La tragedia de los desplazados por el narco: la violencia se impone en Tamaulipas, Guerrero y Sinaloa

Huir de las comunidades se ha convertido en una experiencia colectiva de gran sufrimiento provocada por la disputa entre cárteles de la droga

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Los desplazados son muestra de la violencia del narco en México 
(Foto: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO)
Los desplazados son muestra de la violencia del narco en México (Foto: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO)

Imágenes de niños, mujeres y jóvenes huyendo de la violencia forman parte ya del cotidiano noticioso nacional. En 2019 éstas imágenes aluden, desafortunadamente, a una experiencia colectiva de gran sufrimiento provocada por conflictos armados, violencia criminal y la disputa entre cárteles de la droga.

En México, además de estar en condiciones de extrema vulnerabilidad debido a la pérdida de protección física, de sus medios de subsistencia, en la búsqueda de un lugar más seguro se exponen a nuevos riesgos y carecen de acceso a servicios públicos, vivienda, empleo y educación.

Contrariamente a lo que uno imaginaría, estos flujos de personas tienden a ser invisibles.

Al día de hoy no existe un censo sobre la población desplazada que nos provea de información desagregada. Sólo la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), ha realizado un conteo aproximado que de enero a diciembre de 2018 se registraron un total de 11.491 personas afectadas por el desplazamiento interno forzado masivo. Éstos casos ocurrieron en 5 estados —Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas—, 20 municipios y 52 localidades.

Cuando quedarse en casa ya no es seguro

Violencia en el municipio de Aldama, Chihuahua (Foto: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO)
Violencia en el municipio de Aldama, Chihuahua (Foto: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO)

Un día funesto, la violencia tocó a su puerta. Para escapar de ella no tuvo otra opción más que huir y dejarlo todo —su hogar, sus seres queridos, sus pertenencias, sus tierras, su trabajo— con el único fin de salvaguardar su vida e integridad física. Lo que todavía no podía imaginar es que este sería el inicio de un futuro aún más incierto: el de la invisibilidad y el abandono. Desafortunadamente esta historia se repite.

El último caso se vive en el ejido Congregación Garza, en Reynosa, Tamaulipas, donde el pasado domingo, un grupo armado atacó a una familia, ésto resultó con la muerte de tres personas, entre ellas un menor. En la agresión también se reportó tres menores y un adulto mayor heridos.

La preocupación por la situación de violencia, obligó a al menos 40 familias a abandonar sus hogares por que se sienten desprotegidos por parte de las autoridades.

La ciudad de Reynosa, conocida por ser un sitio turístico, es uno de los lugares más conocidos de desplazamiento forzado por la guerra contra el narco, pero no es el único. A finales de 2010, prácticamente todos los habitantes de la cabecera municipal de Ciudad Mier, Tamaulipas, dejaron el lugar para huir de la batalla que, calle a calle, libraban grupos del Cártel del Golfo y Los Zetas.

La disputa entre estas bandas criminales había provocado el exilio de muchos de sus habitantes, pero la advertencia de los Zetas de asesinar a todos, obligó a 400 de los pobladores, que aún seguían ahí, a buscar refugio en la comunidad Miguel Alemán y quienes tenían recursos huyeron a Roma y Hancock, Texas.

El funeral de una familia atacada por un grupo armado, en Reynosa, Tamaulipas (Foto: Twitter/LPueblo2)
El funeral de una familia atacada por un grupo armado, en Reynosa, Tamaulipas (Foto: Twitter/LPueblo2)

La mayoría regresó cuando la Secretaría de Marina y el Ejército desplegaron decenas de efectivos para cualquier población.

Según el CMDPDH, comunidades de Chihuahua, Sonora y Sinaloa, se convirtieron en pueblos fantasma pues sus habitantes fueron obligados a marcharse por advertencias de organizaciones criminales.

El desplazamiento forzado, sin embargo, no se limita a la salida masiva de comunidades. En el municipio de Bavispe, Sonora, sólo algunos integrantes de la familia mormona LeBarón abandonaron el sitio, luego de la masacre a nueve de sus familiares, todos niños y mujeres.

Otros, como pueblos de la sierra de Guerrero, han quedado atrapados en la disputa territorial de los cárteles de la Familia Michoacana y Jalisco Nueva Generación.

Pero hay otros que fueron víctimas de extorsiones, sus familiares fueron asesinados o fueron incapaces de vivir con el miedo de fallecer en cualquier momento,.

En dicha entidad, el primer desplazamiento masivo ocurrió el 21 de abril de 2011 debido a la ola de asesinatos de líderes ecologistas que resguardaban el bosque.

La situación se expandió a toda la franja de los municipios que conforman la zona de Tierra Caliente. Ahí, la salida de la población se refleja en la matrícula de escuelas y hospitales abandonados, pero también en la actividad económica.

Desplazamiento en Reynosa, Tamaulipas (Foto: Twitter)
Desplazamiento en Reynosa, Tamaulipas (Foto: Twitter)

En el municipio de Zirándaro, Guerrero, los pobladores se encuentran en medio de enfrentamientos armados del CJNG y la Nueva Familia Michoacana.

El combate ha dominado la zona debido a la falta de vigilancia de las fuerzas federales y estatales en la zona, por lo que al menos 1.400 personas han sido desplazadas los últimos días.

Sinaloa es un estado con una historia profundamente ligada al narco. Es conocida por ser la cuna de buena parte de los capos que conformaron las organizaciones criminales más poderosas de México.

En esta región las pugnas entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa se agudizaron desde 2008, cuando a punta de pistola comenzaron la pelea por este territorio estratégico.

Entonces, creció el fenómeno de desplazamiento masivo, que se ha convertido en una estrategia para ocupar el territorio para diferentes fines: no sólo para producir y trasegar la droga, sino también para aprovechar los recursos naturales.

Las familias que han regresado a sus ranchos han encontrado sus casas incendiadas o saqueadas.

La mayoría de los desplazados en México sortean su situación con recursos propios, pues no existen apoyos oficiales. Tampoco existe información suficiente para conocer su situación real, especialmente sobre su seguridad.

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