Fantosmia, el síntoma que persiste en Maju Lozano después de recuperarse de coronavirus: “Mi marido pensó que estaba loca”

La conductora contó en su programa que padece este trastorno, a cuatro meses de que le dieran el alta epidemiológica de la enfermedad. La explicación científica

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Maju Lozano contó que padece fantosmia, una secuela del coronavirus (Video: "Todas las tardes" - El Nueve)

En medio de un fuerte rebrote de casos de coronavirus en el país, cada vez son más los famosos que están transitando o ya pasaron la enfermedad. En este último grupo se sitúa Maju Lozano, que obtuvo el alta médica en noviembre, pero aún hoy padece secuelas.

Así lo contó en su programa Todas las tardes, por El Nueve, donde reveló que no sólo todavía no siente algunos olores, sino que algunos cree percibirlos. Todo surgió a raíz de una entrevista con el médico Guillermo Capuya, quien fue invitado para hablar sobre este tema.

“Se calcula que entre el 10% y el 15% de los pacientes tienen todavía algunos signos o síntomas a largo plazo, aunque no se sabe todavía cuánto. Lo más común que suceda después del alta epidemiológica es la fatiga, el cansancio”, dijo el doctor, a lo que Maju acotó: “Yo los llamo ‘días covid’ a esos días en que no sabés por qué pero no tenés aire, es horrible, pocas cosas más desesperantes que la falta de aire”.

Además, el especialista destacó que una de las cosas que suelen tardar en recuperarse suele ser el olfato. “No lo tengo, no volvió, de hecho esta gente no se baña y yo ni me entero”, dijo en tono de broma, en referencia a sus colegas. Ya en tono serio, describió: “Tengo como... algunas cosas huelo y otras no. Por ejemplo, las flores, el café, no lo huelo, el alcohol y los perfumes tampoco, estoy casi en cero, es como un olfato selectivo”.

En ese momento, el médico señaló: “Inclusive hay gente que tiene fantosmias, que huele olores que no existen. Es una alucinación olfativa; por ejemplo, se bañan y sienten que el agua que sale de la ducha está podrida”. Aliviada por el diagnóstico, Lozano expresó que tiene este trastorno casi desconocido hasta el momento. “¡Eso me pasa! ¡Tengo fantosmia! Espero que mi marido esté mirando porque me dijo que estaba loca, y cuando le dije que el agua tenía olor a yerba, en mi casa la gente se hace un lado, Joaquín se quería cambiar el nombre”, dijo entre risas. Y añadió: “No estoy loca, le quiero mandar un beso a mi psiquiatra también porque él estaba preocupadísimo, ¡no me suban la medicación, tengo fantosmia!”.

Maju Lozano (Foto: Instagram @soymaju)
Maju Lozano (Foto: Instagram @soymaju)

Lo cierto es que cada vez son más los pacientes recuperados que padecen este tipo de secuelas. En una reciente entrevista con Infobae, Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga experta en olfato y alergista, señaló que “estas personas sienten que perdieron su identidad porque cada uno de nosotros tiene un olor personal, distinguido y particular, como una huella digital que cometemos el error de enmascarar. Y ahora creen que viven en un mundo inoloro e insípido: todo les resulta feo”. “Es tanto el daño que empiezan a aislarse y a deprimirse”, reportó la especialista en la materia.

“El olfato da el 80% del sabor”, asoció. Por eso la pérdida de ambos factores tiene la misma cura: el tratamiento es artesanal mediante neuroregeneradores o neuroprotectores, antioxidantes encargados de eliminar radicales libres y limpiar los conductos que transportan el olor”, especificó. Y continuó: “Es un medicamento vía oral que se complementa con un período de rehabilitación: el entrenamiento del olfato. El ejercicio consiste en cuatro potes de, por ejemplo, café, cacao, limón y menta. El paciente tiene que oler cada frasco entre cinco segundos y cinco minutos cuatro veces por día. Y debe concentrarse en cada uno. No solo olerlo, también pensarlo, recordarlo. El cerebro tiene neuroplasticidad, vuelve a aprender”.

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