Mantener la presión arterial en un nivel óptimo rejuvenece el cerebro

Lo demostró un estudio australiano de escaneos cerebrales para una presión de 11/7. Con qué frecuencia hay que hacerse los chequeos

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Un estudio en Australia reveló que una presión arterial óptima ayuda al cerebro a mantenerse al menos seis meses más joven en relación a la edad real(Getty Images)
Un estudio en Australia reveló que una presión arterial óptima ayuda al cerebro a mantenerse al menos seis meses más joven en relación a la edad real(Getty Images)

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, que son grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo humano. Se considera que una persona tiene hipertensión cuando su tensión arterial es demasiado elevada. Pero un estudio científico en Australia encontró ahora que las personas con una presión arterial elevada que se encuentra dentro del rango normal recomendado pueden correr el riesgo de sufrir un envejecimiento cerebral acelerado.

La presión arterial normal se define por una presión inferior a 12/8, mientras que una presión arterial óptima y más saludable está más cerca de 11/7.

La investigación fue realizada la Universidad Nacional de Australia. También reveló que una presión arterial óptima ayuda al cerebro a mantenerse al menos seis meses más joven en relación a la edad real. Los investigadores piden ahora que se actualicen las directrices sanitarias nacionales para reflejar sus importantes hallazgos.

La presión arterial óptima y más saludable está más cerca de 11/7 (REUTERS/Regis Duvignau/Archivo)
La presión arterial óptima y más saludable está más cerca de 11/7 (REUTERS/Regis Duvignau/Archivo)

El estudio fue publicado en la revista Frontiers in Aging Neuroscience. Demostró que los participantes con presión arterial alta tenían cerebros más viejos y, por tanto, menos sanos, lo que aumentaba su riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, ataques cerebrovasculares y demencia.

Los participantes que presentaban una presión arterial elevada, pero dentro del rango normal, también tenían cerebros de aspecto más envejecido y corrían el riesgo de sufrir problemas de salud. “Esa idea de que el cerebro se torna enfermo a causa de la hipertensión arterial más adelante en la vida no es del todo cierta”, advirtió el profesor Nicolas Cherbuin, director del Centro de Investigación sobre el Envejecimiento de la universidad australiana. “Empieza antes y se inicia en personas que tienen una presión arterial normal”.

La nueva investigación se produce después de que un amplio estudio internacional descubriera que el número de personas mayores de 30 años con presión arterial alta se ha duplicado en todo el mundo.

En todo el mundo, aproximadamente el 31% de todos los adultos padece hipertensión y otro 25-50% sufre prehipertensión, también denominada hipertensión de fase 1 en las últimas directrices de la Asociación Estadounidense del Corazón.

El estudio en Australia consistió en más de 2.000 escáneres cerebrales de 686 individuos sanos de entre 44 y 76 años (Getty Images)
El estudio en Australia consistió en más de 2.000 escáneres cerebrales de 686 individuos sanos de entre 44 y 76 años (Getty Images)

El cardiólogo y coautor del estudio australiano, el profesor Walter Abhayaratna, dijo que si las personas mantienen una presión arterial óptima, el cerebro seguirá siendo más joven y saludable a medida que envejece. “Es importante que introduzcamos cambios en el estilo de vida y en la dieta desde una edad temprana para evitar que nuestra presión arterial aumente demasiado, en lugar de esperar a que se convierta en un problema”, dijo el investigador.

“En comparación con una persona con una presión arterial alta de 13/8, se descubrió que alguien con una lectura óptima de 11/7 tiene una edad cerebral que parece más de seis meses más joven al llegar a la mediana edad”, agregó.

El equipo que hizo el estudio contó con la colaboración de colegas de Australia, Nueva Zelanda y Alemania. Examinaron más de 2.000 escáneres cerebrales de 686 individuos sanos de entre 44 y 76 años. La presión arterial de los participantes se midió hasta cuatro veces a lo largo de un período de 12 años. Los datos del escáner cerebral y de la presión arterial se utilizaron para determinar la edad cerebral de una persona, que es una medida de la salud del cerebro.

El autor principal, el profesor Cherbuin, dijo que los resultados ponen de relieve una preocupación particular para los jóvenes de entre 20 y 30 años, ya que los efectos del aumento de la presión arterial tardan en repercutir en el cerebro.

“Al detectar el impacto del aumento de la presión arterial en la salud del cerebro de personas de 40 años o más, tenemos que asumir que los efectos de la presión arterial elevada deben acumularse durante muchos años y podrían comenzar a los 20 años. Esto significa que el cerebro de una persona joven ya es vulnerable”, dijo.

El consumo excesivo de sal, comidas ricas en grasas saturadas y grasas trans, y la ingesta insuficiente de frutas y verduras son algunos de los factores de riesgo del aumento de la presión arterial (Getty)
El consumo excesivo de sal, comidas ricas en grasas saturadas y grasas trans, y la ingesta insuficiente de frutas y verduras son algunos de los factores de riesgo del aumento de la presión arterial (Getty)

En tanto, el profesor Abhayaratna comentó que los resultados de la investigación muestran la necesidad de que todo el mundo, incluidos los jóvenes, controle su presión arterial con regularidad. Los adultos deberían aprovechar la oportunidad de comprobar su presión arterial al menos una vez al año cuando acudan a su médico de cabecera, con el objetivo de garantizar que su presión arterial objetivo se acerque a 110/70, especialmente en los grupos de edad más jóvenes y medios”, señaló.

“Si sus niveles de presión arterial son elevados, deben aprovechar la oportunidad para hablar con su médico de cabecera sobre las formas de reducir su presión arterial, incluyendo la modificación de factores de estilo de vida como la dieta y la actividad física”. Los datos de los pacientes utilizados para esta investigación proceden del estudio PATH, un amplio estudio longitudinal con unos 7.500 participantes.

En agosto pasado, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) había alertado que la hipertensión es la causa de 100 fallecimientos por día en el país. Pese a que tiene tratamiento y se puede controlar, todavía no existe suficiente conciencia sobre la verdadera dimensión de las complicaciones asociadas a la hipertensión.

“Sabemos que de cada 10 argentinos mayores de 30 años entre 3 y 4 son hipertensos, pero de ellos más del 40 por ciento lo desconoce, y de los que sí tienen diagnóstico y deberían estar bajo tratamiento más de la mitad no tiene bien controlada su hipertensión. Esto evidencia un muy bajo nivel de control y es alarmante”, sostuvo el Marcos Marín, médico cardiólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión.

Toda persona debería controlarse la presión arterial una vez al año, mucho más aún si tiene antecedentes en la familia de hipertensión (Getty)
Toda persona debería controlarse la presión arterial una vez al año, mucho más aún si tiene antecedentes en la familia de hipertensión (Getty)

“El valor óptimo de la presión arterial es menor a 12/8. Lo importante es conocer los valores de la presión arterial desde edades muy tempranas de la vida”, sostuvo Marín al ser consultado por Infobae. “Controlar la presión a valores cercanos a los óptimos o normales no solo previene el ataque cerebrovascular y el infarto sino que previene el deterioro cognitivo. También mejora la calidad de vida y evita la muerte prematura”.

Según el último informe de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación correspondiente al año 2019, se produjeron en la Argentina 97.264 fallecimientos por enfermedades cardiovasculares , de los cuales, un número elevado, estimado en más de 36 mil por los especialistas de la SAHA, presenta a la hipertensión mal controlada como su causa principal.

La edad es un factor de riesgo para desarrollar hipertensión (a mayor edad, más probabilidades de presentarla), al igual que la herencia o predisposición genética (padres hipertensos seguramente tendrán hijos con mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad). También influyen otros factores que pueden ser modificados, como una dieta no saludable (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans, e ingesta insuficiente de frutas y verduras), el sedentarismo, el consumo de tabaco y de alcohol, y el sobrepeso y/o la obesidad.

“Se trata de una enfermedad que habitualmente cursa en forma silenciosa, sin dar síntomas, pero que constituye el principal factor de riesgo para desarrollar un ataque cerebrovascular (ACV) y la segunda causa de infarto. Toda persona debería controlarse la presión arterial una vez al año, mucho más aún si tiene antecedentes en la familia de hipertensión, afirmó el doctor Nicolás Renna, médico cardiólogo universitario, doctor en medicina, vicepresidente de la SAHA.

“El poco conocimiento sobre la enfermedad y los bajos niveles de control se explica fundamentalmente por 3 motivos -según el doctor Marín: falta de adherencia de los pacientes a los tratamientos, inercia terapéutica en la que el propio profesional de la salud no toma a la hipertensión con importancia que la enfermedad requiere, y finalmente la falta de acceso a los sistemas de salud de gran parte de nuestra población”.

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