El 11 de diciembre de 2024, Cien años de soledad, la emblemática novela de Gabriel García Márquez, debutó en la plataforma de streaming Netflix, en una ambiciosa serie que buscó llevar a la pantalla el mundo mágico y simbólico de Macondo.
La obra, publicada en 1967, ha vendido más de 50 millones de copias y se ha traducido a 46 idiomas, lo que la consolidó como uno de los pilares de la literatura latinoamericana.
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Con una producción que tardó cinco años y nueve meses desde que Netflix adquirió los derechos para su adaptación, la serie generó gran expectativa; sin embargo, como es común, no todos los detalles del libro han sido trasladados a la pantalla.
Al respecto, a través de una serie de publicaciones en X, Orlando Oliveros, escritor y periodista cultural y editor-investigador del Centro Internacional para el legado de Gabriel García Márquez de la Fundación Gabo, ofreció un análisis detallado del primer episodio titulado “Macondo”, y compartió una mirada interesante sobre las diferencias y omisiones con respecto a la obra original.
Nuevos elementos en la adaptación
Una de las inclusiones más llamativas es la representación del Uróboros, la serpiente que muerde su propia cola, una figura que aparece tanto en el libro de Melquíades como en el árbol genealógico de la familia Buendía.
De acuerdo con Oliveros, en la tradición alquímica, el Uróboros simboliza el ciclo eterno de la vida y la muerte, un concepto profundamente ligado a los temas de repetición y destino cíclico que recorren toda la novela.
En ese sentido, Oliveros señaló que esta figura es un reflejo perfecto de la historia de los Buendía, quienes están condenados a repetir sus errores, lo que se manifiesta en las tragedias que atraviesan las generaciones.
“Es como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio”, dijo Úrsula Iguarán en la novela, frase que encaja en la representación visual de este símbolo.
Otro cambio significativo se encuentra en la caracterización de José Arcadio Buendía, pues en la serie, después de matar a Prudencio Aguilar, el personaje se dirige a su casa y, al encontrarse con Úrsula, le dice: “No habrá más muertes en este pueblo por culpa nuestra”.
En el libro, la frase varía ligeramente: “No habrá más muertes en este pueblo por culpa tuya”, esta ligera alteración es un ejemplo de cómo los guionistas de la serie optaron por dar un matiz distinto a las dinámicas de culpabilidad entre los personajes.
Nuevas escenas y personajes
En la serie también se introducen elementos que no están presentes en el libro. Uno de los más interesantes es la figura de Pilar Ternera, que se presenta como partera de Úrsula en los nacimientos de José Arcadio y Aureliano.
Esto no solo agregó un nuevo nivel de complejidad a la trama, también logró hacer más perturbadores los momentos en que Pilar mantiene relaciones con los dos hermanos Buendía en diferentes puntos de la historia, un aspecto fundamental en la obra de García Márquez que ahora se expande visualmente.
En cuanto a la fundación del mítico pueblo Macondo, la serie incorporó un discurso de José Arcadio Buendía en el que se perciben ecos de La soledad de América Latina, el discurso de García Márquez al recibir el Premio Nobel.
En la serie, José Arcadio Buendía mencionó un pueblo “donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir”, un pasaje que refuerza la relación entre la novela y los pensamientos del autor sobre la historia y la política de América Latina.
Omisiones y diferencias clave
De acuerdo con Orlando Oliveros, el proceso de adaptación siempre involucra ciertas omisiones, y Cien años de soledad no es la excepción.
Entre los elementos más significativos que no aparecen en el primer episodio de la serie se encuentran algunos detalles de la historia de los Buendía y su genealogía.
En el libro, se relata que la bisabuela de Úrsula, después de vivir una experiencia traumática durante el saqueo de Riohacha por parte del pirata Francis Drake, se mudó a una ranchería y conoció a José Arcadio Buendía.
Este encuentro da lugar a un vínculo familiar incestuoso, que se convierte en una de las trágicas paradojas de la familia. En ese sentido, la serie omitió esta compleja historia de fondo y eliminó dicho elemento clave de la narrativa original.
En otro aspecto, la adaptación suprimió una de las escenas más poéticas de la novela: el encuentro entre los jóvenes esposos, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, con el fantasma de Prudencio Aguilar.
En el libro, la aparición de Prudencio fue acompañada por una lluvia torrencial que intensifica el dolor y la nostalgia de los personajes, mientras que en la serie, esta lluvia desapareció, lo que cambió el tono de la escena y disminuyó la carga emocional del momento.
De igual manera, otro de los momentos emblemáticos que no se conservó fue el aguacero que cae durante el nacimiento de Aureliano.
En Vivir para contarla, García Márquez relató su propio nacimiento en un contexto muy similar, con un torrencial aguacero fuera de estación, lo que se convirtió en una imagen que resonó en la creación de Macondo.
Curiosidades adicionales
La serie también incorporó toques musicales que enriquecen la atmósfera de Macondo. Por ejemplo, en la fiesta de matrimonio entre José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán se escucha “La Maestranza”, una pieza de la reconocida agrupación colombiana Los Gaiteros de San Jacinto, ganadores de un Grammy Latino en 2007.