directora legislativa, Florencia Ricchiuti y el analista legislativo, Santiago Ricca, encargados del trabajo de seguimiento presentado. Los especialistas consideran que “a pesar de contar con un Congreso equilibrado y de no ser año electoral, la actividad parlamentaria fue en descenso. Se sancionaron casi la mitad de las leyes respecto del 2021, y las sesiones -que todas fueron especiales- además se redujeron en un tercio”.

El motivo central de esta semi paralización del Congreso Nacional responde a su conformación y a la incapacidad de las distintas fuerzas políticas para generar las negociaciones necesarias para que los proyectos avancen. “El empate técnico entre las dos bancadas mayoritarias -el Frente de Todos y Juntos por el Cambio-, con casi idéntica cantidad de diputados y senadores en cada una de las Cámaras, generaron la imposibilidad de acuerdos. Las negociaciones se frustraron más de una vez, y, también, las diferencias en los propios espacios obligaron a repensar estrategias internas y evitar fugas o quiebres en las coaliciones”, indicaron.

Para la Fundación Barbechando, hoy no hay razones para suponer que el Poder Legislativo gané agilidad en la sanción de nuevas normas. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)
Para la Fundación Barbechando, hoy no hay razones para suponer que el Poder Legislativo gané agilidad en la sanción de nuevas normas. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)

Según Ricchiutu, está suerte de “paralización” del Congreso a la hora de legislar no es algo tan común. “Históricamente el oficialismo pudo contar con los votos para proyectos de ley importantes para la agenda del Ejecutivo, ya sea por mayoría propia, como los casos de Alfonsín, Menem del 1993 al 1999, Kirchner y CFK 2011 al 2013, o por alianzas internas o con terceros partidos, generalmente provinciales e izquierdas. Sólo en la etapa histórica de De La Rúa se dió una crisis del oficialismo que intentó inmovilizar el legislativo, pero la alianza con otros partidos permitió alcanzar los votos para la aprobación de leyes fundamentales”, detalló.

La agenda del agro

Por supuesto, este problema afectó la agenda del sector agroindustrial en el Congreso. El informe de Barbechando destacó que solo tres proyectos de ley relativos al sector fueron sancionados: la promoción del cannabis medicinal y cáñamo industrial, la prevención y control de la resistencia a los antimicrobianos para humanos y animales y la prórroga y modificación a la ley de biotecnología que amplió el alcance a la nanotecnología. Por el lado de la agenda ambiental, obtuvieron sanción cinco proyectos para la creación de nuevos parques nacionales y uno sobre el tratamiento de neumáticos fuera de uso, mientras que en tratamiento se encuentran el proyecto de Fomento a las Exportaciones Agrobioindustriales confeccionado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y modificaciones a la actual Ley de Emergencia Agropecuaria.

No obstante estos pobres números, fueron presentados en la Mesa de Entrada del Congreso 194 proyectos relacionados al sector, que también es una cantidad baja si se toma en cuenta que fueron presentados un total de 1900 proyectos durante estos seis primeros meses del año. De los casi 200 proyectos (de los cuales el 49% son responsabilidad de Juntos por el Cambio y 37% del Frente de Todos), 48 están relacionados con cuestiones ambientales, 34 a economías regionales, 10 a la agricultura, 8 a alimentos, mientras que el resto se corresponden a otras temáticas.

Dicho de otra manera, solo el 10% de los proyectos presentados tienen como eje el principal sector productivo del país o algún impacto en él. Para Ricchiuti, “la baja productividad de las leyes agro se da porque no es prioridad de la agenda del Congreso Nacional. La agenda actual está liderada por temáticas vinculadas a Justicia, Salud y Acuerdos Internacionales. También se trataron proyectos vinculados a incentivos a diferentes sectores económicos y productivos como automotriz, construcción, cultural y pequeños contribuyentes, pero no para el agro”.

Caso aparte es el retraso en la conformación de las comisiones en el Congreso. “Es histórico que Diputados haya terminado de conformar sus comisiones hacia fines de junio - cuando el plazo general es entre marzo y abril- y la mayor sorpresa es que en el Senado de la Nación ni siquiera terminaron de hacerlo”, destacaron los especialistas, quienes consideran que este caso es consecuencia directa de las dificultades en la generación de consensos entre la oposición y el oficialismo.

Ricardo Buryaile, nuevo presidente de la Comisión de Agricultura de Diputados.
Ricardo Buryaile, nuevo presidente de la Comisión de Agricultura de Diputados.

“Producto de la demora en la conformación, la productividad de las comisiones -cuerpos técnicos para el análisis de los proyectos de ley- es casi nula. La conclusión es casi igual a la de sesiones y leyes: menos reuniones de comisión y menos dictámenes”, destacaron Ricchiuti y Ricca. No obstante, en la cámara baja las comisiones de Agricultura y Ambiente aumentaron su actividad, con algunas reuniones informativas y otras para emitir dictámenes de proyectos ya consensuados, mientras que en el Senado, “la paralización es más evidente: la Comisión de Agricultura no se ha reunido ni una vez”.

Lo que viene

Lamentablemente, hoy no hay razones para suponer que el Poder Legislativo gané agilidad en la sanción de nuevas normas. “Aún el Congreso está debatiendo si se hará lugar al tradicional ‘receso de invierno’ o mantendrá la actividad legislativa durante las vacaciones.

Sí hay una certeza y es que el segundo semestre no pareciera ser muy distinto al primero, donde las fuerzas empatadas buscarán mínimas negociaciones que no generen inclemencias internas, es decir, no abrir a debate temas que dividan a los propios frentes”, destacaron los especialistas.

No obstante, hay ciertos proyectos que podrían avanzar. Por ejemplo, se espera que comience el tratamiento del proyecto de fomento de las exportaciones Agrobioindustriales impulsado por el Gobierno, en conjunto con el CAA, que ya fue presentado y defendido por ambas partes en la Comisión de Agricultura de Diputados. También se espera que se alcance un acuerdo sobre un proyecto de modificaciones a la ley de Emergencia Agropecuaria, que se encuentra en estudio de asesores.

Asimismo, agregó Ricchiuti, desde la oposición se está tratando de incluir en la agenda la actualización de una nueva ley de Semillas y de Warrant. “Todo indica que la estrategia sería la búsqueda de puntos comunes con el Ministerio para poder avanzar”, concluyó .

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