Álvaro Uribe ante la Corte Suprema de Justicia y tensión en la calle: la indagatoria que divide a Colombia

Mientras el expresidente y senador responde las preguntas del tribunal, afuera de la audiencia manifestantes a favor y en contra gritan arengas

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Alvaro Uribe, al ingresar a declarar este martes a los tribunales (EFE)
Alvaro Uribe, al ingresar a declarar este martes a los tribunales (EFE)

Una indagatoria divide a Colombia, y no es para menos, es la primera vez que un expresidente acude ante la Corte Suprema de Justicia para responder por presuntos delitos.

Lo insólito: es Álvaro Uribe Vélez el expresidente (2002-2010) más querido y más odiado por los colombianos, el determinante de los últimos 20 años de la política nacional y responsable de llevar al poder a los últimos dos mandatarios, Juan Manuel Santos -que después fue su enemigo acérrimo- e Iván Duque, actual presidente.

Lo paradójico: la indagatoria no responde a sus actos durante la presidencia, por los que tiene más de 50 investigaciones entre el Congreso y la Corte por presuntos delitos que van desde injuria y calumnia hasta homicidio, concierto para delinquir, propiciador de masacres, seguimientos ilegales a la oposición, falsos positivos y otros más. No, la indagatoria a Álvaro Uribe es por fraude procesal y soborno, delitos en los que habría incurrido siendo senador durante un caso de manipulación de testigos que él mismo pidió a la Corte Suprema investigar, acusando a uno de sus más grandes contradictores, el senador del Polo Democrático -partido opositor de izquierda- Iván Cepeda.

Manifestación a favor de Uribe, fuera de la Corte Suprema (EFE)
Manifestación a favor de Uribe, fuera de la Corte Suprema (EFE)

Mientras Uribe declara esta marte en la Corte, el país está dividido. El fin de semana que pasó, por ejemplo, el uribismo, nombre con el que se identifican los seguidores del expresidente, convocó una marcha mundial de apoyo a su líder, bajo las premisas de “Uribe es Colombia” y “Lo que es con Uribe es Conmigo”.

Dichas concentraciones, aunque no fueron masivas, son una muestra de las pasiones que despierta la figura del expresidente en Colombia, una popularidad que se ganó por sus férreas posturas frente a las guerrillas colombianas, como las Farc y el ELN.

Por otro lado, en las últimas apariciones públicas de Uribe, quien se encuentra en gira por Colombia promoviendo los candidatos de su partido, Centro Democrático, a los diferentes cargos públicos que se definen en las elecciones regionales del 27 de octubre, ha sido recibido por multitudes de detractores que con abucheos e insultos.

En todo el país han aparecido vallas y pancartas de uno y otro bando, demostrando el personaje tan polarizador que es el expresidente.

Valla en apoyo a Álvaro Uribe en la ciudad de Barranquilla.
Valla en apoyo a Álvaro Uribe en la ciudad de Barranquilla.

Ese mismo ambiente se vive afuera de la Corte Suprema donde Uribe rinde su indagatoria. Desde muy temprano manifestantes afines al expresidente y también detractores hicieron presencia con pancartas.

Entre gritos de “Uribe, Uribe” y “asesino, asesino” ingresó el expresidente a su indagatoria fuertemente acompañado de su esquema de seguridad.

Los Caminos de la Corte Suprema

Pese al gran revuelo por la indagatoria contra Álvaro Uribe, lo más probable es que hoy no pase nada más. Este es la primera vez que comparece el expresidente ante el alto tribunal y por lo extenso del cuestionario y las demoras que ha tenido el proceso lo más probable es que se repita la audiencia en una fecha aún por definir.

Tras surtir todos los requerimientos de la indagatoria y agotar el cuestionario la corte tendrá tres caminos a seguir.

1. Archivar la investigación al considerar que no hay elementos probatorios suficientes para acusar a Uribe de soborno y fraude procesal.

2. Seguir adelante con el proceso penal y llevar a juicio al expresidente, ya sea por uno o por los dos delitos que se le imputan, pero permitiendo que este se mantenga en libertad mientras se lleva a cabo el juicio.

3. Decidir adelantar el juicio contra Uribe pero ordenando el arresto preventivo del expresidente.

Para tomar cualquiera de estas decisiones el alto tribunal tiene un plazo de 10 días.