Conoce los peligros que encierra la automedicación

Aprende a dejar esta terrible costumbre que a la larga nos podría costar la vida.

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Muchas veces hemos visto como nuestros padres o abuelos van a su botiquín y se toman cualquier pastilla, sin prescripción médica, apenas sienten que algo les duele. Pues eso es la automedicación y, aunque no solo es usual en los adultos mayores, sí es cierto que es una práctica que debe quedar desterrada debido a los peligros que podría traer a nuestra salud.

La práctica de la automedicación trata de tomar o aplicarse todo tipo de medicamentos, hierbas o remedios caseros. Esto se puede dar por iniciativa propia o porque otra persona nos aconsejó.

Y lo hacemos sin realizar la respectiva consulta a un profesional de la salud que está facultado para hacer un diagnóstico de la dolencia mucho más certero. Además nos dará el remedio exacto y supervisará la evolución del tratamiento y cómo va reacción nuestro cuerpo a dicho tratamiento.

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RIESGOS DE LA AUTOMEDICACIÓN

Esa mala costumbre de autodiagnosticarse una enfermedad a la primera dolencia que aparece en nuestro cuerpo y, sobre todo, de automedicarse con la idea de que así nos sentiremos mejor, debe dejarse de lado de una vez por todas.

Y es que los riesgos de caer, primero, en un error y, luego, en exponer a nuestro organismos a diversas dolencias son altos. Los posibles efectos que esto podría traer son dolor de cabeza, somnolencia, náuseas, diarrea, urticaria. Si la práctica ya lleva tiempo realizándose, es posible que aparezcan otra consecuencias más graves como:

· Resistencia a los antibióticos.

· Intoxicación.

· Enmascarar u ocultar la enfermedad.

· Dependencia y adicción a los fármacos.

· Agravamiento de la dolencia y, en algunos casos, hasta la muerte.

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Para evitar llegar tan lejos, es de vital importancia comenzar a adoptar ciertos hábitos para usar de manera responsables los medicamentos que tengamos a la mano. A continuación, unos sencillos pasos para comenzar con esta nuestra sana costumbre y no caer en la tentación de la automedicación. Su cuerpo y sus familiares lo agradecerán:

· Tomar las medicinas solo si han sido recetadas por un profesional de la salud y en la dosis indicada.

· En el caso de mujeres embarazadas, madres lactantes, niños, personas con enfermedades crónicas y adultos mayores, consultar al médico antes de tomar un medicamento.

· A la solicitud de recomendación de algún fármaco, aconsejar que lo mejor es acudir al profesional de la salud.

· No seguir el tratamiento indicado a familiares o amigos, así hayan tenido los mismos síntomas.

· Antes de adquirir fármacos publicitarios, pedir el consejo del farmacéutico.

· Comprar los medicamentos en farmacias autorizadas, o por internet en sitios web legales.

· Conversar de forma abierta con familiares, amigos y vecinos sobre las consecuencias de automedicarse.

· Antes de ingerir fármacos que no requieran receta médica, consultar al médico o al farmacéutico.

· El único que puede recetar es el profesional de salud; no un familiar ni un amigo.

Y el último, pero tal vez más importante, es el hecho de aprender a reconocer que todos los medicamentos tienen componentes químicos que a la larga podrían generar complicaciones por su uso y abuso.

Por eso, el tip principal es que si tienes la necesidad de consumir cualquier tipo de fármaco, siempre lo hagas bajo la mirada atenta de un especialista en medicina y con toda la responsabilidad de la caso para que más adelante en e tiempo no haya nada que lamentar.

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