Un condenado por asesinato en libertad demandó a la ciudad de Chicago por un testigo que resultó ser ciego

Darien Harris era un estudiante de secundaria de 18 años cuando fue acusado en relación con la muerte de un hombre en una gasolinera de Chicago en 2011. Más tarde fue declarado culpable de asesinato basándose en gran parte en el testimonio de un testigo ocular que resultó ser legalmente ciego.

Harris pasó más de 12 años entre rejas antes de que su condena fuera anulada el año pasado. Ahora, con 31 años, demandó a la ciudad de Chicago, al Departamento de Policía de Chicago y a siete agentes implicados en el caso.

“Como muchos otros, la odisea del Sr. Harris por el sistema de justicia penal fue instigada por un Departamento de Policía de Chicago que con demasiada frecuencia devalúa la vida de las personas de color”, alega la demanda, presentada el mes pasado ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidoa para el Distrito Norte de Illinois, División Este, y publicada por primera vez esta semana por el Chicago Tribune.

La demanda afirma que la investigación contra Harris, que es afroamericano, fue sólo un ejemplo de “mala conducta policial sistémica” en la Jefatura de Policía del Área Dos de Chicago. Alega que la policía ocultó el conocimiento de la discapacidad visual del testigo clave y que “fabricó pruebas, incluidas declaraciones e identificaciones falsas de testigos mediante tácticas como la coacción, las amenazas, el suministro de datos y las promesas de clemencia”.

El Departamento de Policía de Chicago, la Oficina Civil de Responsabilidad Policial de Chicago y los abogados de la ciudad no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

Harris fue condenado por el asesinato de Rondell Moore, que recibió un disparo mortal la noche del 7 de junio de 2011 en una gasolinera del South Side de la ciudad. Harris había declarado ante el tribunal que no se encontraba en la gasolinera en ese momento. Pero fue condenado a 76 años después de que un hombre que dijo haber sido testigo del tiroteo identificara a Harris en una rueda de reconocimiento y de nuevo ante el tribunal.

Su “vida entera dio un vuelco sin previo aviso”, afirma la denuncia. Pasó sus años en prisión “en constante angustia emocional, sin saber nunca si la verdad saldría a la luz”.

Mientras estaba entre rejas, Harris y sus partidarios contrataron a un investigador privado, que desenterró una demanda por discriminación en la vivienda en 2003 en la que el testigo decía que tenía glaucoma, dijo el abogado de Harris a The Post en 2019. Una carta de un médico adjunta a la demanda también decía que el testigo era legalmente ciego y permanentemente discapacitado. La policía era consciente de su discapacidad, alega la demanda.

Harris presentó con éxito una petición posterior a la condena, respaldada por el Proyecto de Exoneración, una clínica legal gratuita de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago, y fue liberado en diciembre. “Estamos muy contentos de que el Sr. Harris esté en casa a tiempo para las fiestas y pueda pasar su primera Navidad en 12 años con su familia”, escribió entonces la organización en un comunicado.

Su petición también incluía el testimonio de otro testigo presencial del tiroteo, el empleado de la gasolinera, que identificó a un sospechoso diferente y denunció “amenazas y coacciones policiales en un intento de forzar una identificación falsa de Harris”, según la denuncia.

En 2021, el Ayuntamiento de Chicago creó una comisión de supervisión civil para el Departamento de Policía de Chicago tras múltiples escándalos, incluida una investigación del Departamento de Justicia que concluyó en 2017 que el departamento de policía utilizaba habitualmente fuerza excesiva y violaba los derechos constitucionales de los residentes - en particular de los que son afroamericanos y latinos - y un tiroteo policial mortal de alto perfil de un adolescente afro en 2014.

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