La inflación alcanzó el 3,3% en mayo y acumuló 48,8% en los últimos doce meses

El índice pone más presión a la proyección del Gobierno, de 29% para todo el año. Los alimentos tuvieron otro fuerte ajuste de 3,1 por ciento

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El índice de precios de mayo pone más presión a la proyección del Gobierno, de 29% para todo el año. EFE/Demian Alday Estevez
El índice de precios de mayo pone más presión a la proyección del Gobierno, de 29% para todo el año. EFE/Demian Alday Estevez

La inflación de mayo alcanzó el 3,3% y en los primeros cinco meses del año la suba de precios acumuló así un 21,5%, de acuerdo a los datos que dio a conocer este miércoles el Indec. El índice marcó de esta manera una desaceleración respecto al 4,1% que había registrado en abril, pero el ritmo inflacionario pone más presión a la proyección que planteó el Gobierno de 29% para todo 2021.

La cifra de suba de precios de mayo estuvo en línea con lo que esperaban las consultoras privadas, un número menor que el de abril pero todavía bien por encima del 3% mensual. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Indec encontró un “piso” de 3% en los últimos meses: septiembre fue la última ocasión en que la inflación fue menor que ese número (2,8 por ciento).

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Por otra parte, la inflación acumulada de los últimos doce meses fue de 48,8 por ciento. La suba de precios de mayo estuvo motorizada, en parte, por la aceleración de los precios de los alimentos y bebidas (3,1%), uno de los rubros que más peso tienen en la canasta que mide el Indec.

El Gobierno todavía sostiene su proyección de inflación que plasmó en el Presupuesto 2021, que preveía una suba de precios de 29% anual, aunque admitió recientemente que le agregó unos cuatro puntos porcentuales a esa estimación, por lo que habría un rango esperable de hasta 33% para este año. Con el IPC acumulado de los primeros cinco meses del año, el ajuste de precios ya “consumió” cerca de un 70% de ese sendero de inflación esperado por el Ministerio de Economía.

“La inflación de mayo experimentó una importante desaceleración hasta 3,3% mensual (vs. 4,1% en abril), el menor registro desde diciembre de 2020″, señalaron desde el Palacio de Hacienda. Destacaron que el incremento en el segmento Alimentos y Bebidas “se redujo a 3,1% mensual, luego de haber aumentado 4,3% mensual en abril. Se registró una desaceleración general de todos los rubros que componen la división excepto en Verduras, destacándose la caída de Frutas y la desaceleración de Aceites, Lácteos, Pan y cereales y Carne, rubros que, de todos modos, registraron los mayores aumentos dentro de la división”.

En el rubro Carne y sus derivados se registró un aumento del 4,4% en el Gran Buenos Aires. Los principales cortes relevados por el Indec también mostraron subas por encima del promedio de la inflación general, como es el caso del Asado (4,7%), Carne picada común (9,3%), Paleta (6,7%), Cuadril (5,7%) y Nalga (5,9%). El 20 de mayo pasado, el Gobierno dio a conocer la suspensión de las exportaciones de carne por 30 días. Fundamentó la medida en el objetivo de incrementar la oferta y así hacer descender los precios del mercado interno.

“Transporte lideró la inflación del mes, con una suba de 6,0% mensual (vs. 5,7% abril), por aumentos de precios regulados como combustibles y transporte público; y también de adquisición de vehículos; mientras que Salud se incrementó 4,8% mensual (3,7% abril), por aumentos autorizados en prepagas y subas de medicamentos. También aceleraron Recreación y cultura a 3,1% mensual (vs. 1,5% abril) y Comunicaciones, en menor medida, hasta 1,0% mensual (vs. 0,5% en abril)”, explicaron en el Ministerio de Economía.

De todas formas, las expectativas oficiales aún están lejos de las que tiene el sector privado. Para el centro de estudios Equilibra hay tres escenarios posibles. Uno con mayores probabilidades, en que la suba de precios treparía a lo largo del año al 47,3%. Otro, el más pesimista, implicaría una inflación de 52% y un tercero con variables a favor en que el IPC cerraría el 2021 en torno de 46,9 por ciento.

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Una cifra similar forma parte del consenso de mercado. A fines de mayo de 2021, los participantes del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central proyectaron que la inflación minorista para diciembre de 2021 se ubicará en 48,3% interanual, por lo que aumentó en un punto porcentual respecto de los pronósticos provistos a fines del mes anterior (47,3% interanual).

Para ilustrar la volatilidad de los precios relativos en la Argentina, el economista Nadín Argañaraz comparó los precios conocidos hoy con los de mayo de 2017, cuatro años atrás.

“El precio relativo de alimentos y bebidas tiene una tendencia creciente y se encuentra un 6,6% por encima del nivel general. Lo opuesto sucede con Restaurantes y hoteles que se encuentran un 7,6% debajo del nivel general. Y otros rubros presentan una elevada volatilidad, como es el caso de Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles. Se aprecia que estuvieron 19,9% por encima del nivel general en abril de 2018 y ahora se encuentra un 19,1% debajo”, señaló Argañaraz.

Tal como consignó Infobae, el Poder Ejecutivo optará por dos recetas en el menú para aplacar el IPC hacia adelante: un dólar que ajuste su precio en cámara lenta y un refuerzo de los esquemas de control y coordinación de precios.

En primer lugar, se apoyará en una administración de la velocidad a la que se ajusta el tipo de cambio mayorista, en manos del Banco Central. Durante el primer trimestre del año el Gobierno dio lugar a la mitad de la devaluación del peso prevista en los despachos oficiales para todo el año. En adelante, ese ajuste será más lento. De lo contrario, creen, podrían estar sumando un ingrediente más a las presiones inflacionarias.

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El otro factor será el sistema de esquemas de coordinación de precios. Desde uno de los despachos oficiales centrales de la política económica oficial aseguran que, con este nivel de inflación, las medidas macroeconómicas -déficit y control de la emisión de pesos- no son suficientes y que son necesarios controles de precios en sectores críticos.

A eso apuntaron dos de las medidas principales tomadas en las últimas semanas: el cierre de exportaciones de carne vacuna para negociar precios más bajos para el mercado interno y la nueva canasta básica con precios de 70 productos de primera necesidad congelados hasta fin de año.

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