Amistades literarias, autos robados, Trump y el motor de la literatura: las definiciones más importantes de Richard Ford

El autor de “El periodista deportivo” y “Canadá”, entre otros, dialogó con su par argentina Mariana Enríquez en el museo Malba, de Buenos Aires. En una notable entrevista pública, recorrió temas tan diversos como su dislexia infantil, la rebeldía adolescente que lo llevó a estar preso, su vínculo con Raymond Carver y la actualidad política de los Estados Unidos

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El escritor estadounidense Richard Ford llegó a Argentina para participar de la Feria del Libro y realizó diferentes charlar (Guyot/Mendoza)
El escritor estadounidense Richard Ford llegó a Argentina para participar de la Feria del Libro y realizó diferentes charlar (Guyot/Mendoza)

Habló de sus padres, a quienes recuerda todos los días. De cuando vivió una temporada en un hotel que administraba su abuelo. De la dislexia, que lo llevó a leer muy lento cuando era niño. De cuando estuvo detenido por robar partes de autos y un juez lo liberó para apiadarse de su madre que acababa de enviudar. De las amistades literarias. De su amigo Raymond Carver. De los momentos en los que decidió dejar de escribir. Es que, con esa facilidad de anfibio para entrar y salir de lo que sea –incluída la literatura–, el escritor estadounidense Richard Ford fue entrevistado por su par argentina Mariana Enríquez en un diálogo que atravesó temas bien diversos y mantuvo atrapado al público que se acercó al auditorio del Malba para escucharlos.

"Gracias por venir con esta tormenta bíblica", dijo la escritora para arrancar. De inmediato, la autora inició la charla preguntando qué llevó a Ford a escribir su último trabajo, el libro Entre ellos (Anagrama) donde narra la historia de sus padres.

Antes de comenzar su exposición, Ford dialogó con el Nobel de Literatura sudafricano, J.M. Coetzee (Guyot/Mendoza)
Antes de comenzar su exposición, Ford dialogó con el Nobel de Literatura sudafricano, J.M. Coetzee (Guyot/Mendoza)

En algún lugar dijo que ya no queda nadie vivo que haya conocido a sus padres, apuntó Enríquez. "Extraño mucho a mis padres. Pienso en ellos todos los días. Son parte de mi existencia", reveló el autor, quien también contó que repasar esa historia familiar lo hizo pensar en su propio final: "Tenía miedo de morir, tengo 74 años y todos mis amigos están muriendo".

El autor de Canadá también señaló que, a contramano de gran parte de la literatura norteamericana, donde muchas veces se cuentan historias de familias disfuncionales, él tuvo una experiencia distinta, con padres a quienes amó y de los que no se puede quejar. "Así es que me tuve que proveer de mis propias disfuncionalidades", agregó entre risas.

En uno de los momentos más graciosos de la entrevista, que la autora de Este es el mar llevó con su refinada locuacidad, el autor contó que cuando era chico vivió una temporada en un hotel, que era de su abuelo.

El autor dialogó con la autora argentina Mariana Enríquez en el MALBA (Guyot/Mendoza)
El autor dialogó con la autora argentina Mariana Enríquez en el MALBA (Guyot/Mendoza)

"¡Fue genial!", respondió muy contento al recordar esos tiempos de libertad y expedición entre habitaciones de extraños. De inmediato reveló que su abuelo lo llevó una vez a un cuarto donde yacía una persona que se había suicidado. "Él quería que viera todo", relató entre risas y afirmó: "Un hotel, después de todo, es un lugar al que la gente va para hacer cosas que no quiere que los demás se enteren", sostuvo.

Ante una consulta de la entrevistadora, Ford dio detalles sobre uno de los aspectos de su infancia más curiosos: sus dificultades en los primeros grados de la escuela producto de la dislexia. Contó que de chico leía muy lento y lo hacía moviendo los labios, algo que, según dijo, era por entonces "inaceptable".

"Finalmente pude leer pero muy lentamente", aseguró. Pero eso, lejos de alejarlo de la lectura y la escritura, en su visión, lo transformó en "un escritor distinto". Afirmó que leer lentamente hace ver "aspectos poéticos de las palabras" y sus sonidos, en los que de otro modo no hubiera reparado.

El autor recorrió momentos importantes de su infancia (Guyot/Mendoza)
El autor recorrió momentos importantes de su infancia (Guyot/Mendoza)

Más adelante, también contó que de joven llegó a estar detenido por robos de autopartes cuando tenía 16 años hasta que un juez se apiadó: acababa de morir el padre de Ford y el hombre sintió pena por él y por su madre. "Y tuvo suerte porque capté el mensaje", aseguró el escritor, que desde entonces de alguna manera enderezó su vida.

Pero ese personaje de adolescente, ese momento de pérdida de la inocencia quedó impregnado en los relatos del autor, tal como remarcó Enriquez durante el encuentro. Entonces Ford aseguró que justamente la idea de cruzar una frontera, ya sea territorial o emocional, es algo que dio origen a su novela Canadá. "Estuve dándole vueltas a esa idea 30 años antes de escribir el libro", detalló, al tiempo que, tal como ocurre con los padres del protagonista del relato, siempre le pareció "fascinante poder robar un banco". "Lo hubiera hecho pero mi papá murió", remató y provocó la risa general del público.

Uno de los puntos más emotivos de la charla tuvo lugar cuando el autor de El periodista deportivo recordó a su colega Raymond Carver. Contó que se conocieron a mediados de los '60 y que se convirtieron en grandes amigos. "Me enamoré de ese hombre bueno", apuntó y aseguró que el autor de Catedral por aquellos años necesitaba deshacerse de algunos conocidos que lo llevaban por el camino de la bebida.

“Me vio como un tipo con una vida a la que él podía aspirar. Se mudó a casa”, reveló Ford.
(Guyot/Mendoza)
(Guyot/Mendoza)

Más adelante, Enríquez indagó sobre los momentos en los que el escritor dijo que no escribiría más novelas largas. "Simplemente dije algo estúpido", sonrió el estadounidense, mientras que aseguró que intenta no caer en ese tipo de comportamientos obsesivo-compulsivos pese a que en aquella ocasión su mujer pensó que él no estaba siendo feliz con lo que hacía.

Entonces ella decidió tomar las riendas de la situación. "Cuando terminé de escribir Acción de gracias mi mujer encontró un cartel de esos de tránsito que dicen 'Stop' y me lo puso en mi escritorio", afirmó.

Pero no era la primera vez que dejaba transitoriamente la literatura. También lo hizo en la juventud, para dedicarse al boxeo. Y eso, según contó, esa experiencia lo llevó a volver cambiado a las letras. "Tuve que trabajar más, ser más intenso y tomarme más en serio", aseguró, mientras que dijo que en la búsqueda debió "encontrar un protocolo para llevar todo lo que sabía a las páginas".

Al final del encuentro, se sentó en en escenario para firmar los libros de sus lectores (Guyot/Mendoza)
Al final del encuentro, se sentó en en escenario para firmar los libros de sus lectores (Guyot/Mendoza)

"Todos nosotros, los que escribimos, tenemos que mejorar en cada libro. Uno hizo lo mejor, pero tal vez no estés obteniendo lo mejor de la página", sostuvo sobre su oficio del que, aseguró, tiene una visión de una actividad "artesanal".

Casi un tema insoslayable, llegó el momento en el que el autor se refirió a la presidencia de Donald Trump. El escritor aseguró que al principio no creía que el empresario fuera capaz de ganar la elección y que luego deseaba que no hubiese sido elegido.

"¿Te tomó por sorpresa?", consultó Enriquez, ante lo que Ford replicó: "Sí, me shockeó y me horrorizó. No te diré lo que pienso cuando me despierto cada mañana".

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