La belleza del día: “El cuarto Estado”, de Giuseppe Pellizza da Volpedo

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

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 “El Cuarto Estado”, de Giuseppe Pellizza da Volpedo, en el Museo del Novecento, en Milán
“El Cuarto Estado”, de Giuseppe Pellizza da Volpedo, en el Museo del Novecento, en Milán

“Se impone la cuestión social; muchos se han dedicado a ello y están estudiando mucho para solucionarlo. Incluso el arte no debe ser ajeno a este movimiento hacia una meta aún desconocida pero que también se entiende que tiene que ser mejor siempre que se den las condiciones actuales”, escribió Giuseppe Pellizza de Volpedo, en 1891 en su diario personal, tras presenciar una revuelta obrera en Piazza Malaspina en Volpedo, la pequeña ciudad italiana donde nació y murió (1868-1907).

Pellizza creció en una familia campesina adinerada, por lo que pudo estudiar en las escuelas importantes de arte, en Milán, Roma, Florencia y Bérgamo. A lo largo de su carrera expuso seguido, pero sin mucho éxito -en ventas y críticas- y el reconocimiento recién le llegó en sus años finales, pero sobre todo luego de su prematura muerte, a los ‘39, cuando se ahorcó sumido en una depresión por la muerte de su esposa.

De hecho, cuando el El cuarto Estado, la que se considera su gran obra, se expuso por primera vez en 1899 -un año después de haber sido finalizada- en la Cuadrienal de Turín solo recibió críticas e incluso sus amigos de los círculos culturales le dieron la espalda.

Embajadores del hambre
Embajadores del hambre

El cuarto Estado es una obra de grandes dimensiones (293 × 545 cm) que se encuentra en Museo del Novecento, Milán, y que tuvo un proceso creativo de 10 años. Pero no solo eso, como artista que busca su obra maestra, realizó dos bocetos con la misma temática. El primero fue Embajadores del hambre en 1891, inmeditamente después de haber presenciado la revuelta obrera. En esta pieza el artista coloca la estructura, con tres personajes principales al frente, y una multitud en el fondo. Los tres están a punto de ingresar a las sombras, una manera simbólica de retratar el espacio donde se realizará el intercambios con el poder.

En 1895 realiza el estudio preliminar al óleo Fiumana, donde se producen los cambios más profundos como el aumento de las personas que participan de la manifestación, la desaparición de la sombra e incluso propone un trabajo más colorido. También se cambia el punto de vista del artista, que desciende un poco para dar al campo de fondo una espacialidad más marcada y resaltar así la gran cantidad de personas que apoyan la manifestiación. Otra gran diferencia es la aparición de una mujer entre los que dan el paso al frente y, sobre todo, la inclusión de un bebé, que representa la lucha por el futuro.

Estos cambios se produjeron con el objetivo de devolver la vitalidad a su pueblo, mostrar que no era “una naturaleza muerta, sino una masa viva, palpitante, llena de humildes esperanzas o de oscuras amenazas”. En el borde del lienzo, el autor escribió:

“Se oye... el rio de la humanidad corre

suavemente y se hincha. Permanecer es un crimen.

Filósofo, deja tus libros para ponerte a la cabeza,

guíalo con tus estudios.

Artista, te atrae para aliviar la tristeza con

la belleza que sabes presentar

Trabajador, deje la botella que, por su largo trabajo,

consume

y te lleva consigo.

¿Y qué haces? La esposa, el niño, te llevan a

aumentar

el río de la Humanidad sedienta

de justicia - la justicia pisoteada hasta ahora

y ahora brilla un espejismo lejano”

"Fiumana", estudio preliminar de "El cuarto Estado", en la Galería de Arte Brera, Milán
"Fiumana", estudio preliminar de "El cuarto Estado", en la Galería de Arte Brera, Milán

Tras la masacre de Bava Beccaris en Milán, cuando los trabajadores tomaron las calles para protestar contra las condiciones laborales y el aumento del precio del pan y fueron reprimidos con disparos y balas de cañon por el Estado, provocando 81 muertes civiles según fuentes oficiales y más de 300 según The New York Times, el artista decició hacer su tercer versión, El Cuarto Estado, en el que intentó realizar “la mayor demostración de la que pudo presumir el proletariado italiano entre los siglos XIX y XX” .

En la obra se representa el avance de los trabajadores de manera pacífica, serena, pero gestos que denotan seguridad. Es “una masa de gente, de campesinos, inteligentes, fuertes, robustos unidos, que avanzan como una corriente abrumadora cada obstáculo que se interpone en el camino para llegar al lugar donde ella encuentra el equilibrio”, escribió el artista.

A partir del siglo XIX con la segunda revolución industria, la obra se convirtió en un símbolo del mundo de los trabajadores y sus luchas sindicales y políticas.

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