Ica: la leyenda del curioso encuentro de una mujer con la sirena de La Huacachina

Los mitos en torno a este ser sobrenatural es bastante conocida por los lugareños y popularmente se cree que son pocas las que han sobrevivido tras verlas.

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Las bellezas naturales que tiene el Perú son infinitas. Cada región de este país tiene un lugar característico qué ser el motivo de muchas visitas de turistas curiosos, nacionales e internacionales, qué deseosos de conocer un poco más de nuestra historia se acercan a visitarlas. Por ejemplo, Cusco tiene a Machu Picchu, Arequipa al Misti, Chiclayo sus hermosas playas en Pimentel. Y la ciudad de Ica tiene la famosa laguna de La Huacachina.

Justamente este último lugar tiene más de una historia relacionada con los hechos inexplicables que se corren como mitos populares en casi todo el Perú.

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La laguna de La Huacachina es un oasis de aguas sulfurosas ubicado en la ciudad de Ica. Su nombre se remonta al vocablo quechua ‘huacca cachi’ que significa “la que llora sal”. Este lugar está rodeado de abundante vegetación a pesar de estar en una zona desértica. Este detalle, y su vista, lo convierten en uno de los lugares más bellos para visitar del Perú.

Pero como casi todos estos lugares, también existe una leyenda con relación a su verdadero origen. La misma que dice que está laguna se formó luego que una mujer fuera abandonada y con sus lágrimas se formara la laguna. También ella se volvió una sirena que habita en sus profundidades.

Los antiguos habitantes del lugar señalan que cada cierto tiempo la sirena sale a la superficie y se cobra la vida de una persona, pensando que es su amor que ha regresado a buscarla. Pero no es así.

Ella también la vio

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Cuenta la leyenda que no solamente los hombres pueden verla, también algunas mujeres han tenido ese extraño privilegio de toparse con ella. Dice la historia popular que hace muchos años, una mujer se pasó toda la tarde en la orilla de la laguna luego de una ruptura amorosa. Cuando tomó conciencia de la hora ya era de noche y se alistó para ir a casa.

Pero de pronto, se percató que otra mujer vestida de blanco la observaba fijamente a tan solo unos metros.

Al principio no le prestó mucha atención, pues estaba más preocupada en cómo regresar a casa. Pero cuenta que esta extraña presencia se le iba acercando de manera lenta y escalofriante.

Al principio no le quiso hacer caso, pero cuando ya la tenía muy cerca logró verle la cara. Se dio cuenta que se trataba de una joven muy hermosa. La mujer se quedó inmóvil frente a ella.

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De repente, este ser le dijo a la fémina que ella sabía perfectamente por lo que estaba pasando, pues su amado también se había ido lejos. Entonces la mujer pensó que ella debía ser la sirena de la que tanto hablan, pero prefirió no tocarle ese tema.

La sirena le había contado que su pareja le había prometido volver, pero ya había pasado mucho tiempo y no quería esperar más. Es por eso que cada vez que alguien que no era del lugar se metía a la laguna, ella lo jalaba hasta el fondo, pero nunca era su prometido.

En un rato de sensatez, la mujer le dijo a la presencia que muchas veces el amor es así de ingrato, y que si él no había regresado era porque él no era destino.

La sirena pareció entenderlo todo y asintió con la cabeza, pues se dio cuenta que el consejo era una realidad. Y antes de volver a la laguna, miró fijamente a la mujer y le dijo: “siempre escucha a tu corazón que esté ya tiene la respuesta”.

De inmediato, y lentamente, la vio entrando a la laguna hasta que el agua verdosa la cubra toda. Y mientras la mujer la observaba irse, también vio la larga cola de la sirena que era alumbrada por la luz aquella luna llena.

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