Irán comenzó a probar una nueva centrífuga diseñada para enriquecer uranio a una mayor velocidad

Fue confirmado por el presidente Hassan Rouhani durante una visita oficial de Malasia. Se trata de la IR-9 y su posesión es una nueva violación al Acuerdo Nuclear de 2015

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El presidente de Irán, Hassan Rouhani, es recibido por el primer ministro de Malasia Mahathir Mohamad (Reuters)
El presidente de Irán, Hassan Rouhani, es recibido por el primer ministro de Malasia Mahathir Mohamad (Reuters)

El presidente de Irán, Hassan Rouhani, confirmó este miércoles que su país ha comenzado a probar un nuevo modelo de centrífugas utilizadas para el enriquecimiento de uranio, la última provocación del régimen que en los últimos meses ha estado quebrando gradualmente sus compromisos en el marco del JCPOA, el acuerdo nuclear con la comunidad internacional firmado en 2015.

Hoy en día, nuestras nuevas centrífugas IR-6 están en operaciones y las más nuevas IR-9 están siendo probadas”, señaló durante Rouhani una visita a Malasia, de acuerdo a la agencia rusa Sputnik.

Según funcionarios iraníes, las centrífugas IR-6 producen uranio enriquecido 10 veces más rápido que las IR-1. Mientras que las IR-9 lo hacen en forma cinco veces más veloz que las IR-6 y 50 veces más que las IR-1.

Las centrífugas trabajan con hexafluoruro de uranio, una forma gaseosa de este elemento, aumentando la concentración del uranio 235 (U235), un isótopo escaso en la naturaleza, por sobre el más abundante uranio 238 (U238).

Centrífugas utilizadas por Irán en el enriquecimiento de uranio
Centrífugas utilizadas por Irán en el enriquecimiento de uranio

En condiciones normales, el uranio está compuesto en un 0,72% por el U235, más eficiente para alcanzar una fisión nuclear, y el resto es U238, menos eficiente. Para alimentar un reactor de potencia, destinado a generar electricidad, es necesario contar con uranio enriquecido a un nivel de entre el 3% y el 5% de U235. Para generar el combustible para una bomba atómica, se debe alcanzar un enriquecimiento superior al 85%

Tras una década de tensiones elevadas entre la comunidad internacional y el país por causa de su descontrolado programa nuclear, sospechado de estar diseñado para desarrollar una bomba atómica, en 2015 y luego de largas negociaciones se firmó el acuerdo JCPOA entre Irán y el grupo P5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania), que establece el levantamiento de sanciones sobre el régimen persa a cambio de una serie de limitaciones en su programa nuclear, para asegurarse de que mantenga fines pacíficos, y de salvaguardas para controlar su cumplimiento.

Aunque el pacto era considerado un éxito, según numerosos reportes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en 2018 Estados Unidos se retiró unilateralmente del mismo, acusando a Irán de desestabilizar el Medio Oriente con los fondos obtenidos, y restableció luego las sanciones contra el país.

En consecuencia, Teherán ha estado quebrando progresivamente y en forma limitada los postulados del acuerdo, por ejemplo desarrollando centrífugas prohibidas por su alto rendimiento o enriqueciendo uranio por encima del 3,67% permitido, en un intento para presionar a los restantes firmantes del JCPOA, que actualmente está al borde de la desaparición.

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