No era gasolina: saquearon carro cisterna lleno de aceite de palma en el Cesar

En una carretera del corregimiento de Cuatro Vientos, en el municipio de El Paso, los vecinos robaron la grasa vegetal de un vehículo accidentado en lugar de ayudar al conductor

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Un camión cisterna se volcó a la altura de Cuatro Esquinas, en El Paso (Cesar). Los vecinos se robaron su contenido pensando que era gasolina.
Un camión cisterna se volcó a la altura de Cuatro Esquinas, en El Paso (Cesar). Los vecinos se robaron su contenido pensando que era gasolina.

Un vergonzoso incidente ocurrió el pasado martes en la carretera San Roque-Bosconia, a la altura del municipio de El Paso (Cesar). Un vehículo tipo cisterna transitaba por el sector de Cuatro Vientos cuando el conductor perdió el control y terminó volcado a un costado de la vía.

Afortunadamente, el accidente de tránsito no causó lesiones al conductor ni entre las personas que estaban cerca. Sin embargo, al percatarse de que salía líquido de la cisterna y creyendo que se trataba de gasolina, un osado grupo de personas decidió acercarse para recoger su contenido, sin siquiera prestar asistencia al conductor afectado.

Miembros de la Policía Nacional estuvieron presentes para evitar daños mayores, pero el cargamento fue hurtado en su totalidad. Para decepción de los delincuentes, no se trataba de combustible para vehículo, sino de aceite de palma.

Elkin Trillos, propietario del vehículo, aseguró a Noticias Caracol que el carro cisterna se dirigía a la ciudad de Cúcuta, donde sería procesado para su uso comercial. De acuerdo con el jefe de Tránsito y Transporte del Cesar, mayor Emanuel Bolívar, no es recomendable que los saqueadores usen el aceite para cocinar porque este todavía no es apto para el consumo humano.

Pensando que era gasolina, saqueadores se llevaron el contenido de un camión cisterna lleno de aceite de palma.
Pensando que era gasolina, saqueadores se llevaron el contenido de un camión cisterna lleno de aceite de palma.

Robar camiones, una trágica costumbre

Este mismo fin de semana fue saqueado un camión accidentado en Valdivia, Antioquia. En la vía que conduce de Medellín a la Troncal de la Costa, un vehículo de carga perteneciente a la empresa Saferbo se accidentó y su conductor quedó atrapado entre las latas, con heridas leves.

Mientras el operario intentaba escapar, las personas se acercaron al camión para abrirlo y llevarse su mercancía. Ropa, electrodomésticos, elementos de valor, juguetes y otras cajas con encomiendas se perdieron en el siniestro, en un lapso de apenas 15 minutos. Cuando otros dos choferes de la misma empresa quisieron proteger los bienes y transbordarlos, fueron intimidados por los saqueadores.

Al lugar acudió el Ejército Nacional que auxilió al conductor, mientras la Policía capturó a algunos de los implicados e identificó a otros, según la mayor Karina Londoño, comandante de la Policía de Carreteras de Antioquia. “Unas personas inescrupulosas llegan al lugar de los hechos y hurtan unos elementos. La oportuna reacción de la Policía y el Ejército logran dar la captura de varios sujetos de estos y varios individualizados”, aseguró la comandante.

Los saqueos a vehículos de carga siempre traen a la mente la tragedia del municipio de Tasajera, en el Magdalena. El 6 de julio de 2020, cuando un vehículo que transportaba gasolina quedó aparcado a una orilla de la carretera, un grupo de personas se abalanzó para hurtar gasolina o partes del camión sin saber que explotaría. Ese incidente dejó más de 45 muertos, 60 heridos con quemaduras graves y un colapso de los sistemas sanitarios de la costa Caribe en pleno pico de pandemia.

Pese a la magnitud de la tragedia, personas inescrupulosas en Tasajera y en otros municipios del país siguen atacando los vehículos de carga, sin importar si realmente necesitan los elementos que están hurtando.

Cuando se le extendió la idea de permitir porte de armas para los camioneros, el ministro de Defensa, Diego Molano, los disuadió e invitó a reportar los incidentes en carretera a la fuerza pública:

Estuvimos reunidos con un grupo de transportadores de carga y de pasajeros, ellos señalaron la importancia de que querían armarse, y lo que claramente les dije es: en Colombia el monopolio de las armas está en el Estado, lo tiene nuestra fuerza pública.

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