Tras el robo de señales del SITP, Alcaldía de Bogotá pondrá adhesivos en los paraderos

Luego de los daños y hurtos de las señales verticales de los buses Sistema Integral de Transporte Público (SITP) en Bogotá, el Distrito inició la implementación de un plan de contingencia que permita suministrar la información necesaria de las rutas y paraderos a más de 1′500.000 usuarios del sistema que se han visto afectados.

Se trata de unos adhesivos, fabricados en un material resistente a las condiciones del entorno, que permitirán a los usuarios consultar la identificación del paradero, el número de las rutas que pasan por allí, su origen y destino, así como el recorrido general que realizan.

Las localidades más afectadas con el daño y hurto de mobiliario urbano son Kennedy, Engativá, Teusaquillo, Usaquén y Suba, conforme con el Distrito.

Además, el director (e) de la Defensoría del Espacio Público, Armando Lozano, manifestó: “Estamos comprometidos con la reposición de este mobiliario y en buscar a los responsables de cometer estos hurtos, que están representando pérdidas por más de 4.000 millones de pesos para la ciudad. Pensando en los usuarios, se autorizó esta medida temporal y el cambio de material de las señales para garantizar que los más de 1′ 500.000 usuarios que se han visto afectados, puedan tener la información necesaria para sus desplazamientos”.

A esta medida de contingencia se suma a las estrategias implementadas por el Distrito para contrarrestar el hurto, daño o vandalización del mobiliario del transporte público de Bogotá.

Hasta el momento se han reparado más de 1.111 señales verticales, reforzado más de 779 y, con la ayuda de las autoridades, se han recuperado 35 señales hurtadas y capturado 6 personas.

De igual manera, advierten que quien sea sorprendido robando o comprando las señales que acompañan los paraderos puede ser condenado hasta a 10 años de prisión.

El estudio comenzó en 2015, con un grupo de investigadores de la Universidad de los Andes, que se cuestionó sobre la exposición a la que se sometían las personas, por la contaminación del aire en Bogotá. Para ello se analizó a los ciudadanos y su movilidad en cada medio de transporte (buses públicos, bicicletas, TransMilenio, entre otros).

Los resultados, publicados en la revista académica, Environmental Science & Technology, dieron cuenta del impacto que tuvo el cambio de buses de TransMilenio para el ambiente de la capital; esto en función de los vehículos cuyo combustible es el gas. A partir de 2019 comenzó la ‘renovación’ de la flota de buses del sistema articulado que finalizó hacia septiembre del año 2020.

Dicho artículo muestra como el cambio de más de 1.100 buses que funcionaban con diésel, que operaban desde el año 2000, a buses cuyo combustible era el gas natural, redujeron en un 80 % la exposición de los usuarios al hollín y también, se vio una disminución del 78 % en material particulado fino, cifras tomadas entre el 2015 y 2017 comparadas con las presentadas en 2020.

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