Sequías en la sierra podrían generar escasez de agua y alimentos en Lima y otras regiones del país

El Fenómeno de La Niña viene afectando al país. En la actualidad varias regiones del centro y sur de la sierra han visto cómo la siembra que realizaron se ha ido secando por la falta de lluvias y la ola de heladas. Las consecuencias de este evento serían mayores, y aportarían al desabastecimiento de alimentos y los recursos básicos como el agua y la luz.

Son varios los nacionales que no dependen de represas para el riego de sus cultivos, sino que, utilizan las lluvias para el riego de sus plantaciones. Esto lo realizan según el calendario agrícola; sin embargo, este año esta actividad se vio interrumpida.

Para el investigador y director ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes) Laureano del Castillo de prolongarse estas sequías en el Perú, la nutrición de más de 16,6 millones de peruanos se volvería vulnerable. La situación se pone más crítica en el caso de aquellos 6,8 millones de personas que no comen en uno o más días.

De darse aquel escenario, el Perú se vería obligado a importar productos bajo los precios internacionales para proveer la demanda de sus ciudadanos.

La falta de abastecimiento de agua es otro de los problemas que enfrentaría el país, sobre todo Lima que depende hídricamente del río Rímac, cuya represa está en la Central Hidroeléctrica del Mantaro, según el representante del Cepes.

Pero esta no sería la única amenaza, ya que, durante los últimos meses y los primeros de cada año, los ríos estacionales suelen desbordarse, mojando en sobremanera las tierras que solo necesitan bajo riego. Estos están ubicados en la costa.

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Los incendios forestales se suman a esta larga lista. Esto ocurre en la mayoría de veces por la quema de pastizales que realizan los agricultores para luego pasar a fertilizar y oxigenar el suelo en el que se va a sembrar.

La difusión de estudios, proyecciones e informes sobre la situación agrícola e hídrica en todo el país, serviría para que la población y especialistas se encuentren alerta. Además de ello, es indispensable retomar campañas sobre el cuidado del agua y sus impactos económicos. Todo ello debe de darse a través de los canales oficiales que son el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y la Autoridad Nacional del Agua (ANA).

“En Lima decimos que el agua es muy cara, pero la desperdiciamos al regar con agua potable, al dejarla correr mientras lavamos el carro o nos aseamos los dientes. No somos conscientes de que vivimos en la ciudad más grande en medio del desierto, después de El Cairo”, añadió el investigador de Cepes.

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