Este martes 4 de junio se cumplieron 50 años de la inesperada y trágica muerte de Rafael "El Pelón" Osuna, el tenista mexicano más importante de la historia del país, que ganó el único torneo grande para el tenis nacional, en Estados Unidos en 1963.
"Es un honor evocar su memoria, hace 50 años falleció en un accidente aéreo que nos privó de tenerlo, ha dejado un vacío que hasta el momento ha sido imposible de ocupar", señaló el presidente del Comité olímpico mexicano (COM) Carlos Padilla en los homenajes a Osuna de este día.
"Fue un mexicano de excepción y el mejor tenista que ha dado el país", añadió el titular del organismo. Osuna es de manera unánime el mejor en su disciplina y uno de los deportistas más trascendentales del país, por sus logros y por la idolatría que cimentó entre sus compatriotas.
El único campeón mexicano en el torneo de Estados Unidos
Osuna, nacido en septiembre de 1938, destacó de niño en el tenis de mesa, y fue hasta los 16 años, después de pasar por el fútbol y el basquetbol, cuando se dedicó de lleno al tenis.
El mexicano brillaría a principios de la década de los 60 del siglo pasado, antes de la unificación de los torneos de tenis que inició la llamada Era Abierta, que comenzó en 1970.
En 1960, junto al estadounidense Dennis Ralston, se consagró campeón en el torneo de dobles de Wimbledon, que volvería a ganar en 1963, en dicha ocasión ya con un compañero mexicano, Antonio Palafox.
En 1962, también en equipo con Palafox, Osuna se consagró ganador del Campeonato nacional de Estados Unidos, como era conocido antes de ser el Abierto estadounidense. El dominio de la pareja mexicana fue amplio en aquella época, cuando fueron finalistas en las ediciones de 1961 y 1963.
Pero el momento más brillante de Osuna fue durante el torneo de singles en Estados Unidos en 1963, cuando venció en la final al australiano Frank Froehling en tres sets corridos (7-5, 6-4 y 6-2) para consagrarse como el primer y hasta ahora único campeón mexicano en dicho torneo.
Además, Osuna fue también el primer latinoamericano en levantar el trofeo del campeonato nacional estadounidense. Desde entonces, apenas dos más han conseguido el título para Latinoamérica: los argentinos Guillermo Vilas (1977) y Juan Martín Del Potro (2009).
La trágica muerte de Osuna
Además de los grandes títulos internacionales, Osuna consolidó su idolatría entre el público mexicano durante la Copa Davis de 1962, cuando el país norteamericano alcanzó la única final de su historia, aunque después perdería 5-0.
Sin embargo, el equipo mexicano encontrarían una dulce revancha en 1969, cuando, en la Ciudad de México, se impondrían a los australianos con una serie de 3-2 en la segunda fase con un Osuna brillante durante todo el fin de semana.
Ante miles de personas emocionadas, Osuna había realizado, sin saberlo, su última gran actuación. Unas semanas después, Osuna era uno de los 79 pasajeros que viajaba en el vuelo 704 de Mexicana de aviación que, tras media hora de vuelo, se internó en una tormenta que obligó al piloto a volar a una altura de 6.000 pies
El avión se incendió y todos los tripulantes murieron. Los restos de la aeronave cayeron en la zona conocida como Tres Cerros, cerca de la ciudad de Monterrey, en el norte de México.
El legado de Osuna quedó cristalizado en la decisión que el US Open tomó tras su muerte: nombrar el 28 de agosto de cada día como el "Día de Rafael Osuna", que todos los años se festeja con fotos, globos, flores y un recuerdo imperecedero para el tenista mexicano.