“Hemos llegado hasta fin de enero, que es bastante”, le dijo Mauricio Dayub a Teleshow en el inicio de la charla. Después de muchos meses sin teatro y con una vuelta limitada por los protocolos -en Mar del Plata, está permitido hasta un 30% de la capacidad de las salas-, la temporada 2021 fue cuesta arriba para muchas compañías, que tuvieron que levantar las obras durante los primeros días de enero.
Sin embargo, Dayub sigue adelante con el unipersonal El equilibrista en el Teatro Mar del Plata: según las estadísticas de Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET), en La Feliz la obra viene liderando los rankings por recaudación y cantidad de espectadores de las últimas semanas.
“Si tenemos en cuenta todo lo que ha venido pasando… bueno, estoy acá, todavía estoy en temporada, de miércoles a domingo. Pero veo la temporada en forma global y noto que han venido menos compañías, vinieron pocos turistas, la temporada tiene un bajísimo porcentaje de localidades vendidas si se la compara con la anterior. Pero yo no lo comparo con la temporada anterior, lo comparo con la cuarentena: venimos de estar cerrados, y ahora estamos abiertos”, dijo Dayub.
La “nueva normalidad” sigue entregando postales inéditas, en todos los sentidos. En el caso de Dayub, dice que fue atípico su comienzo de la temporada teatral en Mar del Plata: “Inicié el 26 de diciembre y fui el único: hasta el 6 de enero estuve solo. Y eso fue extraño, porque en años anteriores siempre había otras compañías. Mar del Plata es una ciudad acostumbrada a albergar más de 100 espectáculos. No hay comparación”.
Antes de la pandemia, el reconocido actor venía haciendo esta misma obra prácticamente sin pausas: “La pandemia me bajó de hacer 8 funciones a sala llena en Mar del Plata, y una en Buenos Aires, en El Nacional, con 800 personas. Hacía 9 funciones en 7 días de la semana, sin día libre, y de golpe se me cortó la relación con la gente”, recuerda. Hoy, cada función de El equilibrista es vista por alrededor de 100 personas: “Después de nueve meses sin nada, es más que aceptable”, afirmó.
Respecto a la relación con el público, dice que al hecho de actuar y de disfrutar de una obra “le estamos dando más importancia, lo vivimos con más profundidad. Siento que tanto el público, como los técnicos, los empleados del teatro y yo, esto lo valoramos mucho más. Entendemos que somos, de algún modo, privilegiados, porque hay mucha gente que no lo está pudiendo hacer. Cuando termina la obra y el público se para a aplaudir, yo siento que debería quedarme charlando con la gente, siento que me extienden los brazos aun con el barbijo puesto. Veo, a través de los ojos, que da para acercarse un poco más. Entiendo que mi espectáculo es particularmente conmocionante y termina con una emoción muy potente, pero lo puedo ampliar por esta situación pandémica que estamos viviendo. El teatro se transforma en un lugar de encuentro y se siente, se valora”.
En cuanto a esa cercanía, Mauricio Dayub agrega que “me emociono porque mucha gente grande viene al teatro. Se habla mucho de la edad de riesgo y todo eso, sin embargo muchas de las personas que vienen a verme son mayores. Me parece extraordinaria esa valentía y la responsabilidad, también, de salir con cuidado pero darse el gusto. Ahí me termino de dar cuenta de la importancia del teatro, de ir a un lugar a divertirse, a emocionarse, a resignificar la propia vida. Es algo que necesitábamos”.
Pese al éxito de la obra, el futuro de la temporada es incierto: “Estoy tratando de terminarla. Me quedaré hasta que tenga público. Mi compromiso fue hacer toda la temporada, la cual terminaría a finales de febrero. Como no es una temporada habitual, nadie sabe decirme qué va a pasar la semana que viene. Es hermoso vivirlo a fondo como yo lo vivo, porque no se notaron los cambios de quincena. No había diferencia. Los dueños de los locales, los comerciantes, los productores con los que hablo, esperaban algo que no ocurría. Entonces no sabemos qué esperar en febrero. Está todo arreglado para estar toda la temporada: si sigo con esta media aceptable de 100 personas por función, la voy a terminar”, aseguró el artista.
—¿Qué es, para vos, El equilibrista?
—Es la historia que cada uno de nosotros podría contar acerca de su vida si pudiera volver a ser niño. Es un espectáculo que nos resignifica, que nos re-dignifica, que tiene que ver con lo que nos lega la sangre, con lo que somos. Y curiosamente es un espectáculo muy divertido, popular, a la vez en que es fuertemente conmocionante.
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