De Villa Gesell al ATP Finals: quién es el sparring que defiende la bandera italiana y Argentina busca repatriar

Hace cuatro años que la federación europea sustenta la carrera de Luciano Darderi. Mientras la AAT intenta recuperarlo para el país, se entrena con las estrellas en Londres: “No es lo mismo pelotear con Djokovic que con otros jugadores”, aseguró

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Luciano y Gino Darderi: padre e hijo detrás de un mismo objetivo
Luciano y Gino Darderi: padre e hijo detrás de un mismo objetivo

En un año cruzado por la pandemia, Luciano Darderi, un chico nacido hace 18 años en las serpenteantes calles arenosas de Villa Gesell fue invitado por la Federación Internacional de Tenis (ITF) a participar de los entrenamientos junto a los tenistas que compiten en el Masters de Londres 2020.

Tener esta posibilidad en su última etapa de Junior para Luciano es la misma sensación a la de un niño entrando en un parque de diversiones con un helado en una mano, un copo de nieve en la otra y montarse a girar en una glamorosa calesita con sus personajes favoritos, sin la necesidad de sacar la sortija “para dar una vuelta más”.

Será por eso que su voz suena algo cansada de tanto disfrutar porque, para él, disfrutar es ir a cansarse entrenando con quienes considera los monstruos de la actualidad y, a algunos, de todos los tiempos. Djokovic, Nadal, Thiem, Schwartzman, Zverev... Algunos de los nombres que va acumulando en sus horas de práctica en cancha.

“La verdad es que esto es increíble”, le cuenta Luciano a Infobae. Tenerlos del otro lado de la red le generó mucha tensión al principio, “porque empezás a pensar con quiénes estás jugando. Y, de repente, levantás la cabeza y te ves con el N°1 del mundo. En esos momentos te pasan muchas cosas por la cabeza, pero es muy lindo que eso suceda”. Una vez superada esa primera impresión, hay que entrar a la cancha a cumplir con su rol de sparring. A eso fue, en definitiva. “Al principio estuve un poco duro, pero después me fui soltando”, relata, para empezar a desmenuzar las primeras apreciaciones técnicas: “Es toda una experiencia la de pelotear con estos monstruos que te pegan todas las bolas largas, profundas, iguales. Son jugadores muy intensos, siempre encima de la bola, siempre enfocados, sin hacer errores de más, jugando profundo y tomándote el tiempo. Igual, no es lo mismo pelotear con Novak que con otros jugadores. Él está parado arriba de la línea todo el tiempo, juega rápido y no tiene huecos”.

Recorrer los mismos pasillos, compartir peloteos y alguna charla es lo que tiene capturado sus sentidos desde hace unos días. “Ver cómo se entrenan, ver lo que hacen, cómo están físicamente y cómo se preparan, todo eso me tiene atrapado. La verdad que es muy lindo”, se sincera ante este medio.

—¿Quién te inspira más?

— Y, Federer, pero no está. Mandámelo, porfa— Responde Luciano y se sonríe con el ruego que implica conocer al suizo.

Para Gino Darderi, su padre y entrenador, es una situación de orgullo y de reconocimiento al trabajo que se viene realizando desde hace tantos años, aunque no descuida el verdadero objetivo de la presencia en el O2 Arena, de Londres. “Yo estoy contento y por eso vine, pero también vinimos para que Lucianito juegue y se dé cuenta de todo lo que tiene que trabajar. Lo que más contento me pone es que Luli puede notar cómo hay que comprometerse y lo dedicados que son estos tipos con su trabajo. En definitiva, para eso estamos acá. Hay gente que cree que porque está entrenando en el Masters ya aumentó su nivel, cuando en realidad, nosotros vinimos a aprender más”, cuenta este ex tenista que se transformó orfebre tallando una nueva joya.

El nombre de esta familia salió a la luz de manera masiva hace unos meses atrás, cuando la Federación italiana de tenis le otorgó a Luli un wildcard (invitación) para disputar la clasificación del Masters 1000 de Roma, donde perdió en tres sets con el portugués Joao Sousa, por 3-6, 6-3 y 6-1.

Darderi con Djokovic en el ATP Finals (Foto: @lulidarderiofficial)
Darderi con Djokovic en el ATP Finals (Foto: @lulidarderiofficial)

Luciano Darderi, nacido en Villa Gesell y criado tenísticamente en Capital Federal de los 6 a los 14 años, tiene una historia similar a la mayoría de los tenistas argentinos, en la que sus padres comenzaron el derrotero habitual de buscar la manera de sostener el costo del desarrollo tenístico de su hijo. Cuando Luciano tenía 14 años, la Argentina conseguía ganar la ansiada Copa Davis y dejaba escapar a un jovencito con proyección. Por aquel entonces, la dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis no pudo, no encontró o no quiso dar mejores respuestas a las consultas de Gino. Ante la demostración de falta de interés por parte de la anterior gestión de la AAT, Luciano fue en busca de un sustento económico que le permita desarrollar su futuro en el tenis, hizo el camino inverso de su abuelo y decidió cambiar las dunas geselinas por las siete colinas de Roma.

Desembarcó en Italia y la Federación de ese país le extendió un contrato para que los represente en los certámenes internacionales, a cambio de algunas concesiones de entrenamiento, invitaciones a torneos y algunos pocos viáticos.

Pero el hijo mayor no es el único proyecto en manos de este padre. Mientras que, a comienzos de 2020, Luciano ganaba tres Grado 1 consecutivos en Sudamérica (Ecuador, Paraguay y Brasil) para meterse entre los 8 mejores Juniors, Vito (12 años), su hermano menor, también llegó en este enero a Italia, “pero sólo a jugar los torneos europeos, sin firmar ningún compromiso con la Federación italiana”, aclara su padre.

Vito jugó en Eslovenia y Francia, ganó el torneo europeo de infantiles representando a Italia y también se quedó con el Mundial de dobles de su categoría.

Finalmente, en los primeros días de marzo se encontraron los tres en Roma “y fue cuando comenzamos con la cuarentena”, recuerda Gino y agrega: “Estuvimos tres meses encerrados en el club, que tenía un hotel adentro, y eso nos permitió seguir entrenando”. Después, cuando se abrió la cuarentena y volvieron los torneos, Vito ganó el campeonato italiano en singles y dobles y Luciano jugó el Masters 1000 de Roma y el challenger de U$S100.000, en Cordenons. En ese torneo venció al francés Antoine Hoang, segundo preclasificado del certamen. Luego hubo un paso efímero por Roland Garros Junior, en donde la ansiedad por conseguir los resultados le jugó en contra. Allí, hubo acercamientos de algunos managers tratando de tentar a la nueva figura que asoma entre los Juniors.

Gino, con presupuesto reducido, es el soporte del grupo: cocina, lava y entrena a sus hijos. Porque cree en ellos es que trabaja en la búsqueda de un apoyo concreto (financiero) para que sus hijos puedan desarrollarse y seguir entrenando, “de cara a transformarse en profesionales”. En el medio, la ciudadanía, algo que todavía no está definido y que desde el Consejo Directivo de la Asociación Argentina de Tenis están intentado revertir. “Se está portando muy bien la AAT con nosotros, me han llamado Agustín Calleri (presidente) y Franco Squillari (director de Desarrollo) preocupados porque mis dos hijos jugarían para Italia, pero Vito, el más chico, no tiene ningún contrato firmado”, comenta de su relación con el ente rector del tenis argentino.

Sin embargo, Luciano sí posee un acuerdo con la Federación italiana “pero todo es corregible y puede cambiar”, explica Gino sin entrar en demasiados detalles: “El monto del contrato que en su momento le pagaron a Luciano para los torneos, que no es mucho, se puede devolver” y queda deshecho el compromiso. De esta manera, si el ex doble finalista de Copa Davis y hoy presidente de la AAT consigue el apoyo que busca, conseguiría que el mejor Junior de la temporada nacido en la Argentina, vuelva a representar al país.

Finalizado el Masters de Londres, Luciano se va a quedar en el departamento que su padre le alquiló en Florencia o bien viajará a participar de algún torneo en Túnez, de 25 mil dólares, “porque jugó muy pocos este año, por causas de la pandemia”.

Gino volverá a la Argentina con su hijo menor. “La idea es que Vito tome contacto con su gente, que vuelva a sus estudios y clases de inglés”, comenta Darderi padre, quien armó un equipo integrado por un preparador físico y el centro médico especializado Vertex, de Florencia, que se destaca en la prevención de lesiones y trabajos físicos para el deportista. Stefano Baraldo, quien trabajó con Potito Starace, será el encargado de buscar poner en forma a Luciano, con un trabajo fuerte, “porque le falta físico para aguantar la competencia con jugadores más grande que él, con mejor preparación o que ya están formados físicamente. Contra Sousa padecimos esa diferencia. Y esto tiene un costo –reafirma–, Por eso estoy precisando un sponsor, alguien o una empresa que pueda ayudarme en el cuidado y el desarrollo deportivo de mis hijos. Ése es el tema fundamental.”

Pero Luciano no puede regresar a la Argentina, “porque al que se va de Italia le resulta difícil regresar”, aclara Gino. En este punto, hay que tener en cuenta que las autoridades sanitarias italianas demandan que quien llegue a ese país debe hacer una cuarentena obligatoria, algo que no se le escapó a su padre, quien parece estar en todos los detalles, porque la estancia de Luli en Florencia responde, además, a una cuestión estratégica. De acuerdo a la actual legislación italiana, si Luciano se queda en ese país le da la posibilidad a su padre de poder regresar, amparado en el artículo que habla sobre “reunión con un familiar”. Ahí se establece que, teniendo un pariente cercano en esas tierras, se puede ingresar al país. “Si nos volvemos los tres, nos arriesgamos a no poder volver a entrar nuevamente a Europa”, redondea Gino.

Si una persona llega a Italia de un lugar establecido como zona roja, debe hacer una semana de aislamiento obligatorio, dentro de un departamento o en la habitación de un hotel. En cambio, si se llega de una región considerada amarilla, no hay problemas.

Por este motivo, Luciano se quedará a pasar las Fiestas solo en Italia –en el departamento– entrenando y a la espera de poder volver a competir. “Mis hijos hace rato viajan solos, es la vida del tenista. Sobre todo tenistas como los argentinos, que salimos a pelearla solos y con lo que se puede. Es una diferencia muy grande con los europeos”, reconoce Gino.

Para eso faltan algunos días más, ya que tienen reserva de pasaje a Roma para el 22 de noviembre. Mientras tanto, Luciano seguirá maravillándose con “el profesionalismo que tiene Novak Djokovic y de cómo es mentalmente en la cancha. Es increíble, se entrena siempre al ciento por ciento”.

Foto de argentinos: Schwartzman con Darderi en Londres (Foto: @lulidarderiofficial)
Foto de argentinos: Schwartzman con Darderi en Londres (Foto: @lulidarderiofficial)

Irreverente con la pelota, tenaz y algo temperamental, Luciano da los primeros pasos detrás de un sueño, que puede tener color celeste y blanco o permanecer con la azzurra, pero que tendrá a un mismo protagonista. El camino es largo y este escalón es el más alto y, tal vez, el más difícil.

Mientras el geselino aguarda por quién le pueda ayudar a tener sus oportunidades, vive la ilusión del niño con el helado y el copo de nieve en la mano. “Estar acá, hoy, es un sueño para mí y sería grandioso algún día volver para jugarlo, pero sé que es algo muy difícil de lograr. Igual, lo voy a intentar y voy a dejar lo mejor de mí en la cancha y en cada entrenamiento, por conseguirlo. ¡Voy a dar todo!”.

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