Juan Manuel Palao, el bailarín que es furor en La Academia: “De chico me agredían por mi color de piel y hasta me llegaron a quebrar un brazo”

El partenaire de Romina Richi fue figura en la pista de ShowMatch por su apariencia. Sin embargo, en diálogo con Teleshow, reconoció que cuando era un niño sufría bullying por las mismas características físicas que hoy le elogian

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Juan Manuel Palao tiene raíces afro (Fotos: Gentileza @imiheus)
Juan Manuel Palao tiene raíces afro (Fotos: Gentileza @imiheus)

Juan Manuel Palao tiene 24 años. Nació en Rosario, en una familia conformada por su padre, Jorge, su madre, Adriana, y su hermano, Mauro. “Mi mezcla de razas tiene que ver con que mi papá es brasilero”, reconoce el bailarín en diálogo con Teleshow. Aunque ya lleva mucho tiempo trabajando en los medios, su desembarco junto a Romina Richi en la pista de La Academia de ShowMatch causó un verdadero furor. ¿El motivo? Tanto Marcelo Tinelli como su partenaire y los miembros del jurado destacaron su apariencia. La misma por la que, de niño, sufrió los horrores del bullying.

—¿Cómo se conocieron tus padres?

—Fue en un evento al que mi papá había venido de visita. Así fue cómo se encontraron y me tuvieron a mí. Vivimos un año en Rosario, pero después nos fuimos a Ramos Mejía y, ahora, estoy viviendo en la casa de mi madre en Escobar. Mi papá y ella se separaron hace rato, así que él se volvió a Brasil. Y yo, después de haber estado en México por temas laborales, volví a la Argentina en medio de la pandemia y no me quedó otra que instalarme con mi mamá.

—O sea que la mayor parte de tu infancia transcurrió en la provincia de Buenos Aires...

—Sí. Y la verdad es que, a nivel familiar, fue una etapa bastante buena. Pero, lamentablemente, viví mucho bullying en la primaria y secundaria por ser afro. Y fue muy duro para mí. La padecí bastante porque me cargaban y, siendo un chico, me han hecho vivir situaciones bastante feas. Obviamente, todo eso hizo que hoy, de grande, tenga la fortaleza que tengo. Pero no fue nada fácil para mí.

Juna Manuel en una postal de su infancia (Foto: Álbum personal de la familia Palau)
Juna Manuel en una postal de su infancia (Foto: Álbum personal de la familia Palau)

—Cuando hablás de situaciones feas, ¿a qué te referís exactamente?

—A cargadas, sobre todo, pero hasta han llegado a quebrarme un brazo...Así como lo escuchás. Es fuerte, pero es así.

—¿Es decir que sufrías agresiones verbales y físicas por tu color de piel?

—Exacto. Y no era sólo por mi tono, sino también porque yo bailaba desde pequeño. Eso les hacía pensar que a mí me gustaban los hombres, cosa que no es nada malo, pero que en aquel momento también era un motivo para que me hicieran bullying. Los chicos a veces son muy crueles con esas cosas. Y bueno, yo los padecía.

—¿Cómo te afectaba eso anímicamente? ¿Y a quién recurrías frente a esa situación?

—Por suerte, siempre tuve el apoyo de mi familia y sobre todo de mi mamá, porque mi papá estaba en Brasil. Pero ella no podía hacer más que hablar con la gente del colegio o charlar conmigo. Después, todo lo tuve que transcurrir yo solito. Y lo tuve que ir procesando por mí mismo.

—¿Las autoridades del colegio no tomaban ningún tipo de medida?

—La verdad es que no hacían mucho, más que decir lo que estaba pasando o ponerle una amonestación a la persona que me hacía esas cosas. Nunca tomaron medidas drásticas que cambiaran en algo mi realidad. Porque todo seguía igual y a mí siempre me estuvieron molestando.

Juan Manuel de niño junto a su mamá (Foto: álbum personal de la familia Palao)
Juan Manuel de niño junto a su mamá (Foto: álbum personal de la familia Palao)

—En general suele suceder que hay uno que es el bravucón, que necesita agredir para sentirse superior, y otros que festejan sus actos por temor a convertirse en víctimas...

—¡Era así! Tal cual: había un bravucón que me molestaba siempre y otros dos, tres o cuatro que lo seguían avalando sus maltratos por miedo o falta de personalidad.

—Fuera de ellos, ¿tenías amigos que te bancaran?

—Sí, por supuesto. Por eso digo que fue un cincuenta y un cincuenta. Yo cuento esta parte negativa como para que la gente tome consciencia de lo que pasa con la discriminación. Porque para mí no fue nada simple la infancia. Obvio que también tuve muy buenos amigos, muchos de ellos que siguen estando presentes en mi vida hasta el día de hoy. Pero, lamentablemente, también viví eso otro.

—Contaste que bailabas desde que eras un niño. ¿Tu talento es sólo innato o también tenés formación?

—Yo empecé a bailar de muy chiquito, cuando cumplí los 9 años, en una academia de Ingeniero Maschwitz. Después dejé, porque no podía con el secundario. Pero, cuando llegué a primero Polimodal, decidí dejar el colegio para dedicarme a la danza profesionalmente. Con el tiempo, completé mis estudios. Pero en el medio fui a la escuela de Julio Bocca y a la de Reina Reech. Así comenzó mi carrera.

Juan Manuel se formó en las escuelas de Julio Bocca y Reina Reech (Foto: Gentileza @imiheus)
Juan Manuel se formó en las escuelas de Julio Bocca y Reina Reech (Foto: Gentileza @imiheus)

—¿En qué momento, con el transcurso de los años, te fuiste dando cuenta de que aquello por lo que te discriminaban cuando eras chico era un valor agregado?

—Yo lo fui asimilando con el tiempo. Hoy te digo que es así como decís, que mi color es un plus. Pero para entenderlo tuve que trabajar mucho el amor propio. Como fui muy pisoteado, la autoestima me había quedado por el suelo. Pero de a poco me fui armando, me fui conectando conmigo mismo. Y la verdad es que, hoy, debo decir que tanto mi personalidad como mi estética me jugaron a favor, porque no hay muchos bailarines afro en Argentina.

—Más allá del Pysique du role para la danza, tu paso por el certamen de Tinelli te posicionó como un sex symbol...

—Sí, y me gustó. ¿Te soy sincero? Yo me levanto tres veces por semana a las 6 de la mañana para entrenar. Y me rompo el alma para tener el cuerpo que tengo. Así que, para mí, es como un reconocimiento que alguien me diga: “¡Wow, que lomo tenés!”. Porque yo me esfuerzo mucho para lograrlo. O sea que bienvenidos sean esos comentarios. Debo confesar que tampoco me considero un sex symbol. Pero Marcelo agarró para ese lado y yo me divertí mucho con esa previa.

—Hubo cuestionamientos en torno a que, si hubiera sido al revés y vos hubieras acariciado los glúteos de tu compañera en vivo, se hubiera desatado un escándalo. ¿Vos no te sentiste “cosificado”?

—¡Para nada! Yo no me sentí incómodo en absoluto. Lo único que sentí, es que me estaban halagando. Con Romi tenemos una súper confianza y una buena onda que va mucho más allá del trabajo. Es decir que hay una conexión aparte. De hecho, fue ella la que me eligió a mí como su bailarín.

Juan Manuel en la Academia junto a Marcelo Tinelli y Romina Richi (Foto: Gentileza LaFlia)
Juan Manuel en la Academia junto a Marcelo Tinelli y Romina Richi (Foto: Gentileza LaFlia)

—¿Y de dónde te conocía?

—De haber trabajado juntos en Sex, la obra de José María Muscari. Yo llevaba cuatro años en la productora, bailando con los grupos de ritmo libre y todo eso. Y también había estado en otros programas como Corte y Confección, adonde fui como modelo, y algunos ciclos de otros canales. Pero fue Romi la que me pidió para La Academia.

—Me imagino que después de tu explosivo debut debés haber recibido muchos llamados...

—¡Obvio! Y es que en ese programa estás muy expuesto y puede pasar de todo. Ojalá que lo que pase sea bueno o, por lo menos, yo me tiro para ese lado. Quiero que la gente me vea como soy, porque no estoy haciendo ningún personaje. Soy un pibe que labura desde muy chico y que se levanta todos los días con ganas de ser mejor, de crecer y de poder mostrar lo que hago. Yo me planto como un luchador de la vida. Y eso es lo que quiero trasmitir.

—¿Cómo reaccionó tu familia frente a este boom de popularidad?

—Bien. Ellos ya está acostumbrados a la locura de mi carrera y siempre me apoyaron. Tengo una familia que está presente todo el tiempo. Me hablo con todos mis primos y tíos. Todos me mandan mensajes. Y la verdad es que estoy muy orgulloso de eso.

Palao en la pista de ShowMatch (Foto: gentileza @imiheus)
Palao en la pista de ShowMatch (Foto: gentileza @imiheus)

—¿Estás en pareja?

—No, actualmente estoy soltero.

—¿Cuánto hace que terminaste tu última relación?

—En realidad, hace mucho. Ponele unos siete años....

—¡Toda la vida soltero estuviste, entonces!

—Y, sí. Es que tengo un pensamiento con respecto a estar de novio que sigo manteniendo con el correr de los años... Y bueno, prefiero estar solo, porque la verdad es que no se me dio la posibilidad de conocer a alguien como para decir: me pongo con esta persona. Quizá prioricé mi carrera.

—¿Sos muy exigente con la pareja o necesitás mucha libertad?

—Soy un chico que necesita mucha libertad, sí. Pero también soy exigente o, mejor dicho, no soy de darme con cualquiera. Prefiero esperar hasta encontrar a la persona indicada y todavía no la encontré. Obvio que estoy con las puertas abiertas para que eso suceda. Pero, por ahora, no pasó.

—Cuando hablás de la persona indicada: ¿te referís a una mujer, un varón o no te importa el sexo?

—No tengo ningún rótulo en cuanto a lo que me gusta, mujer o varón, porque a mí lo que me atrae es la persona. Independientemente del sexo.

Juna Manuel lleva siete años sin pareja (Foto: gentileza @imiheus)
Juna Manuel lleva siete años sin pareja (Foto: gentileza @imiheus)

—¿Y qué tiene que tener esta persona para enamorarte?

—Me tiene que generar algo. Tiene que haber química, una conexión. Básicamente, es eso. Todo lo demás, no influye para mí. Pero me tiene que gustar. Si yo siento algo, ya está.

—¿Eso que no se puede explicar con palabras?

—¡Tal cual! Si está ese algo, yo le doy para adelante y no me importa nada.

—Seguro vas a tener muchas más posibilidades de conocer gente a partir de ahora. ¿Cómo ves tu futuro en La Academia?

—Es todo muy incierto. Nosotros tenemos muchas ganas de que nos vaya bien. Nos juntamos todos los días a ensayar con Romi. Así que ojalá que al jurado le guste lo que hacemos. Porque, este año, no define el público sino que los que eliminan son ellos.

—¿Y a quién le tenés más miedo?

Guillermina Valdés me encantó. Y los demás, Pampita, Jimena Barón y Hernán Piquín, me parecieron fabulosos. Al que le tengo mucho miedo es a Ángel de Brito. Así que veremos cómo nos va con él.

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