Una vez más la primera dama, Juliana Awada, captó la atención por su estilo. En Moscú, desde que bajó del avión, con su tapado blanco y su gorro pescador de piel sintética. Pero no tenía guantes y sintió el rigor del clima en los metros que recorrió hasta el auto. Para las actividades oficiales del día siguiente ya se había conseguido unos guantes que combinaran con su equipo color tostado aunque llamó la atención que no llevara sombrero y que el tapado lo usara abierto.
Nada está librado al azar en el mundo Awada. Mientras el presidente Mauricio Macri mantenía sus reuniones en el Kremlin ella se cruzó del hotel Ritz Carlton a la Plaza Roja con ropa más informal y bastante abrigo. Después, Infobae pudo ver cómo elegía las fotos que más tarde distribuiría Presidencia.
Awada se sentó a tomar un café en el bar del Ritz Carlton con el fotógrafo oficial Víctor Bugge. La primera dama miraba una a una las tomas y discutía sobre cuáles eran las más convenientes para ser enviadas a los medios. "Es que es un activo de nuestra comunicación", dijo un importante funcionario del Gobierno al observar la escena y conocedor de lo que genera la imagen de la mujer del jefe de Estado.