
En Granada, España, Salman Rushdie afirmó que “vivimos en un periodo en el que para una parte de la sociedad la cultura se ha convertido en el enemigo. La educación, el arte, el pensamiento se consideran cosas malas”. Es “el mundo al revés”, reflexionó en la inauguración del encuentro literario Festival Cultur_ALH que se realiza en Granada hasta el domingo 5 de octubre.
El escritor británico-estadounidense de origen indio (nacido en Bombay, en 1947) dialogó con su colega argentino Andrés Neuman y allí dijo que atribuye el hecho de que lo tilden de hacer realismo mágico a que la suya es una narrativa “en la que no pasa nada, todo es normal”. “A mí eso sí que me parece una fantasía y algo mágico, porque el mundo es muy raro”, apuntó.
En una conversación sobre el poder de la escritura repasó gran parte de su obra, especialmente su libro Cuchillo (Meditaciones tras un intento de asesinato), que escribió tras sufrir en 2022 cerca de Nueva York un intento de asesinato en el que perdió un ojo y quedó con la movilidad reducida en una mano.

Sobre aquel episodio traumático -ocurrido 34 años después de que el ayatolá Jomeini, difunto líder iraní, emitiera un edicto pidiendo su muerte tras haber escrito Los versos satánicos en 1988-, dijo sentirse afortunado por haber sido capaz de retomar su vida normal y continuar escribiendo. “Los milagros han saltado de mis libros a mi vida real. Creo en el milagro de la ciencia, de la medicina, y creo también en la suerte”, que ha jugado, dice, un papel importante en su vida: “Sobreviví, ésa es mi venganza”.
Sentido del humor
Salman Rushdie reivindicó el sentido del humor como el mecanismo que nos distingue de los “tiranos”, que, señala, no lo tienen. Un sentido del humor que está presente, asegura, en Los versos satánicos, por el que le atacaron muchos sin ni siquiera haberlo leído: “Antes de atacar un libro, lo que hay que hacer, como mínimo, es leerlo”.

El encuentro en el Palacio Carlos V de la Alhambra ha repasado otras de sus obras, como Quijote, que le permitió explorar América, Hijos de la medianoche o El último suspiro del moro.
Rushdie visitó por primera vez la Alhambra a los 19 años y volvió en 1996, treinta años después, casi el mismo periodo de tiempo que ha tardado en volver. Este monumento también estuvo presente en las alucinaciones que sufrió cuando estaba ingresado en el hospital tras el ataque, según contó en su diálogo con Neuman, debido a la fuerte medicación que recibía y que le llevaba a tener visiones de edificios arquitectónicos, algunos imaginarios, construidos con alfabetos.
Fuente: EFE
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