
“Andre, ¿cómo estás? Buenos días, recién hablé con Silvana sobre el tema del tratamiento de Dieguito de Estados Unidos. Acá estoy con Diego justamente y te damos el OK para que sigas adelante con todo”, le dice Verónica Ojeda en un audio a Andrea Trimarchi, la contadora que se encargaba de llevar los números de Maradona en los últimos meses.
En la conversación, la ex profesora de educación física pide que se le de el dinero para tratar a su hijo Dieguito Fernando, que en febrero de este año cumplió ocho años, diagnosticado con TEL (trastorno específico del lenguaje). “Solo hace fonoudiología, piscopedagogía y asiste a una terapista ocupacional”, había contado ella hace un año a Teleshow, terapias que siguió de manera virtual durante la pandemia. Pero como una madre siempre busca el bienestar de su hijo, la ex del Diez tenía en mente probar con otros tratamientos.
Tras el pedido a la contadora para pagar la terapia, Diego sumó su palabra: “Sí, Andrea, te saludo a la distancia. Dale para adelante, mientras sea para mi hijo, la vida”. Sin embargo, el dinero no llegó y el audio se viralizó. “Sabemos que lo filtró Morla. Violaron la convención de los derecho del niño al publicar datos sobre la enfermedad de un menor autista que no se puede defender”, dijo Mario Baudry al respecto.
El lunes, en el ciclo de Mariana Fabbiani Ojeda tuvo un fuerte cruce con Mauricio D’Alessandro, abogado de Matías Morla, quien la acusó de “cometer una infidencia erróneamente al contar el diagnóstico de Dieguito. cosa que nadie se había atrevido a decir, porque el nene tiene derechos más allá de que sea tu hijo”. “El niño tiene una personalidad propia. Cómo por una pelea por plata, en un expediente judicial, vas a decir lo que tiene tu hijo o que tiene un certificado de discapacidad para justiciar la compra de una camioneta. ¿Estamos todos locos?”, dijo el letrado.
Ella respondió: “Hay que tener mucha cautela y respeto cuando hablan y sacan un audio donde hablan de los tratamientos de mi hijo porque tengo que salir a aclarar estas cosas puntuales”. Y él volvió a retrucar con que son cosas que “pertenecen a la reserva del niño”.
Fue entonces que Ojeda mencionó el ejemplo de María Julia Oliván, que en sus redes sociales siempre muestra las terapias que hace y los avances que tiene su hijo Antonio, diagnosticado con TEA. “No hablo de los hijos, no hablo de las enfermedades de la gente. Hacen mal. Vos y Oliván. No se puede hablar. Lean la Convención Internacional de los Derechos del Niño”.
Tras escuchar el cruce, la periodista apoyó a Ojeda y le escribió un mensaje que no solo representa a ellas, sino a todas las “familias azules” (grupo de padres, madres, hermanos, tíos, primos, abuelos con un familiar con Autismo). La misma Verónica compartió el posteo. “Mi precioso hijo creciendo. Dando todas las peleas con amor y ternura. Sabio en todo. Orgulloso de ser quién es. Porque Nosotros estamos orgullosos de él. Tal y como es un luchador de todo con el superpoder de su fuerza y sus besos. Así como sus amigos lo van queriendo”, escribió la periodista.
Luego, se refirió específicamente a lo que ocurrió en el programa de El Trece: “Les pido a todas las familias azules que no gasten su energía en enojarse con algún pelotudo que en televisión volvió a decirnos que nos escondamos. Que no hablemos. Que no mostremos. Esta generación de padres de niños neurodiversos vino para cambiar las cosas. Para darle orgullo a lo que antes se escondía. Es muy loco todavía ver conductores de televisión que bancan las críticas más ignorantes. En qué te ha convertido tu mini fama Mauricio D’Alessandro”.


“A las familias: no se enojen nosotros estamos acá solo para construir. A los medios: no me empiecen a llamar para meterme en ningún barro. Prefiero estar en la plaza hamacando a mi hijo. No me toca la ignorancia de los demás. La semana pasada fue el propio Presidente, ahora un opinador mediático. No nos van a parar hasta que el mundo tenga espacio para todos. Me solidarizo con vos Verónica Ojeda por el momento de mierda que te hicieron pasar hoy en tele. Vamos Dieguito Fernando. A seguir corriendo que la próxima metés otro gol y les tapas la boca a toda la gilada. La mamá Antonio”, cerró junto con varios emojis de corazones azules.
La Convención Internacional de los Derechos del Niño, citada por D’Alessandro, en su artículo 16 refiere a la privacidad y establece: “Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra o a su reputación. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques”. Y la versión para niños del texto, explica: “Cada niño tiene derecho a la vida privada. Las leyes deben proteger la privacidad de los niños, a su familia, su hogar, sus comunicaciones y su reputación (o su honra) contra cualquier agresión”.
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