Katya Echazarreta contó en Jalisco cómo fue su experiencia de ser astronauta: “Es importante tener a personas que te apoyen”

Al cumplirse un mes de su viaje al espacio, Katya Echazarreta recibió un reconocimiento en Guadalajara donde la joven nacida en México hizo un llamado a apoyar a los jóvenes a alcanzar sus sueños

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(Foto: @RocioAguilarTe1)
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El Congreso de Jalisco otorgó la tarde del 04 de junio un reconocimiento Katya Echazarreta, una joven de 26 años, por convertirse en la primera mujer nacida en México en viajar al espacio exterior. Durante la ceremonia celebrada en Guadalajara, la astronauta detalló cómo fue viajar al espacio e hizo un llamado para que se apoye a los jóvenes a alcanzar sus sueños.

“Unas de las primeras palabras que escribí durante esta misión fueron: “Yo estoy aquí porque yo supe que yo llegaría”, y eso es lo importante, no nada más tienes que creer en ti, no nada más tienes que intentar, tienes que saber que vas a llegar, (...) pero no llegas ahí solito es importante tener personas a tu alrededor que te ayuden porque es difícil llegar a eso”.

Durante sus palabras, la astronauta que hace un mes cumplió su sueño de viajar al espacio aseguró que una de las cosas más difíciles que tuvo que enfrentar durante su trayectoria como ingeniera fue luchar contra los prejuicios y las ideas de quienes le decían que no podría cumplir su objetivo por ser mujer y por ser latina.

(Foto: @RocioAguilarTe1)
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“Soy mujer, soy latina, y quería ir al espacio. Yo he vivido que personas, familia, me diga que eso no es para mi, que profesores me digan en frente de todo el salón que yo no debería estar ahí, que le estaba robando el lugar a un hombre que lo merecía, pero lo que siempre ignoran es que yo siempre lo he merecido y más”.
“Yo tengo que estar batallando y luchando contra todas estas ideas de todas estas personas que creen que yo no debería de estar aquí”

Y es que si bien en dos ocasiones la ingeniera nacionalizada estadounidense estuvo a punto de abandonar todo y dedicarse a otra cosa, no lo hizo gracias al constante apoyo de su familia, especialmente de su madre, por lo que reiteró la importancia que tiene que las personas tengan apoyo de quienes les rodean.

Katya es estudiante de la maestría en ingeniería eléctrica e informática en la Universidad Johns Hopkins. Anteriormente, estudió la licenciatura en en ingeniería eléctrica en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

Sin embargo su trayectoria rumbo al espacio se perfiló en 2019, año en el que comenzó a trabajar como ingeniera de la NASA; tardó solo un año en convertirse en líder de pruebas para una misión Europa Clipper y líder de electrónica.

“Cuando estuve ahí yo veía algo que me molestaba, no veía a muchas mujeres y no veía a muchos latinos. Yo sé que no soy la única, es de lo más importante ayudar a que los jóvenes también lleguen, que para ellos no sea tan difícil como lo fue para mí”, expresó al recordar su periodo trabajando en la NASA.

Fue durante ese mismo perido que ella aplicó para viajar al espacio. Pasado un tiempo le anunciaron que había sido seleccionada entre más de 7 mil solicitantes de más de 100 países para volar en la nueva misión de la compañía Blue Origin.

(Foto: @RocioAguilarTe1)
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A un mes del viaje al espacio

Luego de que le fuera notificado que ella formaba parte de las personas seleccionadas para el proyecto, le hicieron una entrevista; ese mismo día por la noche, le avisaron que harían otra más, por lo que Katya sospecho que sería parte del grupo de personas que viajaría al espacio exterior.

Durante ese segunda entrevista, tras una pregunta, le confirmaron que ella sería una de las tripulantes.

“Ahí si te pones a pensar, claro que dio miedo, pero nunca vamos a no hacer algo porque nos da miedo”.

Cuando estaba en la cápsula, Katya se sentía muy tranquila. La vista era increíble porque está arriba de un cohete.

Pero en los últimos diez segundos del despegue, ya no sabía ni cómo sentirse: todo comenzó a vibrar, el cohete comenzó a moverse. Para ese entonces ya había salido las escaleras con las cuales se podía regresar, ya todo estaba cerrado.

“Ya estás tú con tu cinturón y después de los dos minutos ya no pueden parar nada, todo se siente muy exagerado”, narró la astronauta.

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