Walter Graziano: "Esta es una economía débil porque crece poco y la tasa de inflación es muy alta"

El economista dice que en los próximos dos o tres meses lo más probable es que las Lebac le ganen al dólar. Y que hay un compromiso tácito del Banco Central de no dejar subir al dólar porque la inflación está ya que arde

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El economista Walter Graziano manifestó su discrepancia con muchas de las medidas económicas del Gobierno. "Yo creo que es un error tener metas de inflación en la Argentina. Metas de inflación puede tener un país muy ordenado como es Estados Unidos, como es la zona euro, como es Japón, que tienen metas de inflación y no están llegando porque deberían subir las tasas de inflación en los tres casos", dijo durante una entrevista con Infobae.

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— ¿Cómo analiza la evolución de los principales indicadores económicos?

— Cuando uno toma en cuenta el grado de expansión monetaria que hubo en los últimos dos años realmente se da cuenta que el plan no está dando los resultados pensados ni por gran distancia en el 2015 cuando esto fue puesto en marcha hacia fines de año. Yo creo que ahora deben repensar las cosas que están haciendo porque no están logrando ni bajar la inflación, no están logrando crecer al ritmo que querían crecer, el plan de llegada de inversiones es algo que no lo han logrado. Y yo diría que monetariamente las cuestiones están bastante complicadas. Tienen 70 mil millones de dólares en Lebacs, en liquid passes. Es un monto suculento. Esto está agregando más de 3 puntos de déficit al déficit fiscal, que no es bajo, sumando los intereses de la deuda hay un déficit consolidado de alrededor de 9 puntos del Producto. Es una cifra como para pensar realmente…

— Habló de las Lebac, ¿cómo analiza el  rendimiento de estas letras por lo menos de aquí a los próximos tres meses?

— En los próximos dos o tres meses lo más probable es que las Lebac le ganen al dólar. Hay un compromiso tácito del Banco Central de no dejar subir al dólar porque la inflación está ya que arde. Entonces lo más probable es que por dos o tres meses las Lebac ganen frente al dólar.  La apuesta no es tan segura cuando vamos a plazos más largos porque después de la entrada de la cosecha es probable que tengan que volver a vender dólares. Y hay que ver de qué manera quieren hacerlo, pueden clavar el dólar un tiempo relativamente prolongado pero después la vendetta del tipo de cambio a la larga duele.

Walter Graziano (4)

— El presidente del Banco Central dijo ayer que le preocupa el nivel de inflación y que podría volver a subir las tasas de interés. ¿Cree que haber modificado la meta de inflación en medio de este proceso generó más incertidumbre acerca de la inflación futura?

— Yo creo que es un error tener metas de inflación en la Argentina. Metas de inflación puede tener un país muy ordenado como es Estados Unidos, como es la zona euro, como es Japón, que tienen metas de inflación y no están llegando porque deberían subir las tasas de inflación en los tres casos. En la Argentina las metas de inflación son lo que desea arbitrariamente el presidente, el presidente del Banco Central, el ministro, no tiene ningún correlato con la situación fiscal ni con la situación monetaria. Uno no puede  emitir al 25 por ciento y pensar que la inflación se te va a acomodar en el 15.

— ¿Para la Argentina sería mejor las metas a través de lo que algunos economistas piden como los agregados monetarios? 

— No, eso es peor todavía. Yo vi esa propuesta, me parece un desquicio. Y, digamos, me parece peligroso que los economistas que tienen presencia en los medios estén yendo por ese carril.

— ¿Y por qué ?

— Porque no hubo ningún país en el mundo que aplicara la tesis monetarista de Milton Friedman, las más fanáticas que son controlar la base monetaria o controlar el M3. Ningún país en el mundo lo hizo. Inglaterra una vez lo intentó hacer pero fue una intención nominal durante el gobierno de Margaret Tatcher. Me parece un gran error, un enorme error que la prensa no desenmascare este tema de las metas por agregados monetarios. Yo creo que no hay que ir por ese camino. Es preferible la meta de inflación pero no hay que tener metas. Cuando uno tiene una situación tan débil como la que hay en la economía hoy donde estás emitiendo al 25 por ciento por año, donde las Lebac están dando 26,5, donde hay traslación de depósitos en plazo fijo a Lebac, donde las cifras fiscales son inciertas, no hay que fijarse metas rígidas. Me parece un error fijarse metas rígidas.

 
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— ¿Y qué es lo que habría que hacer?

— Esta es una economía débil porque el crecimiento es débil y porque la tasa de inflación es muy alta. Porque hay un déficit de cuenta corriente balanza de pagos de más de 5 puntos del Producto y hay un déficit fiscal de 9 puntos del Producto, consolidado el fiscal y el cuasi fiscal. Entonces son números de un país que está económicamente débil. Yo no creo que el gradualismo dé buenos resultados. En algún momento me parece que van a tener que tomar el caballo por la rienda y van a tener que aplicar un plan de shock. Un plan de shock que hoy por hoy nadie está esperando pero que espero que alguien esté elaborando. Porque es obvio que el plan A no está saliendo bien.

¿La Argentina está ante una posibilidad de una fuerte suba de la inflación o puede salir por el lado de la deuda?

— Yo creo que el problema siempre viene en la Argentina por el mismo lado, por el lado del dólar. En marzo el Banco Central ya vendió más de 2 mil millones y ahora está en una situación donde no tiene que vender porque la cosecha está entrando pero después de que la cosecha entre y después de que durante varios meses el Central cumpla su promesa de que el dólar esté quieto probablemente volvamos a tener compras masivas de dólares al Banco Central. Y eso va a empezar a asustar en algún momento.

— ¿Es preocupante el actual nivel de endeudamiento del sector público?

— Bueno, es que nos estamos endeudando a una tasa fenomenal. Si tenemos en cuenta también lo que son los títulos del Banco Central realmente está creciendo la deuda a un nivel donde en breve la vamos a tener en 50 puntos del Producto. Y Argentina nunca tuvo un nivel de deuda de 80 por ciento del PBI, nunca llegamos a eso, mucho antes llegaron los problemas. Cuando te perfilas que vas al 80 dentro de dos o tres años ahí viene el inconveniente, rápidamente viene.

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 ¿Cree que la Argentina el año que viene se puede dar el lujo de salir a buscar la misma cantidad de dólares para financiar el déficit ?

— Va a depender de cómo estén los mercados internacionales. Hoy la tasa a 10 años está oscilando entre 2,70 y 2,90, si rompe el valor de 3 por ciento probablemente después tengas un salto más abrupto en esa tasa y un salto abrupto en esa tasa va a hacer que sea difícil probablemente tomar deuda al ritmo que uno quiere. Hay dos países que están hoy siendo bombardeados en el sentido de que son los más débiles y los que más dependen del crédito externo que son Argentina y Turquía. Probablemente en el 2019 tengas que hacer cambios. El ministro (Luis) Caputo dijo que esta situación no aguantaba más allá de cinco años, y creo que le dio bastante margen. Está diciendo que el presidente Macri en su segundo mandato, en lo que probablemente sea su segundo mandato, va a tener que introducir cambios profundos.

¿ Están dadas las condiciones para que Mauricio Macri pueda ser reelecto con este crecimiento económico bajo y la inflación alta?

— Yo creo que sí, yo creo que están dadas las condiciones para que gane. Porque Cristina Kirchner tuvo esta tasa de inflación. No es que venimos de un paraíso con tasas de inflación menores al 10 por ciento y de repente Macri bum, la mandó al 25. Tenemos el nivel de inflación que había con Kiciloff. Tenemos un nivel de déficit más alto que en aquella época pero la gente no se fija en el déficit a la hora de votar, se fija en la tasa de inflación, se fija en el empleo, en la tasa de crecimiento, y eso está más o menos igual, quizás un poquito mejor. Se va viendo que la economía va creciendo mínimamente. Y la gente se conforma con eso, no quiere volver al pasado. Yo creo que no hay grandes sectores pensando que Cristina Kirchner o alguien de su riñón pueda volver al poder.

— ¿Por qué esa lluvia de inversiones que anunció de alguna manera el gobierno de Cambiemos todavía no llegó a la Argentina?

— Las inversiones vinieron. Pero en forma de capitales golondrinas. Vinieron en forma de Lebacs. Son dólares que salieron de los colchones y que fueron a parar tanto a los bancos en la forma de plazos fijos en dólares, que subieron de 10 mil a 30 mil millones de dólares en pocos meses a raíz del blanqueo, y vinieron, hoy están como reservas del Banco Central pero están invertidas en Lebacs, en plazos fijos. Lo que el Gobierno pensaba es que era una cura mágica, y eso no lo iban a tener. Los dólares vinieron, las inversiones llegaron. No hay que esperar mucho más. Porque si no tuviésemos una tasa de inversión 3 puntos superior del PBI a la que tenemos hoy también tendríamos el déficit de cuenta corriente 3 puntos superior a lo que es. Hoy ya es 5,5 puntos. Lo que hace que no tengan un déficit de cuenta corriente igual al déficit fiscal es que el sector privado está ahorrando 4 puntos netos en relación a la inversión. Si tuvieran una llegada de inversiones masiva a la Argentina llevaríamos el déficit de cuenta corriente a 8, 9 puntos del PBI y eso es insostenible. Fue insostenible en el Sudeste de Asia, fue insostenible ante cada una de las crisis externas que hubo en el mundo en los últimos 30 años han sido producto de que el déficit de cuenta corriente superó niveles de 5, 5,5, 6 por ciento.

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— ¿Ese número es una luz amarilla para el Gobierno?

— Sí, amarilla anaranjada. Porque marca de alguna manera la cantidad de dólares después que va a necesitar el país para financiar ese déficit ¿no?
Y más en un país que tiene un perfil de vencimiento de deuda muy acotado. O sea, no es que tenemos una deuda consolidada a niveles de 10 años, 15 años, no, no, tenemos todo venciendo en los próximos 3 años.

— Dejo para el final Brasil. Ustede sigue mucho la economía internacional, sigue a los Estados Unidos y a la economía brasileña. ¿Piensa que la situación de Brasil puede complicar a la Argentina o Brasil puede seguir siendo como fue este año de alguna manera un receptor de exportaciones de Argentina como ha mejorado en el tema autos en particular?

— Es muy difícil saberlo porque como la popularidad del presidente Temer es insignificante y la probabilidad de que venga después de Temer un presidente que adopte las medidas económicas en Brasil que se necesitan para que Brasil vuelva a crecer son inciertas. Es incierto si Lula va a poder ser candidato o no va a poder serlo. Los militares aparentemente están en contra. Yo creo que la situación de Brasil hoy es una gran incógnita.

¿Ve la posiblidad que en Brasil nuevamente la suba del tipo de cambio genere algunos problemas a la Argentina?

— Y sí, y sí. Si Brasil tiene un tipo de cambio cada vez más devaluado es evidente que nos va a exportar parte de su recesión, o parte de la recesión que está tratando de sacarse de encima, se la va a exportar a la Argentina. Aquí hubo titulares de diarios muy seguido en el sentido de que la industria automotriz estaba vendiendo más autos que nunca en Argentina, que se había recuperado. No, las ventas se recuperaron, la producción no, y esto se debe a Brasil.

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