Años agitados, al grito de basta de violencias, sacaron el grabado al espacio público. Pasamos de la resistencia a la embestida, alertas y activas. La tinta se tiñó de verde para seguir conquistando derechos y exigiendo justicias.
Tomamos las calles, nos abrazamos, militamos en cada esquina y en cada lugar que transitamos. Charlamos con otras y otres, fuimos trama que se unía para dejar atrás el silencio. La acción política se volvió gesto cotidiano, con un pañuelo verde enroscado en la mochila, en el puño en alto, con una consigna escrita a mano que se improvisaba en una vidriera cualquiera, en el laburo, en la plaza o en la escuela. Y en esas ganas de estar juntas, se multiplicaron las experiencias colectivas. El arte fue y es la posibilidad de proyectarnos y encontrarnos en nuestros anhelos.
La trama afectiva y la colaboración entre unes y otras nos fortaleció y gestó un latido colectivo que nos posicionó en un protagonismo histórico de este correr la voz en obras gráficas por las calles.
En el espacio público, los afiches de Vivas Nos Queremos se entrelazan con otras gráficas e impresiones que se encuentran en el muro, creando una voz coral de denuncias y sueños: diálogos urgentes entre tintas y pegatinas.
Los afiches recorren escuelas, hospitales, asambleas y barrios. Acompañan talleres de formación, luchas y agites colectivos por distintos territorios. Inspiran a otras voces a generar nuevos diseños. Invitan a manos que nunca gubearon a acercarse al grabado. Los afiches son anónimos, de todas y todes. Rompen con el protagonismo individual para fundirse en una movilización de miles que sostenemos el grito de Vivas Nos Queremos.
Reunir parte de este recorrido en un libro, escribir, registrar procesos comunitarios, compartir esas experiencias es parte de un posicionamiento que nos permite pensarnos y revisar las estrategias en tiempos tenebrosos, en los que los discursos de odio y las derechas conservadoras fascistas están ganando terreno en la agenda pública, y en los que los feminismos y las disidencias perdimos los niveles de movilización masiva y simbólica que nos permitieron ampliar derechos.
¿Por qué entonces publicar este libro ahora? Porque más que nunca necesitamos reinventarnos para seguir resistiendo; amplificar nuestras voces y circular imágenes que hablen de nuestras historias y deseos y que nos ayuden a visibilizar nuestra existencia; movilizar ese ser colectivo que somos; hacer memoria afectiva; tener registro de las genealogías de nuestras luchas para aprender de ellas y redoblar fuerzas, para que nuestra historia no sea olvidada ni borrada. Necesitamos crear la voz, las gráficas y las imágenes que nos representan y potencian.
Queremos continuar tejiendo encuentros, unirnos en una trama común que deje huella y múltiples voces. Y en cada escuela, en cada barrio, en cada grupa compañera hacer crecer la semilla de la gráfica y la transformación.
Porque más que nunca necesitamos recrear redes para reconocernos, renombrarnos, seguir ardiendo en preguntas, juntxs, en manada, para seguir luchando por el mundo que soñamos. Hacemos propias las palabras de Lohana Berkins: “El tiempo de la revolución es ahora”.
Campaña gráfica Vivas Nos Queremos Argentina somos un montón de compañeres que nos juntamos por aquí y por allá a crear afiches para que empapelen las calles al grito de VNQ. Somos quienes gubian las matrices y las amigas que ceban mates mientras estampamos. Somos las que compartimos un taller y las que por primera vez imprimen una estampa. Somos lxs que llevamos afiches de una ciudad a otra y nos juntamos a pegarlos en las calles de nuestro barrio. Somos quienes fotografiamos los afiches y los compartimos en redes. Somos cada docente que imprimió las imágenes y las llevó a su escuela un 3 de junio. Somos quienes deseamos participar de algún modo, quienes movemos y nos conmovemos en cada territorio.
Por eso, nos elegimos anónimas y de libre circulación, incomodamos las lógicas del arte para copar el espacio público desde un ser colectivo, en constante construcción, para que cada una pueda sumarse a ese resonar inabarcable, en movimiento, aportando desde distintos roles, pero siempre presentes con un objetivo común: el deseo de querernos vivas, libres y sin miedos.
Sumate a ser parte, juntate con otrxs, ampliemos la red, empuñá la gubia, imprimí, salgamos a la calle. ¡¡¡Las paredes son nuestras!!!
Colectiva editorial VNQ: Alejandra Andreone, Angeles Anchou, Florencia Sandoval, Florencia Gimeno, Camila Mack, Julieta Ieraldi Curutchet, Carolina Pastorella, Natalia Revale y Melisa Santilli Bara.