Bajaron las tasas en EEUU pero se espera otro lunes negro en los mercados financieros

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Traders work on the floor of the New York Stock Exchange (NYSE) in New York City, New York, U.S., March 6, 2020. REUTERS/Andrew Kelly
Traders work on the floor of the New York Stock Exchange (NYSE) in New York City, New York, U.S., March 6, 2020. REUTERS/Andrew Kelly

La Reserva Federal bajó la tasa de interés a entre 0 y 0,25% el nivel más bajo desde la crisis de 2008. Por supuesto, suspendió la reunión del martes y miércoles, día que se reunía el Comité Abierto que iba a hacer este recorte. Sin embargo, entre los inversores se percibió decepción debido a que esperaban que la FED llevara las tasas a terreno negativa.

La FED tomó la medida antes de que abrieran los mercados de futuros, buscando cambiar el humor negativo. Estas plazas funcionan horas antes de que abran las Bolsas, los mercados de divisas o materias primas. Los precios de compra y venta que marcan son contra la apertura del día siguiente.

Generalmente comienzan a operar a las 21.00 hora argentina y el precio que fijan es a cuenta de lo que suceda a la apertura de las plazas el día siguiente.

Por lo que se ve en las pizarras en las cuatro primeras horas, se preanuncia otro lunes fatídico.

Las Bolsas de Oriente, que están operando en horario real, vienen con malos presagios. El Nikkei de Tokio pierde 3,60%, mientras el Hang Seng de Hong Kong cae 1,36% y el China A50, el indicador que es más cercano a las empresas extranjeras radicadas en ese país, está 3,90% abajo.

Pero el panorama no es mejor para las bolsas de Europa donde el DAX de Alemania, que es el país más sólido de la región, pierde 7,37%. Hay índices que no tienen movimientos como el CAC 40 de París y los de la Bolsa de Milán.

El Eurostoxx que mide las cincuenta acciones más grandes de la Unión Europea, perdía 2,50%.

El jugador Central, Estados Unidos, también entraba en el remolino de bajas. Las Bolsas de Nueva York que marcan el pulso del mundo, a pesar de la compra de USD 500 mil millones de Bonos del Tesoro por parte de la Reserva Federal, de USD 200 mil millones de hipotecas garantizadas por las agencias federales y de la fuerte baja de un punto de las tasas de interés, estaban decididamente en rojo.

A man wears a protective mask as he walks on Wall Street during the coronavirus outbreak in New York City, New York, U.S., March 13, 2020. REUTERS/Lucas Jackson
A man wears a protective mask as he walks on Wall Street during the coronavirus outbreak in New York City, New York, U.S., March 13, 2020. REUTERS/Lucas Jackson

El Dow Jones perdía más de 4,6%, mientras el indicador más amplio, el S&P 500, encabezabas las caídas con un retroceso de casi 5%. El Nasdaq de las tecnológicas, dejaba en el camino 4.56% de su valor.

El oro era el refugio de los inversores. La onza troy estaba 2% arriba y con fuerte demanda. Algo inusual en las últimas ruedas pero que marca que la desconfianza está en aumento y que ya los inversores no se conforman solo con cubrirse con bonos del tesoro norteamericano.

La contracara era el petróleo. El WTI de referencia en Estados Unidos, soportaba una pérdida de 1,62%, mientras el Brent orienta la producción argentina, bajaba casi 3% a USD 32,87 por barril.

La buena noticia era un leve repunte de la soja de 0,65% pero que no se sabe si se va a sostener. El maíz y el trigo tenían leves bajas.

Para la Argentina, los pronósticos no son los mejores. Cada día cambian las reglas del juego y le impide hacer una firme propuesta por la deuda externa. De hecho, los llamados fondos buitres siguen comprando bonos locales y eso va a poner más trabas para lograr un acuerdo y conseguir la masa crítica de acreedores que acepte las propuestas locales. Cuando se junta la masa crítica, los llamados fondos buitre o holdouts, sucumben porque son alcanzados por la negociación y no pueden litigar. El problema es que los grandes fondos que tenían la mayor porción de la deuda argentina con legislación neoyorquina, se están desprendiendo de los bonos y va a costar reunir la masa crítica de apoyo de 75% de los bonistas.

El default parece más cerca, porque cuando el 8 de abril caiga el primer vencimiento importante, el cupón de intereses del Bonar 2020, y no se pague, el país tendrá 30 días de plazo para cumplir. Si no se cancela, en ese plazo, el bono caerá en default y arrastrará a los demás.

Es que hoy nadie le puede ofrecer a los acreedores un presupuesto con superávit fiscal. Se mire la economía que se mire, se verá que no están en condiciones de armar un presupuesto que garantice superávit y sin superávit no hay dinero para pagar la deuda. La ventaja que tiene el resto de los países, es que a su vencimiento le renuevan los bonos. A la Argentina no le cabe ese beneficio, debido al elevado riesgo país que tiene que supera los 3 mil puntos básicos y que en cualquier momento llega a los 4.000. Con este riesgo, tomar dinero al país le cuesta casi 25% y a esa tasa nadie presta porque el precio de los bonos actualmente es un precio de default.

La Argentina no la pasara nada bien, después de los anuncios oficiales que anunciaron una reducción drástica de la actividad económica que arrastrará al consumo y a la producción. La diferencia con los países que tomaron esa medida, es que la Argentina se anticipó y tal vez puede controlar más eficazmente la pandemia,

Pero el lado negativo es que el costo de cerrar comercios, oficinas y paralizar otras actividades, no tiene las ventajas de reducción de impuestos o préstamos blandos que otorgaron las demás economías.

Por el contrario, el grupo de más riesgo, el de los jubilados, es el más castigado con la escala de aumentos salariales. Los comercios vieron aumentar hasta hace poco tiempo sus impuestos. El cierre acá dolerá más.

El Estado también pagará el costo porque vive exageradamente de los ingresos del sector privado y soportará una fuerte reducción de la recaudación después del ajuste sobre los ingresos de las empresas, el congelamiento de tarifas y precios de combustibles y aumento de las retenciones.

The Wall Street sign is pictured at the New York Stock exchange (NYSE) in the Manhattan borough of New York City, New York, U.S., March 9, 2020. REUTERS/Carlo Allegri
The Wall Street sign is pictured at the New York Stock exchange (NYSE) in the Manhattan borough of New York City, New York, U.S., March 9, 2020. REUTERS/Carlo Allegri

Las reservas perdieron USD 180 millones por el goteo de 40 millones diarios y por la baja de las monedas frente al dólar. Quedaron en 44.359 millones, pero pueden recuperar parte de esas pérdidas el lunes por la fuerte suba del oro, un activo que tiene un peso importante en las reservas locales ya que hay más de 70 toneladas del metal precioso.

El índice del pánico, el S&P 500 VIX que mide Chicago y saca un número de referencia de acuerdo a la volatilidad de esas acciones a futuro, esta aumentando 15% y puede superar largamente los 60 puntos, un valor que triplica el punto crítico. La economía norteamericana está dando las mismas señales de temor que en 2008 cuando explotó la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y derrumbó a la cuarta entidad financiera más grande del planeta.

Lamentablemente, las medidas económicas más extremas no hacen efecto. Son inocuas. Mucho más no queda por hacer porque las tasas están en 0% o en cifras negativas y ya se probó con paquetes fiscales de estímulos. El mercado tiene claro que el consumo está en caída libre y que los bancos pueden pagar en sus balances, las moras o impagos que produzcan las empresas. Las compañías de seguro también están afectadas. Los inversores institucionales son el corazón del sistema financiero y está con las pulsaciones demasiado elevadas.

En la Argentina muchos bancos y empresas de energía, salieron en la semana a recomprar sus acciones para evitar que tengan precios mínimos. El lunes, deberán atravesar otra prueba.

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