Una familia acribillada, contradicciones e impunidad: la masacre de los LeBarón reveló la tragedia de un país en llamas

La familia LeBarón, un gran clan mormón que vive en Galeana, Chihuahua, sufrió el riesgo de todo el país cuando fue víctima del crimen organizado

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(Foto: Especial)
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Las matanzas en México han llegado a tal punto que los adjetivos en las noticias se repiten. En una remota región entre los límites de Sonora y Chihuahua, el pasado lunes una familia mormona —tres mujeres y seis menores— fue asesinada.

Algunos murieron calcinados después de que uno de los vehículos en los que viajaban fueron baleados. Un crimen, otro más, que sume al país en la desesperanza y al gobierno de Andrés Manuel López Obrador ante un nuevo frente.

La familia LeBarón, un gran clan mormón que vive en Galeana, Chihuahua, sufrió el riesgo de todo el país cuando fue víctima de la disputa entre los grupos de La Línea y Los Salazar.

Los hechos

La mañana del lunes 4 de noviembre, tres camionetas con 17 personas salieron de la comunidad de La Mora, Sonora a Galeana, Chihuahua. Nunca llegaron a su destino, a plena luz del día y en un camino conocido, fueron acribillados.

Eran todos integrantes de la familia LeBarón, el grupo estaba compuesto por 14 menores y tres mujeres.

Una de las camionetas atacadas por integrantes de un grupo criminal (Foto: AP/Christian Chavez)
Una de las camionetas atacadas por integrantes de un grupo criminal (Foto: AP/Christian Chavez)

El saldo fatal del confuso ataque fue de nueve muertos, tres adultas y el resto, menores de edad.

El primero que dio la voz de alarma de lo sucedido fue el conocido activista, Julián LeBarón, según su versión, quince miembros del clan LeBarón viajaban en tres camionetas tipo SUV, que conducían Rhonita María Miller, acompañada por sus cuatro hijos; Dawna LeBarón y sus siete pequeños; y Christina Langford con su bebé.

El convoy se trasladaba de Sonora a Chihuahua, cuando una de las unidades —donde se desplazaba Rhonita — sufrió un pinchazo, por lo que espero en el camino a que las otras consiguieran un repuesto.

Al parecer, fue durante la espera cuando se inició el ataque. Las primeras versiones de la familia indicaron que Rhonita y sus hijos fueron baleados por sicarios que irrumpieron en el sitio y luego provocaron un incendio, donde fallecieron todos los pasajeros de la camioneta.

Una hora y 20 minutos después, Dawna y Christina se aproximaron al lugar cuando vieron el incendio. Las mujeres avanzaron 18 kilómetros en busca de ayuda, no obstante, fueron atacadas por el mismo grupo de sicarios.

Prendas y juguetes ensangrentados vistos en el interior de una camioneta baleada en la que viajaban miembros de la familia LeBarón, estacionada en una carretera de tierra en Bavispe, cerca de la frontera entre los estados mexicanos de Sonora y Chihuahua, el 6 de noviembre de 2019. (Foto AP/Christian Chávez)
Prendas y juguetes ensangrentados vistos en el interior de una camioneta baleada en la que viajaban miembros de la familia LeBarón, estacionada en una carretera de tierra en Bavispe, cerca de la frontera entre los estados mexicanos de Sonora y Chihuahua, el 6 de noviembre de 2019. (Foto AP/Christian Chávez)

El testimonio de uno de los menores que presenció la masacre, reveló que Christina bajó del auto, miró a sus agresores y con las manos en alto les dijo que sólo eran mujeres y niños". Aun así, los sicarios le dispararon en el pecho.

La versión oficial: enfrentamiento entre cárteles

La versión oficial, sin embargo, deja dudas sobre cómo fue que tres camionetas ocupadas por mujeres y niños fueron confundidas con un convoy de sicarios, quienes generalmente están armados y con chalecos antibalas.

El Ejército mexicano atribuyó a un enfrentamiento entre los cárteles de La Línea y Los Salazar el asesinato de nueve miembros de la familia LeBarón. Según el general Homero Mendoza esa es la principal línea de investigación, además señaló que hay varios datos para sostener su hipótesis.

El principal es que el día anterior al asesinato hubo un fuego cruzado entre los dos cárteles en la ciudad de Agua Prieta, Sonora, que dejó un muerto y un herido de bala, por lo que la célula de La Línea se movilizó en la zona de la sierra para frenar cualquier entrada de Los Salazar y confundió a las tres camionetas en las que viajaban los LeBarón.

Una de las camionetas atacadas (Foto: Cuartoscuro)
Una de las camionetas atacadas (Foto: Cuartoscuro)

Al presentar una línea del tiempo, el general aseguró que las tres unidades salieron del rancho La Mora, pero en horarios diferentes, por lo que las agresiones fueron por separado.

El primer ataque ocurrió a las 09:40 horas en un punto cercano a La Mora, donde una camioneta Tahoe se incendió por los disparos que recibió. Ahí murieron una mujer y cuatro menores.

La segunda camioneta Suburban, en la que viajaban una mujer y sus siete hijos, fue acribillada. En el hecho fallecieron dos niños y la conductora.

La última ofensiva se suscitó minutos después, cuando perdió la vida una mujer. Se presume que los criminales dejaron ir a los menores luego del ataque.

En el lugar de la masacre, un paraje serrano entre Chihuahua y Sonora, se recogieron más de 200 cartuchos de M16 y R15 de fabricación norteamericana.

La familia LeBarón ha sufrido varios ataques por parte del crimen organizado (Foto: Cuartoscuro/Especial)
La familia LeBarón ha sufrido varios ataques por parte del crimen organizado (Foto: Cuartoscuro/Especial)

El viaje al horror de la familia LeBarón

La familia LeBarón llegó a México en la década de 1920 y se estableció en el estado de Chihuahua. Aunque pertenecían originalmente a la iglesia mormona, sus miembros se separaron de ella porque no querían dejar la poligamia.

Hace 10 años esta familia sorprendió al país cuando se negó a ceder a la exigencia de un grupo criminal y no pagó el rescate de Erick LeBarón, de 17 años. Desde entonces, han encarado a estos grupos de la delincuencia.

Sobre la liberación de Erick se supo que el cautivo regresó con su familia sin que se pagara un sólo peso. Éste gesto los convirtió en un símbolo de la lucha contra la delincuencia organizada. Entonces, los LeBarón encabezaron movilizaciones y organizaron una autodefensa contra los criminales.

En junio de ese año se logró la detención de 25 presuntos miembros de la delincuencia organizada que habrían planeado el secuestro de Erick, pero días más tarde, en represalia, dos líderes de esta comunidad fueron secuestrados y asesinados como un mensaje de advertencia por el papel que desempeñaron para conseguir la libertad del joven.

Se trataba de Benjamín LeBarón y el cuñado de éste, a quienes ultimaron en su propia casa en Galeana, Chihuahua.

El sepelio de los integrantes de la familia mormona (REUTERS/Jose Luis Gonzalez     TPX IMAGES OF THE DAY)
El sepelio de los integrantes de la familia mormona (REUTERS/Jose Luis Gonzalez TPX IMAGES OF THE DAY)

Ante los hechos, Julián LeBarón organizó a los suyos para exigir justicia por su hermano Benjamín y se integró en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, organización encabezada por el poeta Javier Sicilia.

La intervención extranjera

Incluso para los estándares de la brutal guerra contra las drogas en México, este fue un ataque particularmente horrible, y es posible que tenga repercusiones internacionales, ya que algunos de los asesinados eran ciudadanos estadounidenses.

Un día después de la masacre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció la ayuda de gobierno para detener a los “monstruos" involucrados en la masacre de la familia mormona. Trump afirmó que para derrocar a los cárteles grandes y poderosos se necesita un ejército.

"Éste es el momento para que México, con la ayuda de Estados Unidos,se libre la guerra contra los cárteles de la droga y los borre de la faz de la tierra. Simplemente esperamos una llamada de su nuevo y gran presidente.

Su homólogo en México, Andrés Manuel López Obrador, está empleando una política de no violencia y confrontación con los poderosos cárteles del país, pero sus críticos lo acusan de carecer de algún tipo de estrategia de seguridad coherente.

Los audios del dolor

El mensaje de uno de los LeBarón tras llegar al lugar de la masacre de sus familiares

La angustia y el drama de la familia LeBarón al saber que sus familiares habían sido víctimas de un ataque por grupos criminales, quedaron expuestas en uno de los audios de WhatsApp que avisaba sobre la escena de horror en una carretera en los límites de Sonora y Chihuahua.

“Muchahos, la tía Dawna y Christina están muertas. Trevor llegó aquí. No sé cuántos de los niños llegaron. Pero cuenten esto”, se escucha en una de las grabaciones enviada después de la masacre de nueve de sus miembros.

La voz de Kendra Lee Miller, uno de los miembros de la familia LeBarón y quien se encontraba en México al momento de la matanza, continuó: “Trevor llegó a La Mora. La tía Dawna y Christina ya no están. No están...están muertas”.

Las grabaciones, que fueron dadas a conocer por la cadena CNN, daban aviso sobre el ataque que dejó sin vida a tres mujeres y seis niños.

“Nita (Rhonita María Miller)... sus hijos fallecieron. Están quemados dentro del vehículo. El tío Jeff pudo comprobarlo. Contó 5 cuerpos. Sus huesos están quemados, sus cuerpos están calcinados. Dios mío, recen por todos nosotros”, continuó el lamento.

Los primeros detalles de la tragedia describían que la camioneta Tahoe, donde viajaba Rhonita y sus cuatro pequeños, había volado en pedazos. “Dios mío, recemos todos... acaba de venir la policía y dice que la camioneta de mi mamá voló en pedazos... al lado de la montaña. Recen todos, por favor".

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