La historia completa del Marcelo Tinelli futbolista: el día que sufrió al mejor Maradona, los viajes en bote por el Riachuelo y sus 14 minutos de fama en la Primera de San Lorenzo

El conductor y empresario llegó hasta la Reserva de San Telmo y Defensores de Belgrano y quedó a un paso de dar el gran salto. Igual, se dio el gusto de vestir en dos amistosos la casaca del club que preside. “Me hubiera gustado llegar a jugar en Primera, obvio, estuvo a punto, pero no hubiera cambiado algo de todo lo que hice en mi vida por conseguirlo”, asegura

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Marcelo Tinelli se subía al colectivo de la línea 64 y bajaba en La Boca. Ahí hacía trasbordo: se acomodaba en el bote que por unas chirolas lo trasladaba por el Riachuelo hasta la Isla Maciel, donde se entrenaba en los martes, jueves y viernes en las divisiones inferiores de San Telmo. Ya más crecido, cuando tocó la Reserva, la travesía la hacía con más acompañantes, como Ricardo Zielinski (sí, el Ruso, entrenador de Atlético Tucumán; mediocampista central que lidiaba con la colimba, que le retaceaba continuidad) y Juan Tradito.

A veces, tras las prácticas, el grupito compartía una gaseosa en un kiosco cercano al estadio. En ese entonces, el Cabezón soñaba con ser futbolista; lateral izquierdo devenido en zaguero por caprichos del estirón, que lo transformó en alto y espigado. En su mente no estaba la posibilidad de manejar el joystick del rating televisivo durante más de 30 años. Y se veía como jugador de San Lorenzo, no como presidente. Su carrera con los cortos llegó hasta el preliminar en el Candombero (donde llegó a entrenarse con el plantel profesional), pasó por Defensores de Belgrano y, ya combinando la actividad con el periodismo en Radio Rivadavia, por San Juan Bautista de General Madariaga.

Me hubiera gustado llegar a jugar en Primera, obvio, estuvo a punto, pero no hubiera cambiado algo de todo lo que hice en mi vida por conseguirlo. Hoy, cuando puedo, me meto en algún picado. En mi cabeza creo que tengo 30 y en realidad tengo 59 años", pone en contexto el conductor de ShowMatch en diálogo con Infobae.

Tenía cosas de Maldini. podía jugar de '2′ o '3′. Era un lateral con buena técnica, que salía mucho jugando. Era de revolear muy poco la pelota. Me costaba un poco el cabezazo los sábados a la mañana, la pelota Pintier, mojada, pesada, era de hierro a la hora de cabecear. Quedabas mareado durante 15 o 20 minutos”, bromeó el año pasado cuando le preguntaron sobre su estilo en Fox Sports. Consultado por este medio, reconoce que rasgos de aquél Tinelli siguen apareciendo en la actualidad. “Sigo jugando de lateral, pasando al ataque cuando puedo”, cuenta. Y como observador, desde su platea en el Nuevo Gasómetro, hay una acción que lo obsesiona, al punto de querer saltar al césped: “Los centros defensivos son los que más me importan, es una cosa que me quedó de defensor; no me gusta que nos cabeceen en el área. Viene un córner en contra y empiezo: ‘Ojo por atrás, ojo que este hace la cortina’”.

Rubén González (DT), Roberto Mendoza, Castacnazo, Rubén Fernández, Carlos Fano, Luis Martínez y Marcelo Tinelli. Abajo: Omar Servian, Felipe Traine, Leonardo Bielow, Sergio Torres y el Chino Báez
Rubén González (DT), Roberto Mendoza, Castacnazo, Rubén Fernández, Carlos Fano, Luis Martínez y Marcelo Tinelli. Abajo: Omar Servian, Felipe Traine, Leonardo Bielow, Sergio Torres y el Chino Báez

EL CHINO BÁEZ, EL PUENTE ENTRE EL TINELLI FUTBOLISTA Y EL TINELLI DE LA TELE

La categoría 60 de San Telmo era una de las vedetes de las categorías formativas del club. En 1977, con 300 hinchas que colmaron una de las tribunas para saborear el talento de las promesas candomberas, los chicos se consagraron campeones en Sexta División tras vencer a Comunicaciones en la gran final, con gol de Julio Carrizo. Bajo la dirección técnica de Mario Nacisi, los juveniles apenas perdieron dos partidos en la campaña, y enhebraron varios resultados sorprendentes, como sendos 9-1 ante El Porvenir y Los Andes, otro 8-0 ante los de Gerli y un 5-0 a Nueva Chicago. “Jugábamos de memoria. El entrenador un adelantado del fútbol, nos mandaba a achicar espacios bien arriba, los dejábamos en offside a los rivales con el paso adelante. Era un equipo aceitado y jugábamos de memoria”, narra José Báez, aquel delantero que brilló en San Telmo (luego también fue su entrenador), Sarmiento, Defensa y Justicia, Defensores de Belgrano y Boca, donde estuvo seis meses, pero por cuestiones contractuales no llegó a debutar. Hoy es asistente de cámaras en Laflía, la productora de Tinelli. Sigue tirando paredes con su ex compañero, pero dentro de un estudio de televisión.

Aquella temporada 77 fue el pico de rendimiento de una camada recordada, que también integraban Lucho Martínez (considerado entre los mejores 10 jugadores de la historia de San Telmo), el citado Coti Carrizo y... Marcelo Tinelli. Con el astro de la TV compartieron plantel desde 1972. “Él arrancó marcador de punta, pero por estructura física después pasó al medio de la defensa. Era polifuncional, fuerte, criterioso con la pelota e iba bien de arriba. También podía jugar de volante central. Y algunos partidos también jugó de wing derecho; me acuerdo de una semifinal con Ferro, en cancha de Piraña”, rememora el Chino y ofrece una mirada profunda del Tinelli que aspiraba a ser futbolista. “Podría haber jugado tranquilamente en Primera, le sobraba paño”, se aventura hablando de su amigo.

“En los torneos Evita había rivales a los que les hacíamos 19, 20 goles. Y jugábamos de igual a igual con River, Racing”, se enorgullece. Fue ahí cuando en 1974 les tocó medirse ante los Cebollitas, donde brillaba un tal Diego Maradona. Fue ahí donde se conocieron el Diez y Tinelli, quienes a lo largo de los años, más allá de alguna diferencia circunstancial, terminaron forjando una amistad. San Telmo, con su particular impronta, sorprendió yéndose al descanso en ventaja por 2-0, en un duelo que se jugó en el Cilindro de Avellaneda, como preliminar del encuentro de Primera entre River y Talleres de Córdoba. Se trató, además, de la primera vez que el desparpajo de Pelusa apareció en televisión.

El Candombero soñó con la victoria... hasta que Maradona activó sus botines. “Se enojó Diego y perdimos, no le podíamos sacar la pelota. Daba cada pase... En un cruce, antes de un tiro libre para nosotros, mientras acomodaba la pelota pasó Diego por al lado y le tiré una patadita de esas, hubo una infracción a favor nuestro. Cuando estoy acomodando la pelota, Diego pasa cerca mío, le tiro una patadita y le digo ‘Gordo, vos metés otro pase-gol y te rompo una pierna’. No metió más pases: hizo todos los goles", recuerda el Chino con una sonrisa. El duelo terminó 7-2 en favor de Cebollitas.

Años después, con Maradona invitado en VideoMatch, los dos evocaron en conjunto aquel partido. “Nosotros éramos un equipo humilde. El primer tiempo nos fuimos ganando. Después hizo seis goles, no sabíamos si pegarle patadas, piñas para pararlo”, se divirtió Tinelli. “Ahí ya se te veía que ibas a ser conductor, eh", lo chicaneó el Diez, despertando las carcajadas de todos los presentes. Tiempo después del partido, ya como periodista uno y figura ascendente del fútbol el otro, Diego supo prestarle dinero para las pilas del grabador; un gesto que MT jamás olvidó.

Tinelli y Maradona recuerdan su cruce en los Juegos Evita de 1974

NAVEGANDO POR UN SUEÑO

Tinelli y la clase 60 llegaron a la Reserva. Algunos comenzaron a mezclarse en el equipo de élite; el propio animador alcanzó a integrar el banco del primer equipo en algún amistoso. En el bote que lo cruzaba a “la Famosa Isla Maciel”, como reza el cántico de la hinchada de San Telmo, lo acompañaba un mediocampista de trajín generoso y pelot largo y rubio: el Ruso Zielinski. “Era divertido. Y, cuando no había plata, había que cruzar por el puente”, apunta el conductor. “Era un jugador tremendo. Un pulpo, con manejo de pelota y distribución. Y un gran tipo", lo describe. Es más, en algún momento lo pensó como posible técnico del Ciclón.

Zielinski supo devolver gentilezas en diario Olé: "Éramos de diferente categoría, pero pasamos muchos momentos lindos, inolvidables, jugando en San Telmo. Ahí lo llegué a conocer muy bien a Marcelo: es una persona excelente, que la peleó de abajo y ayuda a mucha gente. Ah, y es uno de los mejores zagueros que vi en mi vida”. Pero al Cabezón le empezó a costar tener continuidad; en su puesto, Raúl Saraví era una fija. El combo cerró cuando llegó un entrenador que decidió prescindir de varias de las promesas del club. “Dejó a muchos libres. Y eran proyectos de crack”, asegura el Chino Báez. Fue ahí que Tinelli pasó a Defensores de Belgrano, donde intentó continuar con su proyecto dentro del fútbol, pero poco a poco el periodismo (y luego también el relato), su otra pasión, empezaban a ganar terreno. La última incursión formal en el fútbol fue en San Juan Bautista del partido de General Madariaga, en la liga local; hacia allí viajaba para jugar los fines de semana con Humberto Grondona. Los botines poco a poco quedaron del lado del hobby.

Pero nunca se olvidó de sus ex compañeros y amigos. Siguió en contacto y en 1994 invitó a la categoría 60 del Candomebero a comer al restaurant Los Años Locos. Ese encuentro resultó un punto de partida: el grupo repitió la juntada una o dos veces al año. Y en noviembre de 2019, el más famoso del equipo volvió a oficiar de imán: convocó a un gran asado en la cava de una afamada parrilla de San Telmo. Se juntaron a mediodía y las anécdotas se extendieron más allá de la 16.

El almuerzo del reencuentro del plantel de San Telmo, en una parrilla de la zona: Carlos Santos, Ariel del Lago, Carlos Fano, José Báez, Marcelo Tinelli, Felipe Traine, Sergio Torres, Ruben Fernpandez, Julio Carrizo y Carlos López
El almuerzo del reencuentro del plantel de San Telmo, en una parrilla de la zona: Carlos Santos, Ariel del Lago, Carlos Fano, José Báez, Marcelo Tinelli, Felipe Traine, Sergio Torres, Ruben Fernpandez, Julio Carrizo y Carlos López

Cómo Tinelli cobijó a José Báez en su empresa es una historia que bien vale su párrafo. “Yo dejo de jugar en el 90, en Excursionistas, y me voy a vender diarios en Corrientes y Esmeralda, como encargado del puesto. Después fui y vine dentro del fútbol. Primero agarro San Telmo como técnico, fui con Néstor Bonillo como preparador físico, que estuvo en San Lorenzo, fue campeón en Vélez y hoy es el profe del Flaco Gareca en la selección de Perú. Me fui, volví, trabajé en Inferiores e Infantiles de Talleres y Racing; dirigí en Dock Sud... En el el 99 fui a laburar al puerto, como estibador. Y me llamó el entonces gerente de Ideas del Sur, diciéndome que en la productora de Marcelo tenían que filmar en el complejo de edificios del Docke, si podía dar una mano. Pero al rato me llamó el productor, avisándome que no hacía falta, que había contratado a dos muchachos para que lo acompañaran. ¿Qué pasó? Le robaron todo y me llamó desesperado. Entonces fui, como conozco a todos recuperé lo que se habían robado y terminé trabajando en la producción: era para la serie Okupas. Después seguí vinculado cuando hicieron Tumberos. Un día apareció Marcelo y me saludó. Le dije que estaba con preocupación, porque en unos días terminaban de filmar y me quedaba sin laburo. ‘Vos te quedás trabajando conmigo’, me dijo. Y no paré”, concluye el Chino.

RODEADO DE LOS MEJORES

Maradona y Tinelli jugando juntos en Ritmo de la Noche

Aunque postergó sus sueños de futbolista profesional, Tinelli se dio el gusto de jugar con los mejores y en vivo y en directo, con un rating que superaba, justamente, al de Fútbol de Primera, el programa que pasaba los goles de la fecha del fin de semana los domingos por la noche. En su show Ritmo de la Noche armó varios campeonatos, con partidos de fútbol 4, en el que hizo partícipes a grandes figuras. El mismísimo Diego Maradona o Norberto Alonso, entre otros, eran protagonistas estelares de los duelos.

Incluso, el conductor se animó a organizar un Mundialito, con ex estrellas de las diferentes selecciones probando sus capacidades en el estudio-estadio. Nery Pumpido, Jorge Burruchaga, Olarticoechea y Diego supieron enfrentarse a Brasil, con diferentes alineaciones. Taffarel, Branco, Dunga y Bebeto fue una. Paulo Sergio, Junior, Batista y Zico, otra.

SUS 14 MINUTOS DE FAMA EN SAN LORENZO

En 2002, Tinelli debutó en la Primera de San Lorenzo. En efecto, no fue en un partido oficial, pero sí en un amistoso previo al inicio de la temporada, mezclado en el plantel profesional y contra un equipo serio: Deportivo Español. Fue en el Nuevo Gasómetro, en el umbral de la era de Ruben Insua como entrenador y en el inicio de la gestión de Alberto Guil y Rafael Savino en la Comisión Directiva. Fue invitado, aceptó y llevó a todo su equipo que le hizo un seguimiento especial para el Show de VideoMatch.

El Ciclón goleó 5-1, gracias a los goles de Alberto Acosta (dos), Sebastián Saja de penal, Carlos Cordone y Lucas Pusineri. Pachorra Smaldone descontó para el Gallego. MT ingresó a los 22 minutos del segundo tiempo por el mediocampista Mariano Herrón. Se ubicó como marcador central, haciendo dupla con el paraguayo José Devaca, con buena ubicación y un par de salidas limpias. Pero a los 37 fue reemplazado por Rodrigo Astudillo, el Potro, luego héroe en la consagración del equipo en la Copa Sudamericana de ese año.

Tuve la posibilidad de debutar, aunque no toqué muchas pelotas. De chico soñaba con jugar en San Lorenzo”, declaró en 2012, luego de haber iniciado su incursión como dirigente. Poco más de un año después repitió la faena en la despedida del Beto Acosta como futbolista, en el mismo escenario. Su equipo formó con José Ramírez; Aldo Paredes, Marcelo Tinelli, Diego Capria y Claudio Morel Rodríguez; Jonathan Santana, Pablo Michelini, Néstor Gorosito, Damián Luna; Alberto Acosta y Ariel Carreño. Del otro lado jugaron Oscar Passet; Félix Benito, Gabriel Heinze, Gustavo Zapata, Ricardo Altamirano; José Chatruc, Nelson Parraguez, Andrés D’Alessandro, Leonardo Rodríguez; Víctor Hugo Ferreyra y Enzo Francescoli. Allí sí tuvo más contacto con el balón. Y superó la barrera de los 14 minutos en cancha.

Tinelli, en la despedida del Beto Acosta en el Nuevo Gasómetro (Román Perroni)
Tinelli, en la despedida del Beto Acosta en el Nuevo Gasómetro (Román Perroni)

A los 59 años, nunca le dijo “chau, chau, chau” a la pelota. “Hay jugadores de la Selección que son amigos, y me dicen: ‘Vamos a armar un partido, traé a tu equipo’. No sé quién piensan que soy, Mbappé, ja. Pero juego y soy pasional, aunque me duelan la rodilla, el tobillo. Y cuando no puedo jugar, me molesta ser árbitro, porque quiero jugar”, confiesa. Porque el chico que cruzaba el Riachuelo con sueños de Selección sigue habitando el cuerpo del empresario exitoso cuyos goles hoy se cuentan por programas, en la planilla de rating.

El Astro de la TV, ya como un espigado zaguero en Defensores de Belgrano
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EL CAMINO DE TINELLI A LAS PRÁCTICAS DE SAN TELMO

El camino que hacía Tinelli para ir a entrenarse a San Telmo
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El estadio de San Telmo
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