Siguen firmes las anclas que sujetan al dólar y el mercado de futuros marcó una cotización de $119 para fin de año

Los operadores ahora creen que el ritmo devaluatorio llegará al 30% anual, por encima del valor de $102 que pronostica Martín Guzmán, el ministro de Economía

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El Banco Central sorprendió al mercado. Tras los fines de semana, seguía un ritmo devaluatorio que incluía la suba del dólar correspondiente a los días inhábiles. Por eso, era normal que los lunes el dólar mayorista cotizara con un alza de 21 centavos en adelante. Pero esta vez el dólar subió apenas 7 centavos a $ 91,92 con lo que no solo hizo más fuerte el anclaje, sino que derrumbó a los mercados de futuro ya que esta menor devaluación lleva implícita una baja en la tasa que se traslada a todos los fines de mes. Los exportadores, que se cubren vendiendo dólar futuro, quedaron agradecidos porque al precio que estaban colocados es más alto que el actual lo que implica que cobrarán la diferencia de cotizaciones en pesos cada mes y eso significa varios millones.

Por caso, el dólar a fin de marzo bajó 0,17% a $92 y a fin de abril, 0,40% a $94,49. El mercado ahora cree que el dólar a fin de año puede cotizar a $119. Su cotización perdió 0,71% pero sigue siendo más alto que los $102 que pronostica Martín Guzmán, el ministro de Economía. La tasa de devaluación implícita es de 30% anual, lejos de 84% anual que tenía en octubre, cuando el ritmo devaluatorio era más acelerado y los feriados no contaban.

En el mercado mayorista se operaron USD 319 millones por la liquidación activa de los exportadores. Pero también hubo demanda atrasada de los importadores, lo que hizo que el Banco Central pueda comprar USD 60 millones, que le sirvieron de muy poco porque tuvo que hacer pagos al exterior y las reservas bajaron USD 68 millones a 39.471 millones. El Central compra, pero sigue perdiendo reservas. En las últimas 7 ruedas solo tuvo un día de crecimiento. Las pérdidas que acumuló desde el 17 de marzo suman USD 410 millones.

Mantener a los dólares alternativos, aunque ahora sus apariciones en el mercado sean mínimas, tiene un precio. Pero no hay que olvidar que estas caídas se producen con restricciones de venta a los importadores lo que agrava más el escenario.

En el mercado alternativo, sigue la baja de los dólares y el monto de negocios se mantiene muy bajo. Lo que se ensanchó es la brecha con el cable a 5,25%, lo que significa que está saliendo más dinero al exterior porque los exportadores venden sus dólares al Banco Central y con los pesos que reciben recompran divisas en el contado con liquidación y las colocan afuera. El mismo sistema utilizan las empresas y hasta los particulares que consiguen vender departamentos u otros activos. No hay interés en tener dólares en la Argentina. De hecho, aunque los depósitos en divisas estén calmos en los bancos, el monto que mantienen los privados es algo más de USD 15 mil millones, una cifra ínfima si se la compara con los más de USD 100 mil millones de enero de 2006, cuando Néstor Kirchner era presidente.

En el mercado del dólar MEP, los negocios alcanzaron a tan solo USD 17,1 millones y la divisa se mantuvo sin cambios en $138,48. El dólar de los operadores que utilizan el bono GD30D, fue de $ $138,84 un monto similar al del mercado que maneja el Banco Central. El contado con liquidación operó USD 46,7 millones un monto que es la mitad de lo que se operaba hace poco más de un mes. En el mercado que interviene el Central subió 26 centavos a $ 146,27 mientras que en el de los operadores cerró en $ 145,93, más barato que el dólar que tiene cepo y esto se debe a la caída del GD30C.

El “blue” o dólar libre, se mantuvo vendedor en $ 142 y con tendencia a la baja.

La caída de los bonos tuvo una novedad. No solo retrocedieron los nominados en dólares, sino también los que están en pesos y este fue un dato clave. La baja de los bonos con ley extranjera que llegó a 1%, hizo que el riesgo país subiera 10 unidades (+1%) a 1.590 puntos básicos. El bono de Estados Unidos de referencia bajó y ayudó a que el riesgo país no fuera mayor, pero agregó un elemento desfavorable a los países emergentes. Al caer de precio, la tasa subió a 1.72% lo que alienta la fuga de dólares de la región hacia Estados Unidos. El viernes esa tasa estaba en 1,57%.

Por esta situación y por la crisis de gabinete que se llevó puesto dos ministros, en Brasil el dólar subió 0,47% a 5,767 reales. En México el dólar subió 0,12% a $ 20,62 y en Chile consiguió su sexta suba consecutiva al subir $ 1,7 a $ 731,6. La Argentina, por el contrario, revaluó el peso al desacelerar la devaluación notablemente. Pero como el país está desacoplado del mundo el dato parece intrascendente, pero condena a las industrias a padecer la competencia de los países que tienen las monedas con cotización más favorable frente a la divisa de Estados Unidos.

El dólar se fortaleció en el mundo, en realidad. Subió 0,16% frente a las seis principales monedas del planeta debido al atractivo de la tasa de los bonos del Tesoro.

En la Argentina, el movimiento incidió en la licitación de bonos y dejó una señal de alerta porque recaudó menos de lo que esperaba y consiguió la mitad de lo que necesitaba para hacer frente a los vencimientos de abril por $428 mil millones. El indicativo que tenía era juntar $160 mil millones y obtuvieron la mitad. Si bien tenían el colchón de licitaciones anteriores, no hay que obviar el menor interés por los títulos de la deuda en moneda local.

Hay que reconocer que los precios de los bonos estaban desarbitrados. Los títulos que indexan por el CER se muestran sobrevaluados. Toda la curva esta positiva y, por lo tanto, habían bajado su rendimiento, es decir que su tasa era menor a la de la inflación. Mientras que los que cotizaban con tasas fijas estaban dos puntos por encima de la inflación. Por eso el 90% de las posturas fue hacia una letra de descuento y otra que ajusta por la tasa de pases pasivos del Banco Central más 2%, porque vencen en setiembre y el resultado es superior a lo que rinde los BONCER que vencen en marzo de 2022.

Para abril, el alivio llegó de la mano de un canje de bonos. El TX21 fue canjeado por una canasta de bonos que contenía 80% de BONCER que vencen en setiembre de 2022 y agosto de 2023 y 20% de una LECER con vencimiento en febrero de 2022. Este canje pateó hacia adelante una deuda de $ 214 mil millones.

Como se ve, la sobrevaloración de los BONCER hizo que se alejen algunos inversores que apuestan a la inflación, lo que no sucede con los plazos fijos UVA en los bancos, que ajustan por el costo de vida y el martes pasado subieron $ 1.618 millones (+1,58%). Ese día los plazos fijos a tasa fija bajaron $ 21 mil millones (-0,08%).

La Bolsa negoció $ 591 millones, un volumen escaso que se convirtió en cotidiano. El S&P Merval, a contramano de las bolsas de Estados Unidos, consiguió subir 1,72%. La remontada comenzó a las 15.00 pero no pudo terminar en su valor más alto de 47.300 puntos y cerró en 47.138. Los papeles más destacados fueron Cresud (+7,09%), Transportadora Gas del Sur (+6,57%) y Ternium (+6,51%).

Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- sintieron que pasó la euforia en las plazas del mundo y sus negocios cedieron a $ 1.337 millones, un volumen que es casi la mitad de lo que operaba hasta hace pocas semanas. Los ADR’s argentinos tuvieron un cierre mixto. Lo mejor pasó por Cresud (+7,25%), seguido de Transportadora Gas del Sur (+3,69%) y Pampa Energía (+2,98%). Las mayores caídas fueron las de Globant (-6,83%) y Bioceres Crop (-3,93%).

Para hoy se espera otra rueda volátil. No hay nada firme en la Argentina. Todo parece sostenido por soportes muy débiles. No es una buena señal tener un dólar en baja y un riesgo país en alza. Es una señal evidente de las distorsiones de una economía controlada.

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