En 1945, un violín Stradivarius de 1716, conocido como el Mendelssohn, reapareció en Japón tras haber desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial. El instrumento, valorado en 10 millones de dólares, había pertenecido a la familia Mendelssohn y fue confiscado por el régimen nazi. Su rastro se perdió durante décadas, hasta que una investigación reciente permitió reconstruir su recorrido y arrojar luz sobre uno de los episodios más oscuros de la historia de la música clásica. El caso del Mendelssohn Stradivarius ilustra cómo el expolio nazi de arte y objetos de valor afectó también a los instrumentos musicales más preciados.
El violín, fabricado por Antonio Stradivari en Cremona, Italia, en 1716, fue adquirido en el siglo XIX por la familia Mendelssohn, descendientes del compositor Felix Mendelssohn. Durante la década de 1930, el instrumento se encontraba en manos de la familia en Berlín. Con la llegada al poder de Adolf Hitler y la intensificación de la persecución antisemita, los Mendelssohn, de origen judío, se vieron obligados a abandonar Alemania. El violín fue confiscado por las autoridades nazis, que sistemáticamente requisaron bienes de familias judías, incluidos instrumentos de gran valor histórico y artístico.
La investigación detalla que, tras la confiscación, el Mendelssohn Stradivarius pasó a formar parte de la colección de instrumentos del Estado nazi. Durante la guerra, muchos de estos objetos fueron vendidos, intercambiados o trasladados a lugares seguros para evitar su destrucción. El destino del violín permaneció incierto hasta el final del conflicto, cuando se supo que había salido de Europa. El instrumento reapareció en Japón, en posesión de un coleccionista privado, lo que suscitó interrogantes sobre las redes internacionales de tráfico de arte y objetos saqueados durante la guerra.
El valor del Mendelssohn Stradivarius, estimado en 10 millones de dólares, no solo reside en su perfección acústica y su estado de conservación, sino también en la carga histórica que porta. La familia Mendelssohn, que nunca recuperó el instrumento, representa a las numerosas víctimas del expolio nazi cuyas propiedades fueron dispersadas por todo el mundo. El caso del violín pone de manifiesto la dificultad de rastrear y restituir bienes culturales robados en contextos de conflicto, una problemática que sigue vigente en la actualidad.
La reconstrucción del recorrido del Mendelssohn Stradivarius ha sido posible gracias a la colaboración de musicólogos, historiadores y expertos en arte. El trabajo conjunto permitió identificar documentos, fotografías y testimonios que confirmaron la procedencia del instrumento y su paso por distintas manos antes de llegar a Japón. Este proceso ha servido como modelo para otras investigaciones sobre instrumentos musicales desaparecidos o robados durante la Segunda Guerra Mundial.
[Fotos: Tarisio Auctions]
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