Despertarse y recibir en el celular un mensaje que dice “usted ganó USD 300 mil” es señal de que alguien está intentando realizar esta estafa y hay miles de advertencias en todo el mundo sobre la importancia de ignorar estos textos para no caer en el fraude. Fue por eso que Gilbert Arenas metió en su bolsillo el teléfono luego de leer aquellas palabras que no tenían sentido hasta ese momento.
El jugador de la NBA que actualmente se encuentra sin equipo, pero que entre 2003 y 2010 se destacó en Washington Wizards sabía que no había ganado la lotería por una simple razón: no había apostado el día anterior. El base de 38 años recordaba perfectamente la razón por la que no había podido jugar sus números y le resultaba hasta ese momento insólito.
El estadounidense había salido a cargar combustible cuando un homeless se le acercó a pedirle una colaboración: “Solamente tengo 10 dólares y tengo que cargar el tanque para llegar a destino y apostar mis números en la lotería... Pero puedo cargar por 5 dólares y darte la mitad”, le dijo. “Quédate con esos 10 dólares y cuando ganes la lotería me das 20”, le contestó el hombre.
Luego de cargar algo de combustible y dirigirse al local en donde suele realizar las apuestas, se encontró con que la puerta no abría. “Cerrado por mantenimiento”, señalaba el cartel, por lo que tuvo que tuvo que volver a su casa.
Al día siguiente, luego de ignorar el mensaje, con el celular en el bolsillo, el tanque lleno y con dinero en la billetera, Arenas se dirigió nuevamente al lugar de lotería en donde fue recibido por el dueño: “Ganaste, te envié un mensaje de texto”. “Jugué tus números porque cerré temprano ayer y ganaste", explicó el propietario.
Tras recibir la noticia, ese mismo sábado fue en búsqueda del homeless para contarle la noticia: “Saltó y me abrazó durante cinco minutos llorando y luego comenzó a rezar”, relató en su cuenta de Instagram en la que repasó todo lo sucedido el fin de semana. “He donado muchas veces dinero a personas sin hogar, pero nunca había sido bendecido por uno. Su buen corazón bendijo ese boleto de lotería”.
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