El CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca, subió al escenario pasado el mediodía para hacer, como lo hace siempre, el cierre del 23° Seminario ProPymes realizado en el Centro de Convenciones de Buenos Aires (CEC). Pero en esta oportunidad lo hizo en compañía del flamante secretario coordinador de Producción, Pablo Lavigne, con quien intercambió puntos de vista y preocupaciones de cara al 2025, en un tono entre jocoso y picante.
Rocca fue sumamente benévolo a la hora de referirse a los logros alcanzados por la gestión de Javier Milei, entre los que mencionó la eliminación del déficit financiero, la baja de la inflación, la reducción del peso del Estado en la economía, el sinceramiento de muchos precios relativos y la desregulación, pero no dejó de manifestar su preocupación por las importaciones chinas, como lo viene haciendo en cada uno de sus discursos públicos. “Esta transformación que parecía extremadamente ambiciosa y tan profunda, que dejaba dudas e inquietudes, hoy vemos un progreso extraordinario”, dijo, sin vueltas, el líder siderúrgico.
Como otro dato positivo, remarcó que la actividad económica está empezando a repuntar, luego de superarse el piso. Pero apuntó también que faltan desafíos importantes como “la eliminación de las restricciones cambiarias, tema muy importante para empresas que operan” y la baja de impuestos para recuperar competitividad. Rocca se refirió a la apertura económica que acompaña el actual modelo y señaló que ello implica “un gran desafío de recuperar competitividad”. “Lo tenemos que ver no como amenaza, sino como oportunidad. Nosotros sabemos que tenemos que reducir los precios de los productos, pedirle a los proveedores que mejoren su eficiencia, tenemos que entrar en este proceso queriendo ser protagonistas y no víctimas”, planteó el empresario.
Pero al mismo tiempo, volvió a reclamar que “la cancha tiene que estar nivelada. Hoy podemos competir con Brasil, Norteamérica, Europa, pero no podemos competir con China porque juega otro partido, con una intervención del Estado en la economía enorme”. Se refirió a la presión impositiva del sector, la sobrecarga, con el 32%, frente a sus competidores, tal como había explicado bien detalladamente el presidente de Ternium Argentina, Martín Berardi, horas antes.
“La cancha tiene que estar nivelada. Hoy podemos competir con Brasil, Norteamérica, Europa, pero no podemos competir con China” (Rocca)
Antes de darle la palabra a su entrevistado, Rocca consideró que el trabajo de “nivelar la cancha” hay que hacerlo entre todos. “Pensamos en tener a Pablo de aliado para nivelar esa cancha”, disparó el CEO de Techint, al darle lugar a Lavigne, entre risas. Y sumó, como forma de manifestar su compromiso: “Este año invertimos en todos los negocios unos USD 1.400 millones”.
El funcionario se sintió sumamente interpelado y se lo notó algo nervioso, pero intentó escapar entre risas y algunas suaves chicanas. Después de hacer un breve raconto sobre el país que encontraron y los logros que se alcanzaron, el funcionario intentó contestar las inquietudes de Rocca y de gran parte del auditorio, que se vio representado por el anfitrión. “La economía cerrada termina perjudicando al consumidor. Vinimos a bajar el gasto y luego los impuestos. Hacerlo mal hace que todo empiece a crujir, pero el camino es claro”, planteó Lavigne.
Enfatizó que es optimista frente al 2025, que la industria siderúrgica y metalmecánica es, a su juicio, la gran ganadora del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y que eso va a maximizar a los proveedores nacionales, algo de lo cual los empresarios locales plantearon bastantes dudas. La preocupación manifestada por Rocca es que con el actual modelo apeturista, muchos proveedores se conviertan en importadores y eso genere un daño al país en el largo plazo.
Pero Lavigne consideró que la política arancelaria actual es suficiente como para generar la protección necesaria. “Creemos que los aranceles con el Mercosur son altos, deberíamos estar de una forma relativamente cómoda”, dijo, al tiempo que reconoció que en algunos sectores esa competencia importadora se va a sentir y “pueden crujir un poco”. Pero planteó que “es sano que eso suceda porque se van transformando en sectores que son mas rentables. No queremos imponer medidas discrecionales que afecten luego a la economía en su conjunto”, remarcó Lavigne.
En materia de impuestos, el funcionario se refirió a la gran cantidad de capas de impuestos en provincias y municipios, de tasas que no tienen contraprestación, y sostuvo que la Argentina “requiere una reforma fiscal integral”, sobre la que dio indicios que contemplará menos carga sobre los sectores primarios que sobre los otros.
La duda de los tiempos
Hubo tiempo para algunas pocas preguntas del público. Y pese a la urgencia que manifestó en dos oportunidades Lavigne, se quedó a contestarlas. Una apuntó a lo que todos los industriales plantean y temen: los tiempos entre la apertura, que ya se está dando, y la baja de impuestos, que tardará algunos meses más, o tal vez un año. La preocupación es que en ese interim la competencia china, en este caso, destruya la industria local, mientras se espera una reducción de costos para mejorar la competitividad.
Lavigne no habló de tiempos, pero les tiró la pelota a los empresarios. “Si ustedes creen en el plan e invierten, la rebaja de impuestos se hará antes”. Y sobre la competencia China, tampoco dijo lo que los industriales esperaban: “No todos los sectores son iguales. Por ejemplo, el textil lo ha dejado de producir China y lo está haciendo Bangladesh. Por eso, es dificil hacer un traje que sea igual para todo el comercio de la Argentina. El traje a medida es muy dificil. Tenemos herramientas (en referencia a los mecanismos antidumping), pero tenemos que tener cuidado de no usarlos como en los últimos 50 años porque le pueden hacer un daño a la economía en su conjunto”, sostuvo Lavigne.
Finalmente, y antes de despedirlo, Rocca le pidió al Gobierno, con Lavigne como intermediario, empatía, que los escuche y que entiendan la problemática del sector porque el compromiso del empresariado está presente.