El Alto Comisionado para los Refugiados dijo que examinar el caso de la joven saudita que huyó a Tailandia "tomará días"

Frente a la fuerte presión internacional y en redes sociales, Tailandia decidió no expulsarla y autorizó al ACNUR a encargarse del caso

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Rahaf Mohammed al-Qunun es recibida por las autoridades migratorias de Tailandia y por funcionarios de ACNUR en el hotel en el que se refugió (Policía de Inmigración de Tailandia via Reuters)
Rahaf Mohammed al-Qunun es recibida por las autoridades migratorias de Tailandia y por funcionarios de ACNUR en el hotel en el que se refugió (Policía de Inmigración de Tailandia via Reuters)

El examen de la solicitud de asilo de una joven saudita que afirma estar amenazada en su país, y que Tailandia renunció a expulsar ante la movilización en las redes sociales, debería llevar "varios días", advirtió el martes el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR).

"Estudiar su caso y determinar las próximas etapas podría tomar varios días", indicó en un comunicado Giuseppe de Vicentiis, representante del ACNUR en Tailandia. "Estamos muy agradecidos a las autoridades tailandesas, que no la enviaron a su país contra su voluntad", agregó.

Rahaf Mohammed Al Qunun, de 18 años, se encontraba de vacaciones en Kuwait con su familia cuando se fugó, y aterrizó este fin de semana en el aeropuerto de Bangkok. Quería llegar a Australia, donde esperaba presentar una solicitud de asilo, pero también tiene como probable destino Canadá.

"Quiero que canadá me conceda asilo", afirmó en Twitter Al Qunun, que ha dejado de tener acceso al registro del visado de turista con el que tenía esperanzas de llegar a Australia cuando la retuvieron en Bangkok.

(Rahaf Mohammed al-Qunun / AFP)
(Rahaf Mohammed al-Qunun / AFP)

Detenida al pisar territorio tailandés, aseguró que responsables saudíes y kuwaitíes le confiscaron el pasaporte, algo que la embajada de Arabia Saudí negó.

Las autoridades tailandesas querían expulsarla a su país el lunes por la mañana. Pero la joven se atrincheró en la habitación del hotel en el que se alojaba, en el aeropuerto, desde donde publicó varios mensajes y videos en Twitter, dando cuenta de su desesperación y asegurando que su familia la había amenazado de muerte si regresaba a Arabia Saudita.

El caso adquirió una dimensión particular después del asesinato, en octubre, del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Turquía.

Rápidamente, se publicó en internet una petición contra la expulsión de la joven. Frente a la fuerte presión internacional y en redes sociales, Tailandia decidió no expulsarla y autorizó al ACNUR a encargarse del caso.

Según el principio internacional de no devolución, los solicitantes de asilo no pueden ser expulsados a su país de origen si su vida corre peligro.

Pero Tailandia no firmó una convención de Naciones Unidas sobre los refugiados y los solicitantes de asilo son generalmente expulsados o esperan años antes de ser enviados a países terceros, eventualmente.

La joven afirmó en su cuenta de Twitter, que ya tiene 80.000 abonados, que su padre, un responsable provincial en Arabia Saudita, llegó a Bangkok, pero la AFP no pudo confirmar esa información.

(Con información de AFP)

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