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En la noche de este viernes 19 de agosto, luego de hacer esperar a los representantes del sector financiero de Colombia durante tres horas y media, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, intervino en la clausura del encuentro de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) que tuvo lugar durante tres días en Cartagena.
A su llegada, el mandatario fue recibido por el presidente del gremio bancario, Hernando Gómez, con un discurso en el que pedían mantener las garantías con las que cuenta el ecosistema financiero actual para que —en términos de él— siga siendo competitivo y ofrezca sus beneficios a la economía, la sociedad y el ambiente.
“Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Es posible que encontremos diferencias en la forma de abordar algunos desafíos, pero estamos aquí con los oídos, los corazones y las mentes abiertas para que tendamos puentes, trabajamos en lo que nos une y conciliemos esas diferencias en beneficio del país. El éxito de su mandato, señor presidente, será el nuestro y el de todos los colombianos. Los bancos vamos a contribuir con independencia, solidaridad y empatía para alcanzar esos objetivos que tenemos en común”, dijo el representante de las entidades financieras.
Cuando llegó su turno de intervenir, el mandatario se atrevió a recordar que el mundo está en una crisis financiera desde 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria estadounidense. “El covid-19 fue apenas un episodio más que hundió aún más las posibilidades económicas, pero desde el 2008 la crisis estalló a partir de un problema financiero, económico y social. En resumen, de acuerdo a los análisis que han surgido de ese periodo, lo que pasó fue un sobreendeudamiento”, anotó.
“Se creyó que desregulando el sector financiero en todo el mundo —contra esto no se puede ni se pudo oponer ningún presidente— lograríamos unos mejores niveles de eficiencia económica, de asignación de los recursos, etcétera. Pero no sucedió. Sucedió la crisis del 2008, que tiene una especie de tijera: al mismo tiempo que hay un crecimiento del endeudamiento generalizado, hay una caída de los salarios. (...) Si cae la base de los ingresos de las familias, que en el caso de la economía norteamericana es el salario, la capacidad de pagar las deudas se desploma. Y esa es la crisis del 2008″, explicó Petro.
Acto seguido, Petro anotó que la crisis de 2008 eclipsó la crisis ambiental, de modo que no se le ha prestado la atención necesaria a esta última aunque comprometa la propia existencia de la especie humana. Por ello, luego de calificar la estructura económica colombiana actual como oligopólica, raquítica y que “no genera la riqueza suficiente, por lo menos para superar nuestras pobrezas y nuestras carencias”, el mandatario planteó dos cuestiones a los representantes del sector financiero colombiano.
En primer lugar, el presidente los invitó a apoyar con créditos al sector productivo más allá de las grandes industrias; especialmente en el campo, donde le comentaron que la única forma de financiación al alcance del campesino es el préstamo gota a gota, que cobra intereses superiores al 20 % e impide el surgimiento de negocios productivos en el país.
“¿No se puede pensar que, en el caso colombiano —no es lo mismo en otros países—, financiar la producción equivale a democratizar la producción? Es decir, ¿democratizar el crédito?”, preguntó Petro.
En segundo lugar, Petro planteó la necesidad de que el sector financiero se interese en invertir para la descarbonización de la economía y que se garantice la supervivencia humana, a pesar de lo que llamó lobby de las empresas de energías contaminantes.
Cerró su discurso con una fuerte advertencia: “Si no lo hacemos, Colombia seguirá siendo raquítica, desigual, violenta y desconectada de los nuevos rumbos tecnológicos que tiene que tener la humanidad en el sentido de lograr superar la crisis climática”, anotó.
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